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El cielo de España se vuelve más exclusivo con un repunte de la demanda de jets privados
Los vuelos privados seducen más este verano para huir del caos de las aerolíneas, con cancelaciones y pérdidas de equipaje
Mientras algunas personas se ganan el cielo, otras se lo compran. Ahora el cielo de España se ha vuelto más exclusivo con un repunte de la demanda de jets privados, cuyo uso se disparó con la pandemia del Covid-19, sus respectivas restricciones a la movilidad y una drástica caída de las conexiones aéreas que poco a poco ya se van recuperando. Este verano los vuelos privados vuelven a seducir a los que se pueden permitir este lujo frente al caos de las aerolíneas tradicionales, con cancelaciones y pérdidas de viaje.
Desde la compañía líder en alquiler de aviones privados, Air Charter, avanzan a Consumidor Global que las peticiones se han incrementado hasta un 20 %, en comparación con el verano de 2021. “Hemos notado un mayor número de operaciones. Ya en 2020 registramos un boom, pero ahora vemos que sigue su tendencia al alza y parece que el tráfico de aviones privados continuará creciendo en lo que queda de verano”, añaden desde la empresa.
Ibiza bate récord de vuelos con jets privados
“Es una locura todo. Hace tres años, el sector de la población con mayor poder adquisitivo empezó a usar jets privados por miedo al contagio, ahora parece que se han acostumbrado y hay mucha más demanda”, comenta Albert Ferrer, piloto de aviones privados de la aerolínea Globair. “En España uno de los destinos más frecuentados es, sin duda, las Islas Baleares”, señala. De hecho, este año Ibiza bate récord en número de operaciones de aviones privados.
Según datos de Aena, sólo en julio aterrizaron o despegaron de la isla un total de 2.558 jets privados, frente a los 1.966 del mismo periodo del año anterior y los 1.192 de 2020. Además, cabe destacar que en el primer semestre de 2022 el Aeropuerto Internacional de Ibiza recibió la visita de 6.066 aviones privados, frente a los 5.345 del mismo periodo de 2021 y los 3.819 del último semestre, previo a la irrupción del coronavirus.
¿Cuánto cuesta volar con este sistema tan prestigioso?
Ferrer asegura que la mayoría de sus clientes son empresarios, aunque también ha trasladado a futbolistas, cantantes y actores. “Son gente que tiene mucho dinero y que se puede permitir viajar sin hacer largas colas en el aeropuerto y sin pasajeros molestos. El precio varía según las horas de vuelo y del modelo del avión, pero la cifra puede alcanzar en el extremo más caro hasta los 15.000 euros la hora”, destaca el piloto a este medio.
Atendiendo a la categoría y a las horas de vuelo, desde Eurosky explican a Consumidor Global los diferentes precios. El Very light jet de hasta 5 plazas cuesta a partir de 2.400 euros la hora de vuelo; un Midsize jet de hasta 9 plazas se alquila desde 4.500 euros la hora y un Ultra long range de hasta 16 plazas sale se puede conseguir a partir de 8.500 euros. “Aparte de las horas de vuelo y el modelo, otro factor que puede influir sobre el precio final es la duración de la estancia en un destino, así como la disponibilidad del avión”, matizan.
Poca flota para tanta demanda
“Hay poca flota para la demanda que hay últimamente. No damos abasto”, reconoce Ferrer. El piloto sostiene que hace tres o cuatro vuelos diarios, una cifra similar a la de antes de la pandemia durante la misma temporada alta. “Eso no quiere decir que haga lo mismo, hay más vuelos, lo que pasa que no me pueden sobrecargar más trabajo”, explica. El tiempo medio de espera para la fabricación de un avión nuevo es de dos años.
Uno de los destinos a los que más vuela Ferrer, según cuenta a este medio, es Niza, en Francia. Para Carlos López de la Osa, asesor técnico de aviación en la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, “precisamente, a esa ciudad, al igual que a Ibiza, otro de los destinos más demandados para ir de vacaciones. Las personas con mucho dinero no realizan estos viajes por urgencias y los jets privados tienen hasta 14 veces más emisiones de CO2 por pasajero y kilómetro que viajar en vuelo comercial, y 50 veces más que hacerlo en tren de alta velocidad”, remarca.
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En el análisis realizado por la federación sobre rutas de jet privados en Europa más contaminantes, Niza aparece cuatro veces. “Si contamos el número de vuelos, es la absoluta ganadora de la lista con 6285 vuelos. Esto desmonta la teoría de que la mayoría de los vuelos en jet privado son por razones de negocio”, explica. “Identificamos un pico claro de tráfico de aviación privada durante los meses de verano, y los aeropuertos en lugares soleados obtienen la mayoría de sus ingresos en ese momento”, añade el asesor.
“En una encuesta reciente realizada por Private Jet Card Comparisons, se encontró que, entre sus suscriptores, quizás influenciados por el Covid-19, el 46 % de ellos planeaba usar aviones privados en los próximos seis meses para transportar a miembros de la familia, el 45 % planeaba visitar un segundo hogar, y solo el 35 % los usará para hacer negocios. Estos números demuestran claramente que el tiempo que se ahorra al volar en privado no es necesariamente de suma importancia y, por lo tanto, no siempre se puede usar como excusa para el impacto climático desproporcionado resultante", destaca López.
El impacto en el planeta y el medioambiente
“Un 1 % de la población es responsable del 50 % de las emisiones de la aviación, y algunos usuarios de jet privado contaminan 1.000 veces más que el ciudadano medio”, añade el asesor técnico de aviación de Transporte y Medio Ambiente. Últimamente, se ha visto a varios famosos, entre ellos Kyle Jenner y Taylor Swift, que han usado sus aviones privados para irse de vacaciones. “Algo que, sin duda, no hace nada bien al planeta, sobre todo, ahora que atravesamos una crisis climática que se refleja en el verano más caluroso desde hace décadas”, remarca López de la Osa.
Sobre ello, este experto lanza un mensaje y un consejo muy claro a aquellas personas que, por cuestión de tiempo y de comodidad, deciden obviar los cuidados que necesita el medioambiente y embarcarse en el lujo de un jet privado. “Hay que ser conscientes del cambio climático y del impacto negativo que provoca escoger este modelo de vuelo. Es preferible coger un avión comercial o incluso realizar la ruta por tren. Sólo supone un poco más de tiempo, pero es un gesto que el mundo agradecerá”, concluye.
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