El supermercado de congelados La Sirena ha sorteado con éxito un apagón eléctrico que podría haber acabado en desastre. Gracias a su sistema de refrigeración de emergencia, y al milagro del hermetismo –sí, que nadie abriera las puertas de los congeladores—, la gran mayoría de los productos se han conservado en perfecto estado.
La electricidad, según cuentan los empleados a Consumidor Global, volvió pasadas las 20:30, tras varias horas de tensión y frío contenido. “Llega a durar un poco más y hubiéramos tenido que tirar todo”, comenta un trabajador mientras desvía la mirada a los langostinos y a los filetes de merluza, bien conservados en la nevera más cercana.
El protocolo de emergencia de La Sirena
El corte de luz ocurrió en plena jornada laboral, cuando aún quedaban productos apilados y empleados vigilando de cerca las neveras. Pero el protocolo de emergencia hizo que se activaran los generadores de respaldo, y el frío, aunque algo menos potente, se mantuvo a raya.
Ayudó, claro, que nadie anduviera abriendo puertas como si fueran la nevera de casa. “Al no haber movimiento, el frío se quedó dentro, como atrapado, ¿sabes?”, cuenta un empleado a este medio.
Este producto no se pudo salvar
“El sistema de refrigeración de emergencia duró unas cuatro o cinco horas, pero claro, como no se abría, el frío se mantenía consistente. Además, como hay tanto producto congelado junto, como que se ayudan entre ellos, se hacen piña. Eso también ayuda mucho”, explica. Y sí, técnicamente, los congelados hicieron equipo.
La escena, sin embargo, tuvo su pequeño daño colateral: los helados. “Los helados sí que es más complicado… Algunos se descongelaron un poco, estaban hechos una porquería, y eso sí que lo hemos tenido que tirar”, admite el trabajador. “Menos mal que fue lo único, porque podría haber sido todo”, añade. Por suerte, La Sirena no tendrá que vaciar sus vitrinas ni lamentar una pérdida masiva.