Will Smith es una figura icónica en la industria del entretenimiento estadounidense, a pesar de que su incidente en la ceremonia de los Premios Óscar 2022 (cuando subió al escenario para soltarle una bofetada a Chris Rock, que había hecho un chiste la alopecia de su esposa, Jada Pinkett) haya empañado un tanto su imagen.
Smith ha alcanzado mucho éxito gracias a su versatilidad como actor, productor y rapero. Su fama se ha fraguado a lo largo de décadas, pero quizá su papel más reconocido sea el de El príncipe de Bel-Air, donde interpretaba una versión de sí mismo que vivía con su tío Philip Banks en una mansión (de 600 metros cuadrados) de estilo colonial ubicada en Brentwood, Los Ángeles.
La mansión de Will Smith
Ahora, el propio Smith ha puesto a la venta una mansión que no tiene mucho que envidiarle a la que poseía su tío en la serie de ficción. Tiene dos plantas, cuenta con cinco dormitorios y está ubicada en Woodland Hills. Según han publicado medios estadounidenses, ha salido al mercado “por el precio relativamente bajo de 2 millones de dólares”, en medio de una oleada de rumores sobre el estado del matrimonio.
Este casoplón que ahora vende el protagonista de Soy Leyenda o En Busca de la felicidad incluye una pista de baloncesto, una pista de tenis, una gran piscina y un jacuzzi. Will y Pinkett Smith compraron la propiedad por unos 900.000 dólares en el año 2010, aunque no consta que hayan vivido allí. De confirmarse, no sería la primera venta del matrimonio: en 2011 se embolsaron unos 12 millones de euros por una mansión que poseían en la isla de Kauai, Hawái.
Patrimonio del actor
La venta del inmueble no implicará cambios de envergadura en el patrimonio del actor estadounidense, que, según los medios americanos, puede rondar los 350 millones de dólares.
“Estoy en una fase de reestructuración personal. La primera mitad de mi vida fue acumular, acumular, acumular; y la segunda mitad de mi vida será dar, dar y dar”, contestó el interpréte a Complex cuando le preguntaron por su fortuna.