Probamos la cerveza rara que cuesta 3,50 euros y recibe el beneplácito de los maestros cerveceros

Cada julio, los campos de la Alcarria de Guadalajara se tiñen de morado y regalan a sus vecinos y visitantes un paisaje especial en el que evadirse y disfrutar de la naturaleza. Y es que la floración de la lavanda es uno de los mayores reclamos turísticos del pueblo de Brihuega. Tanto es así que ahora ese paisaje ha tomado forma de cerveza para convertirse en la nueva Pasión Púrpura. 

De color morado y con lavanda en sus ingredientes, esta veraniega birra enamora a los expertos y maestros cerveceros. Cuesta 3,50 euros y hemos decidido probarla. La creación de un zumo de cebada basado en el imaginario de los campos de lavanda de Brihuega es fruto de dos elementos principales: el gusto por la cerveza y la ciencia. Y es que Pasión Púrpura nace de un Trabajo Fin de Máster de su creadora, Elima Sanz, junto a otros alumnos del Máster en Ciencia y Tecnología Cervecera de la Universidad de Alcalá y la Escuela Superior de Cerveza y Malta (Escym).

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Una cerveza rara, española y morada

“Queríamos hacer una de color morado, inspirada en la chicha latinoamericana, elaborada con maíz morado y frutas”, cuenta su creadora. Pero Sanz propuso aromatizarla con lavanda, ya que “pienso en morado y lo relaciono con los campos de mi pueblo”, relata.

Esta rara cerveza se vende en botellines de 33 centilitros, es decir, un tercio de litro, el formato por excelencia de la cerveza. En cuanto al etiquetado, la botella presenta un diseño colorido, con motivos florales inspirados en la lavanda y en el lúpulo, ingrediente básico e imprescindible en cualquier zumo de cebada. 

Diseño fresco y sabor afrutado

Con 5,9 grados, Pasión Púrpura contiene algo más de alcohol que cualquier lager común, que puede estar en torno a los 4,8 grados, según la marca. Aun así, es una birra suave y fácil de beber por el sabor afrutado que tiene. Al olerla, se percibe ese toque tropical que aportan las hierbas. Si se vierte en un vaso de cristal se puede comprobar el tono morado y púrpura que la diferencia de cualquier otra. En cuanto a la cata, el sabor al principio es suave y refrescante – se recomienda tomar muy fría—y termina en el paladar con un ligero amargor.

Y, ¿por qué un buen cervecero debería probar Pasión Púrpura? Su creadora explica que la primera razón es que es un producto “innovador, con un estilo muy propio debido a su color y su sabor”. Por otro lado, “es muy refrescante y tiene un amargor moderado, con notas florales y herbales y alguna tropical”. Sobre el color, la artífice remarca que “la lavanda no tiñe, sólo aromatiza”. Para dar con el tono púrpura que la caracteriza, Sanz cuenta que se ha utilizado butterfly pea, unas flores que también se emplean en coctelería.

Una bebida refrescante, también, para los menos cerveceros

Al público más fiel al zumo de cebada, la Pasión Púrpura suele recordar a las cervezas de tipo IPA o Indian Pale Ale. Estas se caracterizan por tener un extra de lúpulo, ingrediente básico de esta bebida junto a agua, malta y levadura, que da un sabor intenso, afrutado y con cierta complejidad en el paladar.

Aunque puede parecer que se trata de un zumo de cebada dirigido a un público muy especializado, lo cierto es que resulta muy bebestible también para los menos cerveceros. Su sabor, refrescante y aromatizado con la lavanda, además de su aspecto espumoso recuerda a otras bebidas como el cava, hace que sea un producto en el que, ya por su extravagancia, invita a ser probado por cualquiera.  

Cuestión de prueba y error

Raúl Tejerina, director del programa Cervecería de la Universidad de Alicante, opina que este tipo de cervezas son complicadas de elaborar “porque no hay referentes”, pero que muchas veces salen resultados “muy exquisitos”. Si bien, este experto recuerda que la cerveza tiene cuatro elementos básicos: agua, malta, lúpulo y levadura “y cuando se quieren añadir 40 más, es muy probable que a la primera salga mal, es una cuestión de prueba y error”.

Otro de los detalles que remarca Tejerina es la conservación. “Cuando es una receta básica, los cerveceros tenemos una idea de cómo estabilizarla en el tiempo, sin embargo, si introducimos elementos como pétalos o frutos, no tenemos tanta constancia de cómo va a evolucionar”, explica. En cualquier caso, Tejerina recibe muy bien la Pasión Púrpura y anima a que los pequeños cerveceros experimenten con nuevos sabores “porque somos un país de gastronomía y hay que ofrecer cosas nuevas”.

Una apuesta que va a gustar, según los expertos

La tendencia de introducir ingredientes “refrescantes” a la cerveza como frutas, hierbas o especias es muy común en España y América latina, según cuenta Francisco Martínez, de la tienda Más que Cervezas de Madrid. Mientras, “en Alemania son muy puristas y por lo general rechazan este tipo de pruebas'', añade.

Para Martínez, Pasión Púrpura es una apuesta “muy curiosa e interesante” y tiene un importante elemento diferenciador. “Que sea morada y con lavanda llama mucho la atención y la gente la va a querer probar, sin duda”, matiza el fundador de Más que Cervezas.

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Disponible online por 3,50 euros el botellín

Para que Pasión Púrpura pudiera llegar a más gente, Elima Sanz se ha servido de la fábrica de Arriaca, una cerveza muy conocida de Guadalajara, para lanzar el primer gran lote de 5.000 litros con la receta adaptada. El precio de Pasión Púrpura es de 3,50 euros el tercio, aunque también se ofrece un pack de tres botellines por 10 euros. Durante julio, la cerveza ha estado a la venta en un puesto del Festival de la Lavanda de Brihuega. A partir de agosto, se podrá adquirir en la web Alimentos de Guadalajara. 

Además, sobre el maridaje, Sanz recomienda combinar Pasión Púrpura con pescados blancos, carnes de caza y queso azul.