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Probamos los Donettes Chocochurros: una tomadura de pelo donde los churros brillan por su ausencia

La marca estrella de Bimbo ha lanzado una nueva versión de las rosquillas mini que no conquistan a los consumidores ni a los expertos, ¿por qué?

Donettes Chocochurros / OSCAR GIL COY
Donettes Chocochurros / OSCAR GIL COY

Cuando se trata de combinaciones raras, la bollería industrial sabe cómo hacerlo. Son muchas las novedades que sacan las marcas pero no todas son igual de llamativas. En esta ocasión, el protagonista es Donettes y su versión Chocochurros. 

Un producto que la firma del grupo Bimbo, aparentemente, mantiene con un bajo perfil. No hay rastro en las redes sociales oficiales de la compañía, ni se vende en los principales supermercados. Tampoco hay marquesinas anunciando las nuevas rosquillas mini. Lo único que se sabe es que se publicitan en la web y que, comprando estos Donettes, se sortean viajes. 

Un sabor que decepciona

"¿Qué pasa cuando a un donette le quitas la mitad del chocolate?", se pregunta uno de los catadores. La respuesta es clara y unánime entre todos ellos: queda una rosquilla más seca y con menos cacao que, ni de lejos, recuerda al sabor y textura crujiente de los churros

Donettes Chocochurros / OSCAR GIL COY
Donettes Chocochurros / OSCAR GIL COY

Una crítica que se extiende como la pólvora por las redes sociales, donde otros usuarios los han probado. ¿El veredicto? Decepción por el sabor. Si el churro no se palpa, el chocolate es bastante escaso. 

Los detalles del 'packaging'

El sabor es un fiasco y el packaging un gancho para el consumidor. Destacan los dibujos de los churros con chocolate. ¿Dónde lo vemos? En esa o de Donette convertida en una taza de chocolate con un churro, por ejemplo. 

Donettes Chocochurros / OSCAR GIL COY
Donettes Chocochurros / OSCAR GIL COY

Eso sí, la firma del grupo Bimbo no se pilla los dedos y en su envase recalca aquello de "sabor a Chocochurros". Y ya se sabe que, cuando indican "sabor a", basta con que la marca incluya una mezcla de aromas que recuerden al sabor en cuestión. Lo explica a este medio Rafael Urrialde, doctor en Ciencias Biológicas y especialista en seguridad alimentaria. 

Idéntico a los Donettes tradicionales 

En cuanto a los ingredientes y valores nutricionales, sobra decir que esta bollería cuenta con el suspenso de los nutricionistas. Marina Diana, doctora en Nutrición de la Universidad Ramón Llull-Blanquerna, recalca que su composición es idéntica a la de los Donettes tradicionales.

"Han sacado este producto con la misma tipología de ingredientes y producción simplemente para hacer un reclamo comercial de ganar un viaje y aumentar las ventas, pero nada más", apunta la experta. 

Donettes Chocochurros / OSCAR GIL COY
Donettes Chocochurros / OSCAR GIL COY

Listado de ingredientes 

Las similitudes entre los Donettes tradicionales y la versión Chochurros se comprueba con un simple vistazo al etiquetado. Por cada 100 gramos, estas rosquillas rozan las 500 calorías y su listado de ingredientes incluye grasas vegetales y azúcares

La mayor diferencia entre ambos no es más que la cantidad de chocolate que recubre a la rosquilla. En la versión tradicional sube al 28% de cacao mientras que en la segunda versión baja al 21%. "Es un menjunje de ingredientes malsanos", sentencia la experta. 

Donettes Chocochurros / OSCAR GIL COY
Donettes Chocochurros / OSCAR GIL COY

¿Y qué hay del término Chocochurros?

"Probablemente, el término chocolate con churros no lo pueden poner porque solo se puede designar a lo que conocemos como chocolate con churros y de ahí el término Chocochurros", sostiene Diana. 

"Si pusieran chocolate con churros, estarían mucho más limitados. En cambio, el término Chocohurros es un juego de comunicación, marketiniano, y se han inventado el sabor", confiesa por su parte Urrialde. "Si el sabor del etiquetado no se corresponde con el que percibe el consumidor, lógicamente se van a encontrar con su rechazo", sentencia. 

Una tomadura de pelo

Queda claro que eso de Chocochurros no es más que un reclamo comercial que le sale caro al bolsillo del consumidor. 2,50 euros por un pack de seis unidades. ¿El anzuelo? Además del inexistente sabor a churros, la posibilidad de ganar un viaje. 

Sin embargo, Donettes no es el único que juega en el límite de lo legal cuando se trata de hacer juegos de palabras elaborados por el marketing. Las Oreos con sabor a brownie asientan otro precedente y la lista es infinita. Cada consumidor es libre de comprar el producto que quiera, solo faltaría. Pero, si se rinde homenaje al desayuno español por excelencia, al menos que se palpe algo en el sabor. ¡Qué menos!

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