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Los bufets libres multan a los comensales que dejan platos rebosantes de comida: ¿es legal?

Muchos restaurantes prevén penalizaciones económicas a aquellos clientes que desperdician alimentos, aunque rara vez llegan a aplicarse y más bien tienen un efecto desincentivador

Varias personas en uno de los muchos bufets libres que hay en España  / PEXELS
Varias personas en uno de los muchos bufets libres que hay en España / PEXELS

Los bufets libres son un clásico. A gran escala en hoteles o en formatos más pequeños. Da igual cuál sea el tipo de comida que ofrecen. La mayoría de ellos tienen un denominador común: cobran a los comensales que se pasan con el número de platos. 

Pequeñas cuantías con las que el cliente se lo piensa dos veces antes de llenar el plato de forma desmesurada. Una medida que pretende evitar el desperdicio alimentario y que los expertos coinciden en que es muy efectiva. ¿Pero es legal? 

La raíz del problema 

Hace tiempo que la sociedad española trabaja en la concienciación del desperdicio alimentario. Manel Morillo, consultor de restaurantes en Con Gusto Consulting, explica a Consumidor Global de dónde provienen este tipo de penalizaciones contra el desperdicio alimentario

Un bufet libre de un hotel / UNSPLASH
Un bufet libre de un hotel / UNSPLASH

Señala tres raíces que pasan por: presión social, presión legal y sentido común del restaurante, en palabras del experto. La primera de ellas asegura que ha ido creciendo con el paso de los años. "Evidentemente esa presión social ha ido desencadenando en diversas medidas legales para reducir la merma alimentaria", detalla Morillo. 

¿Cuánto pueden llegar a multar?

Las sanciones económicas que imponen los restaurantes no son elevadas. Suelen oscilar entre los dos y los cuatro euros por plato con comida sobrante en función del establecimiento. Difícilmente, el usuario encuentra un bufet libre japonés o chino que no advierta sobre estas penalizaciones económicas. 

Dos mujeres comen en un restaurante  / PEXELS
Dos mujeres comen en un restaurante / PEXELS

Hubo un caso de hace tan solo unos meses que se hizo viral en redes sociales. Fue el de cuatro jóvenes que acudieron a un bufet libre japonés en Lleida y les cayó una multa de 181 euros. ¿El motivo? Cogieron tal cantidad de platos que hasta algunas bandejas de sushi se quedaron sin abrir. Normalmente, estas multas llegan a partir de la tercera tirada y cuando el plato se queda sin probar. 

Una excepción a la norma

En todo caso, los comensales tienen derecho a pedir la comida que les ha sobrado para llevar, según diversas normativas autonómicas. Sin embargo, hay una excepción que queda fuera de esta medida: los bufets libres. 

¿Por qué? Se trata de "evitar la picaresca española y los abusos", en palabras del abogado de Honoralia, Javier Jornet. En sus declaraciones a este medio, el jurista recalca la diferencia entre que sobre alguna pieza del plato y que te sobren ocho platos. "Es una medida encaminada a evitar el desperdicio alimentario", subraya. 

Un plato de comida plant-based / FREEPIK - rawpixels.com
Un plato de comida plant-based / FREEPIK - rawpixels.com

La importancia de una buena comunicación 

Lo que sí deben hacer los bufets libres es advertir de estas multas desde el principio. Un argumento al que recurren tanto Manel Morillo como Javier Jornet. El primero de ellos pone el foco en la importancia de saber comunicar este tipo de penalizaciones para que el cliente no se sienta ofendido. 

"Hay que hacerlo de una forma divertida y empática y trasladar los valores de evitar el desperdicio alimentario", detalla. La prohibición de sacar comida de los bufets libres lleva décadas instalada. "Evidentemente sería un asalto a la rentabilidad y al modelo de negocio", concluye el consultor. 

Retiran esta conocida comida por contener trozos de metal / Unsplash
Un plato de un bufet libre / Unsplash

 ¿Es legal?

Javier Jornet tiene claro que sí es legal que los bufets libres apliquen estas multas. Lo que tampoco duda es que, al final, es un fenómeno más anecdótico. "Una vez que informas sobre la posibilidad de cobrar un extra, la mayoría de personas ya no hacen ese abuso", argumenta el abogado. 

Una eficacia que también comparte Manel Morillo. Así, limitar a los gorrones y a los ansias cuando se trata de comida se ha vuelto una cuestión que solo se resuelve de una forma: multándoles.

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