Ni Mercadona ni Carrefour ni Lidl ni Dia ni El Corte Inglés ni Eroski. Los supermercados españoles no tienen ciruelas en invierno -la temporada de esta fruta va de mayo a septiembre-. Excepto Ametller Origen.
La cadena de supermercados catalana vende ciruelas procedentes de Sudáfrica mientras se llena la boca hablando de sostenibilidad, proximidad, circularidad y ecología.
Ametller y sus ciruelas de origen remoto
“La sostenibilidad y el cuidado del medioambiente es una de las prioridades de Ametller Origen”, presume la cadena en su página web.
Sin embargo, el consumidor que se acerque a uno de sus establecimientos encontrará ciruelas rosadas (4,99 euros el kilo) de origen sudafricano, es decir, importadas de un país situado a más de 10.000 kilómetros de España.
Nivel de sostenibilidad
"Contribuimos a reducir la huella de carbono" o "Empleamos procedimientos con un mínimo impacto medioambiental que garantizan una producción sostenible" son algunos eslóganes de los que alardea la empresa cuyas ciruelas viajan refrigeradas en barco durante 16 días.
Nivel de sostenibilidad: bajo cero.
De las judías de Kenia a las ciruelas de Sudáfrica
Lo cierto es que no se trata de la primera vez que Ametller sorprende con el estrambótico origen de sus productos.
Consumidor Global se ha hecho eco de las quejas de los clientes de la cadena de distribución sobre las judías de Kenia, productos ecológicos que no lo son, setas falsas y rossinyols de Bulgaria, frutas y verduras plastificadas, y un largo etcétera.
La hipocresía de Ametller Origen
Parece que, una vez más, la realidad poco o nada sostenible de Ametller Origen asoma y retrata la hipocresía de la cadena en materia de sostenibilidad.
Los eslóganes de Ametller recuerdan a aquella célebre cita de Groucho Marx: “Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”.