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Las 3 razones de una bióloga para vetar la granja de pulpos de Nueva Pescanova en Gran Canaria

La macrogranja que pretende abrir la multinacional española sigue ganándose enemigos por las condiciones extremas que produciría en los animales y en el medioambiente

Teo Camino

Pulpos hacinados en una pescadería / PIXABAY

La multinacional española Nueva Pescanova quiere abrir la primera granja de pulpos del mundo en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria y producir 3.000 toneladas (un millón de animales) de este marisco perteneciente a la familia de los moluscos cefalópodos. Pero tanto los científicos en general como los biólogos en particular rechazan dicha iniciativa por las condiciones extremas que produciría la macrogranja.

Los planes de la empresa española consisten en hacinar a unos 10-15 pulpos en cada metro cúbico de tanque, cuando se sabe que son animales solitarios, y mantenerlos bajo una luz casi constante, cuando viven en la oscuridad, según revelan unos documentos de la compañía. Ante tal despropósito, la última en posicionarse en contra de la granja de Pescanova ha sido la bióloga Rosa Más, quien expresa su firme rechazo con tres razones de peso.  

Las razones para vetar la granja de pulpos de Pescanova

En primer lugar, “lo realmente cruel es la base, el especismo, considerar que los animales sintientes carecen de derechos. No hay diferencias entre granjas y redes, en ambos casos, los organismos marinos son recursos a disposición y capricho del ser humano”, empieza criticando la bióloga.

Un pulpo en libertad / PEXELS - PIA B

Los pulpos viven, tienen experiencias, se desarrollan, sufren dolor y estrés, felicidad y otras emociones positivas, “razones más que suficientes para rechazar la explotación en una granja”, prosigue Más.

El sacrificio: otro motivo

En una granja, a los pulpos se les mata con agua helada, un método que produce indignación por parecer especialmente cruel, pero “no hay ninguna diferencia entre la congelación con agua a menos tres grados y la muerte por asfixia en la cubierta de un barco pesquero. En ambos casos se trata de matar a alguien que no quería morir”, declara la bióloga.

Pulpo gallego recién pescado / EP

Por último, y no menos importante, abrir una granja de pulpos “no es una buena noticia porque sumamos una explotación más a la larga lista existente”, sentencia. 

Una nueva forma de crueldad animal

Asimismo, activistas del colectivo antiespecista València Animal Save realizaron el pasado sábado una línea silenciosa en la plaza de la Virgen (Valencia) para mostrar su rechazo a la granja de pulpos de Nueva Pescanova. 

Miembros de València Animal Save rechazan la granja de pulpos de Nueva Pescanova / CEDIDA

Una granja que “conllevaría un extremo sufrimiento e impacto medioambiental", comentan desde el colectivo, quienes califican la granja de la multinacional española como “una nueva forma de crueldad animal”.