Jessica Alba no necesita presentación. Actriz, empresaria, mamá y referente de estilo, ha logrado conquistar Hollywood y, al mismo tiempo, el mundo de la belleza. Y aunque hoy presume un cutis impecable y luminoso, pocas saben que durante su adolescencia tuvo que lidiar con el acné, algo que la llevó a obsesionarse (en el mejor de los sentidos) con el cuidado de la piel. Esa constancia, asegura, es la clave para que su rostro luzca fresco, joven y lleno de vitalidad.
Pero no todo es perfección en el mundo del skincare, y la última rutina que Jessica compartió para Harper's Bazaar generó una auténtica ola de comentarios. Más que por los productos que utilizó —muchos de su propia marca, Honest Beauty— la conversación se centró en la manera en que los aplicó.
Jessica Alba y la rutina de 'skincare' que nos dejó muchas lecciones de belleza
En 2011, Jessica decidió emprender con The Honest Company, un proyecto pensado en ofrecer productos conscientes y seguros para toda la familia. Cuatro años después, lanzó Honest Beauty, una línea de maquillaje y skincare con fórmulas naturales, libres de ingredientes agresivos e inclusivas para todo tipo de piel. Desde entonces, Alba se ha convertido en una de las embajadoras más influyentes del movimiento clean beauty, defendiendo que la belleza real empieza con el bienestar.
En sus redes sociales, la actriz comparte rutinas, tips y trucos que ella misma sigue, y por supuesto, aprovecha para mostrar la eficacia de sus propios productos. Ha colaborado con artistas, beauty bloggers e influencers, logrando posicionar su firma como una de las favoritas de quienes buscan resultados efectivos sin dejar de lado lo natural.
La rutina viral de Jessica Alba: ocho polémicos pasos
Un ritual bastante completo y, en principio, digno de cualquier manual de skincare. Sin embargo, lo que llamó la atención no fue la lista de productos, sino la manera en que los aplicó: movimientos bruscos, demasiada cantidad en algunos pasos y cero delicadeza. Ella misma se justificó con una frase que levantó las cejas de muchos: “No hay una manera delicada de lavarse la cara”.
Las redes estallaron. Algunos lo tomaron con humor y hasta aplaudieron su honestidad, pero muchos otros —incluidos expertos— advirtieron que ese trato tan agresivo podría dañar la piel a largo plazo. Y es que todos sabemos que el cutis es una de las zonas más sensibles del cuerpo... Debería ser tratado con movimientos suaves y productos en la cantidad justa son esenciales para evitar irritaciones, flacidez o la aparición prematura de líneas de expresión. Aunque Jessica afirma que reactivar la circulación facial de su rostro con movimientos enérgicos crea: "Una piel joven, firme y luminosa".
En el famoso video, Jessica reveló lo fuerte que se frota el rostro, así como su ritual de ocho pasos, de ciertamente está muy bien planteado:
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Doble limpieza.
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Sérum de vitamina C.
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Masaje facial.
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Exfoliante labial.
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Bálsamo labial.
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Crema hidratante.
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Masaje reafirmante.
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Estimulación de la circulación.
Su rutina nocturna, mucho más consciente
Lejos de la polémica, lo cierto es que la rutina de noche de Jessica es un verdadero ritual de autocuidado. La actriz aprovecha las horas de sueño —cuando la piel entra en su fase de regeneración— para consentir su cutis con varios pasos extras:
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Comienza con doble limpieza y un multimasking inteligente: Aplica mascarilla detox en la zona T y, en el resto del rostro, una fórmula antioxidante que refina los poros.
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Mientras actúan, coloca parches de ojos y un tratamiento labial.
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Luego continúa con una crema iluminadora para el contorno de ojos y un aceite facial nutritivo.
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La tecnología también tiene su lugar: Usa el Ionix de Nurse Jamie (para masajear la zona ocular) y el Refa Carat Ray (un roller con esferas que trabaja mandíbula, pómulos, frente y cuello).
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Finaliza con su sérum nocturno Beauty Sleep Resurfacing y la Hydrogel Cream, su favorita también en la mañana.
La lección detrás de la polémica
Más allá de los comentarios, el video de Jessica Alba abrió un debate interesante: ¿Qué es lo más importante en una rutina de skincare, los productos o la forma en que los aplicamos? La respuesta parece estar en el equilibrio. Los cosméticos adecuados pueden hacer maravillas, pero la técnica y el cuidado al aplicarlos marcan una gran diferencia.
Al final, la actriz nos recuerda que el skincare es profundamente personal. No existe una fórmula universal; cada piel responde distinto y lo que para una persona es un gesto natural, para otra puede ser demasiado. Lo importante es escuchar a nuestro cutis, darle lo que necesita y tratarlo con cariño.
En conclusión, Jessica Alba puede haberse ganado críticas por sus movimientos enérgicos frente a la cámara, pero su disciplina y su enfoque en el cuidado consciente de la piel son una inspiración. Su experiencia deja claro que el skincare no es solo un ritual de belleza, sino también un acto de amor propio.