La compra de huevos es un clásico en la mayoría de las casas. Los lineales de los supermercados están repletos de huevos de gallina. Aunque de aspecto son todos iguales, lo cierto es que hay diferencias.
Existen disimilitudes notables entre los huevos ecológicos y los de gallina criadas en suelo. Para poder entender estas diferencias es fundamental entender el código que se graba en cada huevo. Una combinación numérica que desvela mucha más información de lo que se pueda imaginar.
Cómo leer el código del huevo
La normativa de la Unión Europea obliga a que todos los huevos estén marcados en su cáscara externa por una clave. Se trata de un código que permite al usuario saber el origen y la producción de ese huevo.
Esta información sirve para crear una especie de DNI que contiene los siguientes datos:
- Sistema o método de producción. Solo puede ser entre el número 0 y el 3. Un único dígito que se identifica en el comienzo.
- Le sigue una identificación del país mediante siglas. Por ejemplo, en el caso español sería "ES".
- Provincia: está compuesta por dos números.
- Municipio: compuesto por tres dígitos. Código numérico de dos dígitos.
- El código restante corresponde a la granja. Puede ser de tres cifras o más.
Diferencias entre los huevos
Para diferenciar si un huevo es campero o de otro tipo hay que fijar en el método de producción. Así, todas aquellas combinaciones numéricas que empiecen por cero se corresponden con una producción ecológica. El uno está reservado para las gallinas camperas (en suelo y acceso al aire libre).
El dos se corresponde con las gallinas criadas en suelo aunque no tienen necesariamente acceso al aire libre ni se determina cuánto espacio hay entre ellas. Por último, se encuentra el nivel tres, que identifica a las gallinas criadas en jaulas.