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Polvo eres y diamante acabarás: esto es lo que puedes hacer con las cenizas de un familiar

Con temperaturas altas y mucha presión se puede convertir los restos mortales de un ser querido en una piedra preciosa a partir de 700 euros.

Un diamante hecho con cenizas de un difunto / LONITÉ
Un diamante hecho con cenizas de un difunto / LONITÉ

Los ritos funerarios varían mucho en cada país y cultura. Aun así, el objetivo de un funeral es común en todo el mundo: expresar sentimientos de amor y admiración a los seres queridos con el fin de no olvidarlos. De dejar los cuerpos en la Torre del Silencio para que los buitres se los coman como hacen los parsis en Bombay, a enterrarlos en mausoleos góticos decorados con sinuosas estatuas de ángeles al más puro estilo cementerio parisino. Las costumbres de entierro son variopintas y también ancestrales pero, como decía Alphonse Lamartine, “todo sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd”. 

Por ello, a muchos les cuesta separarse de un ser querido y prefieren conservarlo cerca de ellos, como es el caso de las urnas funerarias. No obstante, la tecnología ha desarrollado una opción más íntima, personal e insólita: transformar las cenizas de un ser querido en un diamante

“Un diamante es para siempre”

Este procedimiento fue inventado por la firma suiza Algordanza que, desde 2004, se encarga de “perpetuar el recuerdo de un ser querido”, como explican en su página web. Ahora, el tradicional eslogan publicitario “un diamante es para siempre” de la compañía De Beers adquiere un nuevo sentido. Asimismo, el brillante se puede hacer mediante las cenizas del difunto o incluso con el pelo, lo único que se debe tener en cuenta es que los restos no pueden ser incinerados a más de 800 grados. 

Esos restos mortales son tratados con “maquinaria especial a presión extrema y a muy altas temperaturas”, según indica Adelina Homedes, licenciada en Física, Gemóloga y experta en diamantes. La cuestión está en crear unas condiciones similares a las que se dan en las grandes profundidades de la Tierra, donde estas piedras preciosas se producen de manera natural. “El diamante está formado por carbono, el mismo material que está en el grafito de los lápices, la madera quemada y las cenizas humanas”, subraya esta experta. 

Tamaño, color y tiempo

El tamaño de cada piedra varía en función del precio que el familiar o amigo está dispuesto a pagar. “Nosotros ofrecemos el servicio más barato” de todo el país, asegura Francisco Díaz, portavoz de la compañía Por Siempre, que fabrica diamantes de difuntos en la ciudad de Sevilla. Su brillante más barato asciende a 700 euros y mide de entre 0,10 a 0,19 quilates, que serían unos 3 milímetros de diámetro. Mientras que en Algordanza, la marca suiza, la piedra más barata cuesta 4.000 euros."Tenemos una maquinaria única y propia, así como unos estándares de alta calidad muy elevados, tal y como marca el gobierno Suizo", defienden desde la empresa. 

En Irisgem el color se puede elegir entre incoloro, ámbar y azul, mientras que en Algordanza el color depende del grado de boro que el fallecido acumula en su cuerpo. “No alteramos el color, nuestros diamantes son puros, únicamente elaborados con los restos de los seres queridos y nada más”, comentan desde Algodanza. Además, el tiempo de creación de la piedra depende del tamaño que se quiera. “Cuanto más grande sea, más dura su producción, pero en general los tamaños demandados que suelen ser pequeños cuestan entre uno y dos meses”, añade Díaz. En Algordanza el diamante de mayor tamaño pesa dos quilates y se necesitan de cuatro a seis meses desde que se encarga hasta su entrega. Este cuesta 32.000 euros sin cortar y la piedra mide 8,2 milímetros. 

Los tamaños de los diamantes de la firma Algordanza / ALGORDANZA
Los tamaños de los diamantes de la firma Algordanza / ALGORDANZA

Una opción que triunfa en América Latina 

Tal y como asegura Homedes, los diamantes fabricados a partir de cenizas humanas tienen las mismas propiedades físicas y químicas que un diamante natural. Y al igual que estos, la piedra bruta necesita ser tallada para convertirse en un brillante con el que adornar una joya. “Sólo un 5 o un 10 % de nuestros clientes lo utiliza como una joya, la mayoría lo conservan en su casa, como objeto de compañía y le rezan algunos padres nuestros”, explica Díaz.

De hecho, aquí en España lo de convertir a un ser querido en una piedra preciosa todavía genera cierto respeto. “Aún hay mucho tabú. Por ejemplo, en América Latina se vive diferente y no tienen tantas reticencias en hacerlo”, confiesa Díaz. Es más, según apuntan desde Irisgem, mucha gente desconfía a la hora de dejar las cenizas en manos de alguien que no sea de la familia, “por si hay algún cambiazo o lo que sea”. Por ello, muchos acaban recurriendo a otro tipo de homenaje como son los colgantes con restos del difunto. "Es una cadena donde se pueden colocar las cenizas de la persona o animal querido. Este método no requiere ningún tipo de manipulación, ya que las cenizas las coloca cada uno y sólo cuesta 40 euros", concluye Díaz. 

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