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Ferran Alemany: "Vender nuestra miel en Harrods o Japón es un orgullo"
Entrevistamos al propietario de esta empresa centenaria que arrasa, año tras año, en los 'Great Taste Awards', considerados los Oscar de la alimentación, gracias a su calidad
Endulzar la vida a los demás. Esto es lo que hace la familia Alemany desde 1879. A los vecinos del pueblo de Os de Balaguer, a los ilerdenses, a los catalanes, a los españoles, a los clientes más selectos de Harrods y a los japoneses más sibaritas. Sí, el oficio de Ferran Alemany, su padre Miquel Alemany, su abuelo, su bisabuelo y la tatarabuela Mundeta es y ha sido construir un universo dulce capaz de sobrevivir a todo tipo de guerras, depresiones y otras pandemias.
Entrevistamos a Ferran Alemany, quinta generación y actual propietario de Torrons i Mel Alemany, una empresa familiar que podría presumir de ser la empresa española que más estrellas ha ganado en los Great Taste Awards, los Oscar de la alimentación gourmet, pero no lo hace. En lugar de eso, se dedica a buscar los mejores colmenares y a los mejores apicultores de la península Ibérica, apuesta por la inclusión social y sirve un producto único. Porque la miel de hoy es la misma que la que polinizaban las abejas en las colmenas hace 100.000 años, pero ninguna sabe tan bien como la suya. Això sí que és mel.
--Todo empezó con los caramelos de miel y frutos secos que preparaba en Os de Balaguer (Lleida) la señora Mundeta…
--A finales del siglo XIX, en un entorno rural de secano y difícil subsistencia, mi tatarabuela, que no tiene propiedades ni tierras, empieza a ganarse la vida haciendo pequeños dulces con miel y frutos secos que vende en las romerías típicas de las ermitas de cada pueblo. Al cabo de unos años, su hijo, mi bisabuelo, lo mejora. Hace turrón de avellana y conecta con el mundo de la miel.
--Más de un siglo y cinco generaciones después, Torrons i Mels Alemany produce 550 toneladas de miel al año.
--El ácaro Barroa, una especie de filoxera en el mundo de la abeja, aparece en los años 80, y mi padre se ve obligado a dejar las abejas y buscar los mejores colmenares de la península Ibérica. Gracias a él, ahora trabajamos con los mejores apicultores de toda la península, que son alrededor de cien, y ofrecemos toda la gama de mieles que se producen en el país.
--En 2024 también ha llegado la miel china a los supermercados españoles…
--El mercado está complicado porque llegan mieles de China y Turquía muy baratas y de dudosa calidad. Invaden los supermercados y copan las marcas blancas, pero nosotros no apostamos por las cadenas de marca blanca ni de grandes descuentos, conectamos con tiendas de alimentación gourmet y con Plusfresc, Sorli, Bonpreu y Ametller Origen, entre otras. Nosotros apostamos por la apicultura nacional de calidad.
--¿Cómo seleccionan a los mejores apicultores?
--Catando la miel. Mi padre ha recorrido toda España buscando los mejores apicultores. Nosotros seleccionamos hasta diez mieles diferentes de la península Ibérica, que es el mejor lugar del mundo, por floraciones y horas de sol, para producir miel.
--¿Cuál es vuestra variedad de miel más vendida?
--En Cataluña, la de romero es la más típica de la zona mediterránea. Le siguen la de tomillo y azahar. Estas tres serían las mieles clásicas. Pero también hay de castaño, lavanda, brezos… Y luego tenemos varias gamas centradas en la innovación de miel con valor añadido.
--¿Estar en Harrods y vender en Japón es el mayor reconocimiento que una empresa familiar de turrones y mieles puede alcanzar?
--Es un motivo de satisfacción. Entrar en estos sitios de élite es un orgullo, pero lo realmente importante es estar en los puntos de venta locales, estar en tu territorio. Hoy en día los consumidores estamos saturados de productos, y el nuestro tiene una historia, está bueno y va bien vestido.
--Modestia aparte, año tras año sois la empresa nacional más premiada en los Great Taste Awards, considerados los Oscar de la alimentación gourmet…
--También es un orgullo. Ahora no participamos porque llevábamos cuatro años consecutivos y fuimos dos veces la empresa española con más estrellas y productos premiados. Fue una sorpresa que una organización así nos diera este reconocimiento, pero decidimos descansar durante un par de años. Ya volveremos.
--¿Envasar miel es un arte?
--El arte es hacerlo de una manera determinada, de la forma artesanal de siempre, pero manejando un cierto volumen con los ingredientes más nobles posible. A veces la industrialización te obliga a utilizar ingredientes de menos calidad. A nosotros nos gusta lo singular, sin aditivos ni ayuda de productos tecnológicos, con lo básico, de calidad. Manteniendo fórmulas cortas. Miel con piel de naranja, si queremos miel y naranja. Hemos aprendido a confitar la piel de naranja para no añadir nada. Ahora hacemos crema de avellana con cacao y no queremos emulgentes ni aditivos extraños. Queremos cuatro ingredientes. Esta es nuestra filosofía.
