Adiós a procrastinar: el hábito minimalista ideal para alcanzar la paz mental en tu vida

¿Sabes qué son los objetivos Smart? En Consumidor Global te desvelamos cómo puedes solucionar tu forma de posponer las tareas hasta casi ni acordarte de ellas

La estrategia para como empezar un hábito es más sencilla de lo que crees/ PEXELS
La estrategia para como empezar un hábito es más sencilla de lo que crees/ PEXELS

Seguramente te ha pasado: tienes una tarea importante por hacer, pero decides dejarla para después. En su lugar, te pones a ver redes sociales, a ordenar un cajón o a hacer cualquier otra actividad menos urgente. Eso es procrastinar: postergar lo que debemos hacer, muchas veces por miedo, estrés o simple pereza.

Las personas que sufren de procrastinación a menudo postergan las tareas domésticas/ PEXELS
Las personas que sufren de procrastinación a menudo postergan las tareas domésticas/ PEXELS

¿Qué es procrastinar y cómo afecta a nuestra mente?

A corto plazo, parece una buena idea porque nos da una falsa sensación de alivio. Sin embargo, cuanto más retrasamos nuestras responsabilidades, mayor se vuelve la carga mental. La tarea pendiente sigue ahí, rondando nuestra mente como un ruido de fondo, generando ansiedad y agotamiento. Cuanto más lo posponemos, más difícil se vuelve arrancar, atrapándonos en un círculo vicioso del que cuesta salir.

Cómo dejar de procrastinar con este método minimalista

Pero tranquilo, porque hay formas efectivas de vencer la procrastinación y recuperar el control de tu tiempo. Y la clave está en un enfoque minimalista que simplifique las tareas y las haga más manejables.

Una persona que procastina y llega tarde a una tarea/ FREEPIK
Una persona que procastina y llega tarde a una tarea/ FREEPIK

Procrastinar es ese hábito traicionero de posponer tareas que nos generan pereza, miedo o estrés. Parece una estrategia para ganar tranquilidad, pero en realidad solo suma una carga mental extra. Cuanto más lo postergamos, más pesa en nuestra mente, atrapándonos en un bucle de estrés y culpa difícil de romper.

El truco para recuperar tu productividad

Si bien la procrastinación es común, las personas organizadas la mantienen bajo control gracias a su capacidad para establecer prioridades. La clave está en fijar metas claras, alcanzables y bien definidas. Así lo explica la experta en minimalismo y confort personal, Liv Lindgren, en su libro Minimalismo: consejos y estrategias para crear un hogar libre de estrés, despejar la mente y dejar espacio para la alegría y la felicidad. Lindgren hace hincapié en los objetivos SMART: específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo definido.

El libro de Liv Lindgren para poner en practica el minimalismo emocional y doméstico/ AMAZON.ES
El libro de Liv Lindgren para poner en practica el minimalismo emocional y doméstico/ AMAZON.ES

En otras palabras, cuando las metas son demasiado amplias, es fácil perderse en el camino; en cambio, al concretarlas, se aumenta la probabilidad de éxito. No es casualidad que muchos emprendedores comiencen su día con una lista de cinco objetivos sencillos pero significativos. Esto les ayuda a mantenerse enfocados y evitar la parálisis de la indecisión.

Solo emplearás 10 minutos al día al empezar

Fijar un tiempo límite para cada tarea también es un gran aliado contra la procrastinación. La psicóloga Anna Fargas, experta en minimalismo emocional, sugiere un truco infalible: dedicar solo diez minutos diarios a esa tarea que llevas postergando. Según Fargas, este método reduce la sensación de agobio y genera un efecto motivador que nos impulsa a seguir avanzando.

Una mujer frustrada frente a su ordenador porque sigue procrastinando/ FREEPIK
Una mujer frustrada frente a su ordenador porque sigue procrastinando/ FREEPIK

El minimalismo emocional es un enfoque que busca simplificar nuestras emociones y nuestra vida mental, eliminando lo que nos causa estrés innecesario y enfocándonos en lo que realmente aporta bienestar. Al igual que el minimalismo en el hogar o en la moda, se trata de reducir el ruido emocional y quedarnos solo con lo esencial.

