A medida que marzo llega a su fin, nos enfrentamos a un evento que marca la transición hacia el horario de verano: el adelanto de los relojes. Este ajuste, que se realiza dos veces al año, sigue generando efectos en nuestra vida cotidiana, desde alteraciones en el sueño hasta cambios en el estado de ánimo. Aunque en los últimos años ha habido debates sobre su conveniencia, por ahora, no se prevén modificaciones en esta práctica.
¿Cuándo se producirá el cambio de hora?
El ajuste horario se lleva a cabo el último fin de semana de marzo y, en este 2025, tendrá lugar en la madrugada del sábado 29 al domingo 30 de marzo. En ese momento, cuando el reloj marque las 2:00 h (1:00 h en Canarias), pasará directamente a las 3:00 h (2:00 h en Canarias). Como resultado, ese día contará con 23 horas en lugar de las 24 habituales.
Este cambio tiene como objetivo aprovechar mejor la luz solar en nuestras actividades diarias. Sin embargo, su impacto en el bienestar de las personas y en la productividad genera un debate constante. Además, España opera con un huso horario alineado con Europa Central en lugar de Europa Occidental, lo que alimenta la controversia sobre si este ajuste es realmente beneficioso.
¿Por qué se cambia la hora en España con cada cambio de estación?
El origen de esta medida se remonta a 1974, en plena crisis del petróleo, cuando varios países decidieron modificar sus relojes para reducir el consumo energético mediante un mejor aprovechamiento de la luz natural. Desde entonces, España realiza dos cambios de hora anuales.
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Horario de verano: Se adelantan los relojes en marzo, coincidiendo con la primavera.
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Horario de invierno: En octubre, se retrasan una hora para optimizar el uso de la luz durante los meses más fríos.
En este 2025, el cambio al horario de verano coincide con otros eventos astronómicos, como la llegada oficial de la primavera el 20 de marzo y un eclipse solar parcial visible en Europa, incluida España, el 29 de marzo.
Aunque en sus inicios esta medida tenía un impacto significativo en el ahorro energético, en la actualidad su repercusión es mínima debido a los cambios en los hábitos de consumo y la eficiencia de la tecnología. No obstante, a nivel legislativo, la medida sigue vigente y se mantendrá, al menos, hasta 2026, según lo estipulado en la Orden PCM/186/2022, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Impacto del cambio de hora en la salud y el bienestar: ritmos circadianos
El adelanto del reloj puede provocar alteraciones en el organismo, ya que modifica los ritmos circadianos, encargados de regular funciones esenciales como el sueño, la temperatura corporal y los niveles de energía. Muchas personas experimentan dificultades para dormir, sensación de fatiga y una mayor irritabilidad durante los primeros días tras el cambio de horario.
Entre los efectos más comunes de este ajuste se encuentran:
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Desajustes en el sueño: El cuerpo tarda en adaptarse a la nueva rutina de descanso.
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Sensación de cansancio: La reducción del tiempo de descanso puede afectar la energía durante el día.
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Dificultad para concentrarse: El cerebro necesita adaptarse al nuevo ciclo de luz y oscuridad.
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Cambios en el estado de ánimo: Algunas personas experimentan mayor irritabilidad o apatía debido a la falta de sueño.
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Alteraciones en el metabolismo: Los cambios en los horarios pueden afectar el apetito y la digestión.
Consejos para adaptarse al cambio de hora de forma saludable
Si bien el cuerpo humano se ajusta de manera natural a los cambios de horario, hay formas de facilitar esta transición y minimizar sus efectos negativos. Aquí te dejamos algunas recomendaciones.
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Ajusta tu rutina de sueño gradualmente: En los días previos al cambio de hora, adelanta la hora de acostarte y despertarte en intervalos de 15-20 minutos para que la transición sea más suave.
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Aprovecha la luz natural: La exposición al sol durante la mañana ayuda a regular el reloj biológico y a mejorar los niveles de energía.
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Mantén un horario de descanso estable: Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días ayuda a sincronizar el ritmo circadiano.
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Evita siestas prolongadas: Si sientes cansancio, opta por siestas cortas de 20-30 minutos para no interferir con el sueño nocturno.
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Modera el consumo de cafeína y comidas pesadas: Evita el café y otros estimulantes por la tarde y opta por cenas ligeras que favorezcan el descanso.
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Realiza ejercicio moderado: La actividad física ayuda a regular el sueño y reduce la fatiga asociada al cambio de horario.
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Practica técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda o el yoga pueden ayudar a reducir el estrés y facilitar el ajuste al nuevo horario.
El cambio de hora es una práctica que, aunque controvertida, sigue vigente en muchos países. Si bien puede causar ciertos desajustes en el organismo, la clave está en adoptar hábitos saludables que permitan una transición más llevadera. Siguiendo estas recomendaciones, podrás minimizar los efectos del ajuste horario y adaptarte sin grandes dificultades al nuevo ritmo de vida. ¡No olvides adelantar tu reloj y aprovechar al máximo la luz del día!