Marian Rojas, psiquiatra: "Es fundamental hacerse preguntas antes de lanzarse al amor"
¿Te sientes empachado por las mariposas iniciales? Quizá deberías seguir esta serie de pautas que la popular psiquiatra establece como fundamentales a la hora de construir una relación sana y duradera

Marian Rojas Estapé ya ha hablado en más de una ocasión de los problemas que guardan las decepciones amorosas: escasa reflexión y mucha idealización.
De hecho, sobre esto afirmaba la siguiente frase en una de sus últimas apariciones públicas: “Uno de los grandes errores en el amor es creer que siempre vamos a sentir lo mismo”, explicaba sobre el hecho de que muchas personas no entiendan que los vínculos humanos pasan por distintos puntos. Otro error es lanzarse sin el paracaídas de la coherencia, por el miedo a sentirnos solos, porque el peligro del amor es que reconforta y mucho, y la soledad debilita, tal y como expresaba la propia psiquiatra en una charla de Aprendemos Juntos BBVA.
Amor en evolución: Cómo saber si estás en la relación adecuada
Es completamente natural que en algún momento de una relación de pareja surjan dudas como: ¿Sigo sintiendo lo mismo?, o ¿Ha cambiado mi amor por esta persona? Estas preguntas, aunque inquietantes, forman parte del crecimiento emocional de cualquier vínculo afectivo.

Al principio, todo es intensidad: mariposas en el estómago, emoción en cada mensaje, y la ilusión de estar descubriendo algo único. Pero con el paso del tiempo, esa energía inicial puede transformarse, y no necesariamente porque el amor se haya ido, sino porque está evolucionando. Lo que muchas veces interpretamos como pérdida de amor, puede ser simplemente el paso de una etapa pasional a una más profunda y estable. En vez de apresurarnos a poner punto final, tal vez es momento de mirar más allá de la emoción pasajera.
Redescubrir si es amor partiendo de la madurez emocional
La psiquiatra y autora, Marian Rojas Estapé, ofrece una perspectiva enriquecedora sobre este proceso. Desde su experiencia clínica, propone que muchas decepciones en el amor se deben a no haber reflexionado lo suficiente antes de iniciar una relación. Según ella, dos preguntas fundamentales pueden marcar la diferencia entre un vínculo sano y una relación que termina en sufrimiento.
Las cinco preguntas más importantes que deberías hacerte antes de entregarte al amor
1. ¿Esta relación encaja en mi vida?
Más allá de la atracción inicial, es clave preguntarse si esa persona está alineada con nuestros valores, prioridades y estilo de vida. "La química puede ser intensa, pero no siempre suficiente", señala Rojas. Es fácil dejarse llevar por el entusiasmo, pero si los fundamentos no son sólidos, tarde o temprano aparecerán los conflictos.
La experta insiste: Si ya desde el inicio notas señales de incompatibilidad, pero decides ignorarlas, el precio emocional puede ser alto. Por eso, mirar con honestidad si esa persona comparte tu visión de vida es el primer paso hacia una relación consciente.
2. ¿Esta relación me impulsa a crecer?
El amor verdadero debe ser un motor que nos empuje hacia adelante. Una pareja sana es aquella que nos inspira, que nos hace sentir bien con quienes somos, y nos alienta a evolucionar. Si, por el contrario, una relación nos genera dudas constantes, limita nuestras aspiraciones o refuerza inseguridades, es probable que no esté sumando a nuestro bienestar.

"Estar con alguien que no te potencia emocionalmente es una señal de alerta", advierte Rojas Estapé. El objetivo no es encontrar a alguien que nos complete, sino a alguien que nos acompañe mientras seguimos creciendo.
El riesgo de decidir desde la emoción
Durante las primeras etapas de enamoramiento, la intensidad emocional puede nublar el juicio. En esos momentos, tomar decisiones sin reflexionar puede llevar a vínculos poco saludables. La clave está en pausar y observar, incluso cuando todo parece ir “demasiado bien”.
Más allá de estas dos preguntas esenciales de las que debemos partir cuando nos empieza a gustar alguien, hay otras tres reflexiones de suma importancia que pueden ayudarte a tomar decisiones más acertadas en el terreno amoroso si lo que buscas es dejar de sufrir pro sistema cada vez que te enamoras:
3. ¿Comparte mis valores esenciales?
Una base sólida comienza por afinidades más profundas. Una ruta de vida compartida es la base de toda relación con futuro. Si tú eres una persona compasiva y muy sensible que das más valor al trato humano y, por lo tanto, eres cuidadoso con las emociones de las personas de tu entorno, no puedes empezar una relación con una persona individualista que prima sus objetivos personales y laborales por encima de la pareja o su entorno.

¿Por qué? Porque eso de “que los polos opuestos se atraen” está muy bien en electromagnética, pero no para construir algo sano, puesto que siempre afloraran las mismas dificultades y quejas en la relación, porque una persona no cumple las necesidades y expectativas del otro.
4. ¿Coincidimos en nuestra forma de entender el mundo?
La visión sobre temas como la familia, el trabajo, o el estilo de vida influye más de lo que parece.
Si dos personas no comparten ideales políticos, pues la relación quizá sea un poco más austera en materia de conversaciones sobre temas sociales, pero tampoco serán de gran impedimento.
El problema reside en sí hay diferencias irreconciliables en el modo de gestionar la vida y la opinión que nos merece lo que ocurre en el día a día de esta. Si tú te ofuscas por injusticias sociales en tu trabajo y al comunicárselo a tu pareja notas indiferencia o incluso oposición a lo que expresas, rara vez te sentirás validado o entendido.
5. ¿Tenemos objetivos de vida compatibles?
Visualizar un futuro en común es crucial para evitar fricciones a largo plazo. Si uno de los miembros de la pareja quiere ser madre o padre, no podrá llegar a buen puerto con una persona que no se visualice con niños a futuro. No se trata de empezar relaciones pensando “ya cambiará de opinión o le convenceré de ello”, eso no siempre funciona así.
El amor maduro no siempre viene envuelto en fuegos artificiales. A veces se manifiesta como calma, apoyo y crecimiento compartido. Antes de pensar que ya no amas, detente a observar cómo ha evolucionado el vínculo. Tal vez no sea el fin del amor, sino el comienzo de una etapa más profunda y real.