¿Cómo funciona el minimalismo emocional?

  1. Identificar lo que nos sobrecarga
    Así como en el minimalismo material hacemos limpieza de objetos innecesarios, en el minimalismo emocional debemos identificar qué pensamientos, relaciones o hábitos nos generan estrés, ansiedad o agotamiento.

  2. Aprender a soltar
    Muchas veces nos aferramos a emociones negativas como el rencor, la culpa o el miedo. Practicar el desapego emocional nos ayuda a soltar lo que no podemos cambiar y centrarnos en lo que sí está en nuestras manos.

  3. Priorizar lo que nos aporta bienestar
    Se trata de enfocarnos en actividades, relaciones y pensamientos que realmente nos sumen felicidad y paz mental. Decir "no" a compromisos innecesarios o relaciones tóxicas es clave.

  4. Reducir el consumo de información y distracciones
    Vivimos en un mundo hiperconectado donde el exceso de información puede abrumarnos. Aplicar el minimalismo emocional implica consumir menos contenido innecesario, desconectar de redes sociales cuando sea necesario y evitar comparaciones dañinas.

  5. Practicar la atención plena y el autocuidado
    Mindfulness, meditación, ejercicio, descanso adecuado y tiempo para uno mismo son herramientas fundamentales para mantener una vida emocional equilibrada.

Una persona observa su ordenador y todo lo que tiene que hacer en el trabajo  sin ocuparse de ello/ FREEPIK
Una persona observa su ordenador y todo lo que tiene que hacer en el trabajo sin ocuparse de ello/ FREEPIK

¿Qué solemos procrastinar y cómo evitarlo?

Existen tareas que, por simples que sean, tendemos a aplazar, como pedir una cita médica. En estos casos, aplicar la "regla de los dos minutos" es clave: si algo se resuelve en menos de ese tiempo, hazlo de inmediato. Pero cuando se trata de tareas más complejas, conviene convertirlas en objetivos SMART para hacerlas más manejables. Veamos algunos ejemplos:

Ordenar la casa. Puede parecer una tarea titánica, pero dividirla en pequeños objetivos, como organizar un solo cajón o una estantería, la hace más llevadera.

Empezar un proyecto grande. El miedo al fracaso nos paraliza, pero dividirlo en tareas más pequeñas y priorizarlas facilita dar el primer paso.

Hacer ejercicio. “Quiero ponerme en forma” es una meta vaga y fácil de posponer. En cambio, comprometerse a moverse 30 minutos al día (ya sea caminando o con yoga) lo hace más alcanzable.

Planificar un viaje. Si la organización no es tu fuerte, evita dejar todo para el último momento. Dedica unos minutos diarios a cada aspecto: un día alojamiento, otra ruta turística, otro restaurante…

Tres trucos infalibles para vencer la procrastinación

Crear estrategias que nos ayuden a mantener el foco no solo mejora nuestro autocontrol, sino que también incrementa nuestra productividad. Aquí van tres técnicas infalibles:

1. Aplica la técnica Pomodoro. Trabaja en bloques de 25 minutos sin interrupciones y luego toma descansos de 5 minutos. Después de cuatro ciclos, tómate un respiro más largo (15-30 minutos). Es ideal para mantener la concentración sin agotarte.

2. La regla de los 5 minutos. Si una tarea toma menos de cinco minutos, hazla ya. Y si te cuesta arrancar con una más grande, comprométete a trabajar en ella solo cinco minutos. Una vez que empieces, es probable que sigas avanzando más tiempo.

3. Divide las tareas grandes en pasos pequeños. Enfrentar un gran desafío de golpe puede ser abrumador. Fragmentarlo en miniobjetivos te ayudará a avanzar sin sentirte sobrepasada.

Adoptar un enfoque minimalista para gestionar nuestro tiempo nos permite liberarnos del caos mental y centrarnos en lo realmente importante. ¡Despídete de la procrastinación y da la bienvenida a una vida más organizada y ligera!