No lo sabías: qué es y cómo entender si tienes un TOC, según los expertos
Descubre cómo identificar si los pensamientos compulsivos y comportamientos no deseados o repetitivos están tomando el control de tu vida o de algún ser querido

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una afección crónica caracterizada por la presencia de pensamientos repetitivos e incontrolables (obsesiones) y comportamientos reiterativos (compulsiones) en la mente de una persona. Este trastorno puede generar angustia significativa y dificultar la vida cotidiana de las personas que lo padecen y de las que les rodean.

Este problema resulta bastante limitante, puesto que la persona necesita ejecutar una serie de pulsiones de forma tajante e inmediata, sea cual sea la situación en la que se encuentre, porque de lo contrario la sensación de angustia, sufrimiento o ansiedad es absoluta. Por suerte, el TOC puede tratarse, existen opciones terapéuticas que permiten manejar sus manifestaciones y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.
Síntomas del Trastorno Obsesivo-Compulsivo
Las personas con TOC pueden presentar obsesiones, compulsiones o una combinación de ambas. A continuación te explicamos como se manifiesta la presencia de cada una de ellas.

Obsesiones
Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes no deseadas que se repiten y generan ansiedad. Entre las más comunes están:
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Miedo excesivo a la suciedad o contaminación.
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Ansiedad por perder objetos o no recordar algo importante.
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Temor a perder el control y actuar de manera impulsiva.
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Pensamientos agresivos hacia uno mismo o hacia otros.
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Ideas prohibidas o tabúes sobre temas como la religión, el sexo o el daño.
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Necesidad de mantener las cosas en un orden simétrico o exacto.
Compulsiones
Las compulsiones son acciones repetitivas que las personas sienten la urgencia de realizar, muchas veces para calmar la ansiedad generada por las obsesiones. Ejemplos frecuentes incluyen:
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Lavarse las manos o limpiar excesivamente.
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Ordenar objetos de forma específica y rigurosa.
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Comprobar reiteradamente que puertas estén cerradas o electrodomésticos apagados.
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Contar objetos o repetir frases mentalmente.
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Orar o seguir rituales silenciosos de manera constante.
¿A qué edad suelen aparecer los síntomas?
El inicio de los síntomas suele darse en la infancia tardía o en la juventud temprana. En muchos casos, estos síntomas pueden fluctuar con el tiempo, agravándose en situaciones de estrés.

Algunas personas con TOC y cierta tendencia depresiva intentan evitar situaciones que desencadenan sus síntomas evitando el contato social o las situaciones que les pueden limitar llevar a cabo sus compulsiones, otros recurren al alcohol y otras sustancias para sobrellevar la ansiedad generada. Mientras que los adultos con TOC suelen reconocer que sus compulsiones son irracionales, los niños pueden no ser conscientes de ello, lo que hace que sus familiares o maestros sean quienes detecten el problema, puesto que lo tienen interiorizado como lógico y propio.
Diferenciando el TOC de comportamientos habituales o simples manías
No todas las preocupaciones o rutinas cotidianas indican TOC. Sin embargo, las personas con este trastorno presentan ciertos patrones característicos:
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No pueden controlar sus obsesiones o compulsiones, aun cuando saben que son excesivas y desmedidas.
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Dedican más de una hora diaria a estos pensamientos o comportamientos. Son intrusivos y a menudo incontrolables.
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No experimentan placer al llevar a cabo las compulsiones, aunque pueden sentir alivio temporal de la ansiedad. Es como algo que deben resolver, una tarea perturbadora que les pide que se ejecute rápidamente.
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Su vida diaria se ve afectada significativamente, pues resulta limitante y muy paralizador para una vida corriente.
Algunos individuos con TOC en mayor grado, también pueden llegar a desarrollar trastornos de tics, caracterizados por movimientos o sonidos involuntarios, como parpadeos frecuentes, muecas, encogimiento de hombros o carraspeos repetitivos. Además, es común que el TOC se presente junto con trastornos del estado de ánimo o ansiedad.

Si cree que usted o un ser querido podría tener TOC, es recomendable consultar con un especialista para una evaluación detallada. Sin tratamiento, este trastorno puede interferir en todos los aspectos de la vida.
Factores de riesgo o desencadenantes del TOC
Aunque no se conoce una causa exacta para el TOC, existen ciertos factores que pueden aumentar la probabilidad de desarrollarlo:
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Genética: Tener un familiar cercano con TOC incrementa el riesgo.
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Biología cerebral: Estudios de neuroimagen han identificado diferencias en ciertas áreas del cerebro de personas con TOC, relacionadas con el control de la conducta y las emociones.
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Temperamento: Individuos con personalidades ansiosas o propensos a la depresión desde la infancia pueden tener mayor predisposición.
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Experiencias traumáticas: Algunos estudios sugieren un vínculo entre eventos adversos en la infancia y el desarrollo de síntomas obsesivo-compulsivos.
En niños, la aparición repentina de TOC tras una infección estreptocócica podría indicar un trastorno neuropsiquiátrico asociado, conocido como PANDAS.
Diagnóstico del Trastorno Obsesivo-Compulsivo
El diagnóstico del TOC puede ser desafiante, ya que sus síntomas pueden parecerse a los de otros trastornos mentales. Además, muchas personas ocultan sus obsesiones y compulsiones por temor al juicio de los demás.

Para obtener un diagnóstico adecuado, es fundamental acudir a un profesional de la salud. El especialista realizará una evaluación médica y podría derivar al paciente a un experto en salud mental para mayor precisión.
Opciones de Tratamiento
El TOC es una afección tratable. Existen diversas estrategias terapéuticas que pueden ayudar a las personas a gestionar sus síntomas y llevar una vida plena.
Psicoterapia
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los enfoques más efectivos. Ayuda a los pacientes a identificar y modificar patrones de pensamiento negativos. Dentro de la TCC, la terapia de exposición con prevención de respuesta es especialmente útil para reducir conductas compulsivas. Este método consiste en exponer gradualmente al paciente a sus temores sin permitir que realice sus rituales compulsivos, disminuyendo así la ansiedad con el tiempo.
Medicación
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), un tipo de antidepresivo, son los medicamentos más empleados para tratar el TOC. Pueden tardar varias semanas en mostrar efectos y, en algunos casos, requieren dosis más altas que las usadas para tratar la depresión.
Es fundamental seguir el plan de tratamiento indicado por el profesional de la salud, ya que tanto la terapia como los medicamentos pueden tardar en hacer efecto.
Si bien el TOC puede ser una condición muy desafiante, existen tratamientos eficaces que permiten manejar sus síntomas y mejorar la calidad de vida. Consultar con un especialista es el primer paso para obtener ayuda y encontrar el enfoque terapéutico adecuado para cada caso.