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Giro de 180 grados en las relaciones de pareja, según los expertos: "Cada dos o tres años"

Descubre las diferencias entre enamoramiento y amor verdadero, cómo actúa el cerebro en cada etapa y qué dicen los expertos sobre las relaciones duraderas en tiempos modernos

Rocío Antón

Giro de 180 grados en las relaciones de pareja, según los expertos: "Cada dos o tres años"/ PEXELS

La emoción intensa de ver a alguien que te atrae, ese cosquilleo en el estómago, la sonrisa espontánea y el corazón acelerado son sensaciones universales que muchas personas asocian con el amor. Pero, ¿qué ocurre realmente dentro de nuestro cuerpo cuando decimos que estamos “enamorados”? ¿Y qué distingue ese flechazo inicial de una relación sólida y profunda con el paso del tiempo?

Una pareja en terapia / FREEPIK

Desde la neurociencia hasta la psicología de pareja, expertos coinciden en algo: lo que conocemos como amor tiene varias etapas, y no todas involucran mariposas en el estómago.

El cerebro enamorado: una explosión química

Sergio Adrián Montero Cruz, investigador del Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Colima (México), explica que el enamoramiento es un fenómeno cerebral complejo que activa hasta 19 zonas distintas del cerebro. Entre ellas, destaca el sistema límbico, el centro emocional, donde una pequeña región llamada área tegmental ventral comienza a liberar dopamina, una sustancia relacionada con el placer y la recompensa.

Una pareja que comparte los mismos valores de vida, es una pareja con futuro/ PEXELS

Esta euforia inicial también viene acompañada de un “apagón” temporal de la corteza prefrontal, encargada de la lógica y el juicio. Por eso, durante esta fase, solemos pasar por alto las señales de alerta o los defectos de la otra persona: literalmente, nuestro cerebro está bajo el efecto de una droga natural.

El proceso de enamoramiento dura como mucho 3 años en las mujeres y 6 en los hombres/ PEXELS

“La dopamina nos mantiene enganchados”, explica Montero, “y por eso el enamoramiento se parece mucho a una adicción. Las sensaciones que se generan pueden compararse con las que producen sustancias como la cocaína o el cannabis, debido a la liberación de endorfinas y cannabinoides endógenos”.

Enamoramiento o amor verdadero: ¿Cuánto dura la primera etapa?

Aunque varía entre personas, los estudios indican que esta fase tiene fecha de caducidad. En mujeres, puede extenderse entre seis meses y tres años; en hombres, por lo general, se disipa a los seis meses. Cuando la intensidad de la dopamina comienza a disminuir y la razón retoma su lugar, entramos en otro estadio: el del amor consciente.

Aquí aparece la oxitocina, la hormona del apego y la conexión, que da paso a un vínculo más estable, con menos áreas del cerebro involucradas, pero con un compromiso emocional más profundo.

El amor según la psicología: un arte que se trabaja o acaba

Para Antoni Bolinches, psicólogo clínico y terapeuta de pareja, el amor es algo que no sucede por azar ni se sostiene con pura pasión. “Es un lazo emocional, sexual y afectivo que se construye con la intención de perdurar”, afirma en el podcast Better, en un episodio que se ha vuelto viral por su enfoque honesto sobre el funcionamiento del amor moderno donde nos hemos habituado a cambiar de compañero sentimental cada X tiempo.

Una pareja recién enamorada / FREEPIK

A diferencia del enamoramiento, que se consume rápidamente, Bolinches describe el amor como una elaboración progresiva que puede tomar décadas desde que abandonas ese proceso límbico que te hace estar atraído en primera instancia: “Se necesita tiempo y experiencia para saber gestionar los conflictos y valorar los momentos difíciles, porque no se madura con las situaciones felices, sino con las crisis bien procesadas”, explica sobre el hecho de que científicamente enamorarse puede atender a una serie de procesos derivados de la química cerebral o, por el contrario, un verbo: amar es una acción y una decisión, fundamentalmente eso.

Relaciones en tiempos líquidos

Vivimos en una era donde las conexiones emocionales son más volátiles y en cuanto no somos tan felices como nos han vendido en Hollywood, abandonamos los vínculos con una frialdad pasmosa. Para Bolinches, el modelo relacional actual ha evolucionado hacia lo que llama “monogamia sucesiva”, una forma de relación en la que las personas establecen varios vínculos estables a lo largo de su vida, separados por periodos de transición o “regeneración afectiva” después de rupturas donde la mente se prepara para una nueva conquista— enamoramiento.

Una pareja en crisis / PEXELS

Esto responde a una necesidad emocional cambiante donde todo ha de ser como el primer día: “Si alguien desea estar constantemente enamorado, debería cambiar de pareja cada dos o tres años”, dice con franqueza. Sin embargo, aclara que esa lógica no aplica si lo que se busca es construir una relación sólida de amor y proyecto.

Autoestima y elecciones afectivas

Otra de las claves fundamentales para elegir bien en el amor es el autoconocimiento. Bolinches sostiene que muchas veces permanecemos en relaciones poco saludables debido a carencias personales, esperando llenar un hueco intrínseco con características del otro: “Cuando mantienes un vínculo con alguien que ya no te genera bienestar, lo que suele haber detrás es una baja autoestima”.

Una persona durante una crisis de pareja/ FREEPIK

Por eso, antes de entregarse por completo a otra persona, propone mirar hacia dentro y hacer el trabajo emocional necesario. Esta preparación ayuda a elegir mejor, a amar con madurez a nuestra pareja si es que la tenemos y a aportar con equilibrio en una relación.

El valor de "darse un tiempo": ¿Por qué es tan importante alejarse?

Cuando una pareja atraviesa una crisis, Bolinches sugiere una estrategia poco convencional: la separación temporal pactada, o lo que él llama, con humor, un “Kit Kat” emocional, refiriéndose al clásico "darse un tiempo":

“El distanciamiento no siempre lleva al final”, asegura. “Puede ser una manera de renovar el vínculo si ambas partes aprovechan el tiempo para reflexionar y crecer individualmente con el objetivo de prepararse para esta vuelta a la pareja...”. Según él, a veces es necesario ausentarse para poder valorar la presencia del otro de forma genuina.

En palabras de los expertos Antoni Boliches y de Adrián Montero, el amor no es solo una emoción, es una evolución de los procesos cerebrales y de nuestra capacidad cognitiva de adaptación al otro. Va más allá del subidón químico inicial y se convierte en una experiencia que exige madurez, compromiso y trabajo interior. Distinguir entre el encanto fugaz del enamoramiento y la construcción consciente de una relación profunda puede marcar la diferencia entre repetir patrones o vivir una conexión auténtica y duradera.