La última moda en artículos de lujo: maletas reacondicionadas a 1.000 euros la unidad
Rimowa apuesta por la circularidad con estas piezas, que, asegura, son de calidad y tienen dos años de garantía

La industria de la segunda mano cada vez atrae a más clientes, y van en aumento las marcas, incluso las de lujo, que se suben al carro. Una de las últimas en hacerlo ha sido Rimowa, una firma centenaria que fabrica equipaje de calidad y pertenece, mayoritariamente, al grupo LVMH (en concreto, éste posee un 80% de la compañía).
Ahora, la marca ha lanzado Re-Crafted, una colección que “ofrece una nueva vida al equipaje de aluminio Rimowa de segunda mano”. La compañía define este singular proyecto como una iniciativa circular, centrada en la reutilización, la reparación y el reciclaje de las maletas, que ayuda a desarrollar un mundo más sostenible.
Maletas de 1.000 euros
Eso sí, no son artículos para todos los bolsillos: uno de los primeros lotes, de 30 piezas, contenía maletas cuyo precio oscilaba entre los 600 y 1.000 dólares. En cualquier caso, hasta cierto punto está justificado: la marca utiliza materiales de primera calidad, como el aluminio y el policarbonato, que son a la vez ligeros y resistentes.

Cada una de las maletas reacondicionadas, dice Rimowa, es tan fiable como si fuera nueva. “Tras ser reacondicionada por nuestro equipo de expertos, su calidad está asegurada, contando con dos años de garantía”, indican. Es un periodo muy breve, teniendo en cuenta que las maletas nuevas de Rimowa tienen una garantía de por vida.
La magia de la segunda mano
En cualquier caso, el hecho de que sean de segunda mano les confiere cierto magnetismo o atractivo especial, puesto que cada pequeño rasguño o pegatina no es un defecto o una cicatriz, sino un tatuaje de las aventuras vividas, una suerte de mapa que habla de los destinos que la maleta ha conocido.

En cuanto a la historia de la firma, es en los años 20 cuando los diseños de Rimowa comienzan a convertirse en símbolo de modernidad y resistencia. “La maleta de aluminio soporta los rigores del viaje como ninguna otra, lo que la convierte en un valor seguro para exploradores y viajeros exigentes”, indica la empresa en su web. Más tarde, en la década de los 50, la compañía añadió a su carcasa de aluminio las ya icónicas estrías, instaurando así un elemento de diseño que sigue siendo hoy un sello distintivo.
Una tendencia global
Todo apunta a que este tipo de colecciones serán cada vez más frecuentes. Según un informe de la compañía de venta de moda TreadUp del que recientemente se hizo eco Moda.es, el mercado global de segunda mano aumentó un 15% en 2024 y se espera que crezca 2,7 veces más rápido que el mercado general en 2029, "alcanzando los 367.000 millones de dólares en los próximos cuatro años".
Además, no solo los gigantes como Zara o H&M apuestan (de forma más o menos honesta) por el reciclaje, sino que son muchas las celebrities que fijan su atención en piezas especiales, ya utilizadas y difíciles de encontrar. Por ejemplo, como recuerda Forbes, en la última ceremonia de los Globos de Oro Kylie Jenner apareció con un vestido de Versace que Elizabeth Hurley ya había lucido en 1999, y no es raro que los famosos recurran a prendas icónicas para distinguirse del resto o para rendir homenajes particulares.