Pocas cosas son tan cotidianas como preparar unas tostadas por la mañana. No obstante, ese gesto matutino podría convertirse en un gran problema si no se toman precauciones. Y es que la tostadora es uno de los electrodomésticos que más tiende a incendiarse.
El principal riesgo de las tostadoras radica en su funcionamiento: las resistencias que calientan el pan pueden alcanzar temperaturas muy elevadas. Cuando se acumulan restos de pan en el interior, estos pueden quemarse con facilidad. Además, un sobrecalentamiento del aparato pueden generar chispas que, en contacto con materiales inflamables cercanos, pueden desencadenar un incendio en la cocina.
Recomendaciones para evitar que la tostadora arda
Para evitar estos peligros, lo más recomendable es desenchufarla después de cada uso. Muchas personas la dejan conectada de manera permanente sin saber que, aunque no esté en funcionamiento, sigue consumiendo energía. Apagarla por completo no solo reduce el riesgo de incendio, sino que también ayuda a ahorrar electricidad.
Otra medida importante es mantenerla limpia. La acumulación de migas en la bandeja inferior es uno de los principales factores que favorecen los incendios. Sacudirla y vaciar la bandeja después de cada uso, además de hacer una limpieza más profunda con regularidad ayuda a evitar que restos de pan se carbonicen y generen humo o llamas.
Otros consejos
Colocarla en un lugar adecuado también ayuda a evitar incendios. Debe situarse sobre una superficie estable alejada de cortinas o cualquier material inflamable que pueda prenderse en caso de que el aparato se caliente en exceso o emita una chispa.
Por último, conviene revisar periódicamente su estado. Si la tostadora huele a quemado, no calienta de la misma manera o los cables están dañados, lo mejor es sustituirla. Un electrodoméstico en mal estado es menos eficiente y supone un riesgo innecesario. Así, los usuarios evitarán sobresaltos.