Descarado: una marca española de moda sostenible acusa a Bershka de plagio
La firma gallega NWHR explica que su jersey se fabrica en una región textil, Ordes, que durante décadas trabajó para estas mismas empresas
En el año 2004, el cierre de las dos últimas plantas de producción que Levi Strauss mantenía en Estados Unidos causó cierta conmoción: un símbolo de la moda americana trasladaba su producción de forma definitiva a Asia y Sudamérica, regiones donde era mucho más barata. Guste o no, esta ha sido una constante en las últimas décadas, puesto que los gigantes del sector, como Inditex, Nike o H&M, persiguen incansablemente la rentabilidad.
Los salarios en los países asiáticos son generalmente más bajos que en los países occidentales, hay mucha mano de obra y la cadena de suministro es robusta. Asumir esto, no obstante, implica tener que desplazar las prendas miles de kilómetros, con las consecuentes emisiones, y no estar tan al tanto de cómo y con qué materiales se elaboran las mismas.
Diseños ‘inspirados’ en otros
Por si fuera poco, de cuando en cuando estos gigantes también se inspiran, demasiado, en los pequeños: no es raro que grandes marcas sean acusadas haber reproducido diseños de diseñadores independientes. Eso es lo que le ha ocurrido precisamente a NWHR, una atrayente firma española que destaca por su compromiso real con la sostenibilidad y su ropa desprejuiciada, de corte streetwear y unisex… que ha acusado a Bershka de plagio.

Y es que la similitud entre su prenda y la de la marca joven de Inditex es descarada: se trata de un jersey blanco con un círculo en el que aparece el símbolo del ying y el yang ligeramente desenfocado o movido. Mientras que el de NWHR está fabricado de forma responsable con un 100% de algodón orgánico, el de Bershka se fabrica en China con un 80% de poliéster.
Fast fashion
“Se han ‘inspirado’ en nosotros”, ha ironizado NWHR, que es de origen gallego (como Inditex). “Es curioso que nuestra marca haya nacido en 2020, inspirada precisamente por las visitas a fábricas en el sudeste asiático que producían para el Fast Fashion, donde entendimos de cerca el impacto de esta industria. Y ahora, cuatro años después, nos encontramos con una de estas grandes marcas 'inspirándose' en uno de nuestros diseños”, revelan.
Según detallan, el precio de venta del jersey de Bershka es incluso inferior a su precio de coste. “Nuestro jersey, por ejemplo, lo fabricamos en una región textil, Ordes, que, durante décadas, trabajó para estas mismas empresas. Sin embargo, en los años 2000, muchas de estas fábricas quedaron en bancarrota cuando estas marcas trasladaron su producción a Asia”, recuerdan, punzantes.

El círculo se cierra
Por eso, como marca, dicen sentir que “el círculo se cierra de una forma irónica”.
Además, NWHR explica que estas prácticas, que califica de habituales, suponen un menosprecio al trabajo de artistas independientes y marcas emergentes. “Aunque no nos sorprende, no deja de ser frustrante”, lamentan.
Autenticidad y artesanía
Con todo, este mal trago ha supuesto para la compañía una oportunidad para reafirmar sus valores: “autenticidad, artesanía y comunidad”, proclaman. “Seguimos comprometidos con la transparencia y con mostrar el trabajo de quienes realmente nos inspiran: nuestro equipo, nuestros colaboradores y nuestros clientes”, agregan.

Frente a esta autenticidad, las marcas de moda rápida abrazan un ritmo de producción acelerado, lo que las lleva a lanzar nuevas colecciones constantemente, con el consecuente desperdicio textil.
Otros casos de plagio
No es la primera vez que el respetado nombre de Inditex aparece vinculado a escándalos de este tipo. En 2018, la empresa fundada por Amancio Ortega perdió un juicio por “violar la propiedad intelectual” de unos vaqueros fabricados por Diesel y unas sandalias fabricadas por Marni.
Más adelante, en 2021, un tribunal estadounidense condenó a Pull&Bear por plagiar las icónicas botas de Dr.Mertens. También ha sido acusada de copiar a la firma danesa Rains. Asimismo, la emisora pública alemana Deutsche Welle (DW) publicó un documental en el que una presunta ex-diseñadora de Inditex revelaba cómo habían plagiado diseños de marcas de lujo para venderlos más baratos en Zara o Bershka.