--Supongo que también por eso Torrons i Mel Alemany es un referente de calidad y tradición… ¿Cómo se consigue y cuán difícil es mantenerse tanto tiempo en lo más alto?
--El ser una empresa familiar ayuda. La familiar tiene una manera de funcionar que acompaña a la hora de que las cosas se hagan de una cierta manera. Hemos sabido mantener durante cinco generaciones la pasión por hacer nuestro trabajo lo mejor posible sin hacer experimentos.
--Al final, como usted dijo en una entrevista, la miel actual es la misma que la de hace 100.000 años…
--Yo siempre digo que la miel es el endulzante ancestral. Los primeros homínidos (primates) ya conectaban con la miel. La encontraban en los bosques y les daba energía, micronutrientes importantes y protección contra virus y bacterias. Es el primer endulzante de la humanidad.
--¿Cómo han evolucionado los endulzantes?
--Desde hace 200 años han evolucionado hacia otros sistemas como el azúcar de remolacha, que se ha industrializado hasta alcanzar precios muy económicos con químicos. Hubo una época en que la miel pasó un poco de moda, pero ahora vuelve a conectar con la alimentación saludable. La miel es la esencia de la naturaleza. Las abejas recolectan la gota de néctar de las plantas y la convierten en miel. Es una materia prima buenísima que ahora el mercado aprecia de nuevo. Con esta materia prima tan noble, Alemany intenta innovar.
--Habéis innovado ampliando vuestro catálogo de productos con bebidas con miel o con las cremas untables de frutos secos con miel y cacao…
--Tenemos una misión: endulzar la vida de la gente a través de la miel de diferentes flores, de diferentes sabores, de diferentes aromas, de diferentes mieles. Ofrecemos productos típicos, como miel con nueces y almendras, y también hemos incluido mezclas de especias como la canela, la curcuma o el jengibre acompañadas con el dulzor de la miel. Es un toque interesante y rico nutritivamente hablando. En la línea gourmet tenemos miel con frutos secos y la miel con virutas de piel de naranja. También hemos lanzado la miel con zumo de limón y vitamina C consiguiendo un sabor buenísimo que gusta a niños a los que no les gustaba la miel. Otra vertiente saludable es el cóctel apícola, que es la mezcla de todo lo que produce la abeja en un cóctel. Desde la miel y la jalea real hasta el propóleo. Tenemos las cremas que comentabas, una bebida de infusión de menta y otra de tomillo con un toque de miel. Hace cuatro años hicimos unos vinagres con miel…
--Hace unos años también decidisteis sustituir la automatización por la ocupación de personas con capacidades diferentes…
--Fue un poco por casualidad. Empezamos a conectar con estos centros y hemos cogido confianza. Hoy en día Alemany es una empresa abanderada que trabaja casi todos sus productos de miel con centros especiales. Toda nuestra miel se etiqueta a mano en cuatro centros especiales en Lleida. Les enviamos los tarros y ellos los etiquetan. Sesenta personas trabajan todos los días en estos procesos, por este motivo obtuvimos la placa Francesc Macià en 2021 como reconocimiento, pero nosotros no ayudamos a los centros, ellos nos ayudan a nosotros.
--¿Emplear menos máquinas y más personas también marca la diferencia?
--En lugar de robotizar procesos, los humanizamos. Mientras todo nuestro entorno nos exige o nos dice que hemos de robotizar procesos para aprovechar al máximo los recursos, Alemany va a contracorriente. Sacamos las máquinas y hemos humanizado la producción con un valor añadido. Ayudamos a visibilizar estos colectivos y estamos hablando con otros empresarios para que se animen a hacer lo mismo.
--¿Tenéis algún otro proyecto similar?
--El último proyecto es un jabón hecho con miel por las monjas clarisas de Balaguer. A mí me gusta decir que es un jabón espiritual, porque limpia el cuerpo y limpia el alma. Es nuestro regalo corporativo.
--En algunos packs vuestros productos se venden junto a los de Pastoret, Almendrina o Teulas Trias…
--El mercado es muy competitivo, y las marcas que intentamos hacerlo bien estamos ahí, compitiendo con las marcas blancas. Pastoret, Almendrina o Teulas Trias son compañeras de viaje.
--¿Qué empresas españolas admira?
--Una empresa de nuestro entorno sería Pastoret de la Segarra. Lo ha hecho muy bien en pocos años y ha colocado sus yogures en los lineales más selectos. Galletas Trias también ha mantenido la tradición con la base de almendra y compiten porque aportan un valor añadido. Al final, se trata de eso.
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