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Alimentación saludable en residencias y hospitales: este decreto lo garantiza

Sigue la estela del recientemente aprobado ‘Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles’, que entrará en vigor el próximo curso escolar

Ana Carrasco González

Unas personas mayores en una residencia / FLICKR

En las residencias de mayores, lo que se sirve en el plato también es una cuestión de dignidad. Durante años, las denuncias de familiares y residentes han sonado como un eco insistente en los pasillos de los centros

Raciones escasas, menús repetitivos, productos de baja calidad y un desfile de platos insípidos han dibujado un panorama preocupante tanto en centros públicos como privados. Pero el hartazgo ha llegado, por fin, a oídos del Gobierno.

Un real decreto para regular el problema

El Ministerio de Derechos Sociales, liderado por Pablo Bustinduy, ha anunciado que sacará adelante un real decreto para regular la alimentación en residencias de mayores y hospitales. El objetivo es garantizar que lo que se sirve en estos centros sea saludable, nutritivo, digno y, si es posible, un poco más sabroso.

Esta iniciativa no parte de cero. Sigue la estela del recientemente aprobado Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles, que entrará en vigor el próximo curso escolar y que ya establece reglas claras para mejorar lo que comen niños y adolescentes en colegios e institutos: más verduras, frutas y pescado fresco; menos fritangas, procesados y dulces. Ahora, esa misma filosofía se aplicará a dos entornos especialmente sensibles como son los hospitales y las residencias.

Comer bien es una cuestión de salud (y de justicia)

“El derecho a una alimentación saludable no termina al cruzar las puertas de una residencia o de un hospital”, ha afirmado Bustinduy. No le falta razón. En estos centros conviven personas dependientes, mayores, con enfermedades crónicas o necesidades especiales. Su dieta no solo influye en su calidad de vida, también en su recuperación y bienestar emocional. Sin embargo, hasta ahora, el menú ha estado muchas veces regido más por criterios económicos que nutricionales.

Estepona acerca el cante en vivo a las residencias de mayores en un proyecto de musicoterapia / EP

El futuro decreto establecerá criterios mínimos de calidad nutricional y de sostenibilidad para todos los alimentos y bebidas que se ofrezcan en hospitales y residencias. No se trata solo de que haya más fruta y menos bollería. También se pondrá el foco en la forma en que se compran y cocinan los alimentos, promoviendo prácticas más sostenibles y responsables. Además, se pretende utilizar este nuevo marco normativo para orientar la contratación pública en estos servicios, de forma que los pliegos de licitación incluyan exigencias claras. 

Más allá del plato

Este decreto representa una promesa importante, pero también plantea retos. ¿Están los centros preparados para este cambio? ¿Tendrán los recursos necesarios para ofrecer menús a la altura de lo que establece la ley? Y, sobre todo, ¿se aplicará con el mismo rigor en todo el territorio, sin caer en la trampa de las buenas intenciones que se quedan en el papel? La clave estará, como siempre, en la implementación y en la vigilancia. 

En un país donde cada vez vivimos más años, pero no siempre mejor, cuidar lo que comen nuestros mayores y nuestros enfermos no puede ser una opción secundaria. Este decreto es, al fin, un paso hacia una alimentación que respete la salud, la dignidad y el paladar. Y eso, en cualquier mesa, sabe a victoria.