Ni perlas clásicas, ni cadenas robustas, ni collares minimalistas en cascada. Esta primavera hay un accesorio que ha resurgido con fuerza y se ha ganado su lugar en el podio de las tendencias más potentes del momento. Y no, no lo veíamos venir. La corbata —ese complemento que durante décadas ha simbolizado rigidez y formalidad— se reinventa con actitud, estilo y un giro radical hacia lo cool.
Durante mucho tiempo, la corbata fue cosa de hombres. Se asoció al uniforme de la oficina, a la seriedad del traje, a la disciplina corporativa. Pero la historia cuenta otra cosa.
A finales del siglo XIX, cuando las mujeres empezaron a reclamar su lugar en el espacio público, también lo hicieron en su forma de vestir. Las primeras versiones femeninas de este accesorio comenzaron a asomar entre looks funcionales. Un símbolo silencioso de independencia y audacia.
La corbata vuelve (y no como la recordabas): el accesorio inesperado del 2025
Décadas después, en los años 80, la corbata resurgía entre las mujeres como emblema del poder en la oficina, gracias a iconos como el personaje principal de la película Annie Hall. Luego vino el aire rebelde de los 90 donde reinaba el estilo oficina-colegiala de Britney Spears y más adelante, el toque pop-punk de figuras como Avril Lavigne o las chicas de la serie Rebelde. ¿Resultado? La corbata se ha ido cargando de matices, reinterpretada una y otra vez por distintas generaciones.
Y ahora, en plena era del “todo vale con estilo”, este complemento tan aparentemente clásico ha vuelto a convertirse en la pieza más inesperadamente moderna.
Esta temporada no se limita a colarse en el armario, sino que lo hace con una presencia rotunda. Y lo hemos visto en todas partes: desde los desfiles más influyentes hasta los estilismos callejeros más imitados. Prada, Loro Piana, Dior o Fendi ya lo anticipaban en pasarela. En la música, nombres como el de Aitana lo incorporan sin esfuerzo.
La Met Gala 2025 confirma lo que ya sabíamos: la corbata ha vuelto para quedarse
Por si alguien tenía dudas, la alfombra azul más mediática del año ha terminado de consolidar esta tendencia. La Met Gala, en su edición más reciente, celebró el dandismo negro con la exposición Superfine: Tailoring Black Style, una oda a la sastrería como símbolo de identidad, historia y empoderamiento.
El dress code de este año, “Tailored for You”, era una invitación clara a jugar con los códigos clásicos de la elegancia y adaptarlos a una visión personal.
Demi Moore fue una de las grandes sorpresas de la noche. En un look firmado por Thom Browne y concebido junto a su estilista Brad Goreski, la actriz no solo llevó una corbata: se convirtió en una. Literalmente.
“Demi Moore usa un diseño personalizado para la gala Met 2025. Demi lleva un escultórico vestido de corbata blanca y negra, bordado con más de 1400.000 cuentas, incluyendo 222.000 piezas de lentejuelas negras rectangulares, 1.093.500 piezas de corneta negra brillante y 103.500 piezas de cuentas cortadas negras, todas juntas con 7.600 horas de trabajo manual. Ella usa las bombas de ópera con tacón de pompones en cuero negro de patente y gamuza”, comenzaba explicando la marca en sus redes sociales, adjuntando un vídeo de como se confeccionó cuenta a cuenta y a mano durante horas minuciosas de trabajo de alta costura.
Demi Moore no fue la única: fue el accesorio estrella de otros estilismos
Su vestido de lentejuelas negras con franjas blancas replicaba la estructura del accesorio en cada detalle: el nudo era el corset, la pala se extendía como cola del vestido, y el cuello se elevaba hasta convertirse en una escultura arquitectónica por encima de la cabeza. Una pieza que no solo cumplía con la temática, sino que rendía tributo a la historia del accesorio con una reinterpretación brillante y audaz.
Otros artistas que también confiaron en el diseñador Thom Browne, y a los cuales este tuvo a bien denominar como "familia de la MET gala 2025" por la semejanza de los estilismos que creó para ellos, en los cuales, por supuesto, predominó la corbata: Janelle Monae, Whoopi Goldberg o Walton Goggins la llevaron por bandera.
Y es que no es casual que justo ahora la corbata vuelva al centro de la conversación. En un momento donde el estilo personal se impone sobre las normas de género, donde el tailoring ya no pertenece exclusivamente al universo masculino, la corbata se transforma en símbolo de libertad estética y expresión individual.
Cómo llevar corbata esta primavera (sin parecer que vas a una reunión)
La clave está en jugar con el contraste. Combina una corbata estrecha con una camiseta blanca básica y una falda de tablas. O atrévete con una de seda estampada sobre un vestido camisero fluido. ¿Eres más de estética power suit? Recupera un traje oversize con hombreras vintage, como sacado de una película de los 80, y llévalo con una corbata XL bien estructurada. También puedes mezclarlo con unos jeans o camisa menos formal, el truco es que la corbata deje de parecer un uniforme y se convierta en una extensión de tu personalidad.
Porque esta temporada, las corbatas no están aquí para marcar reglas. Están para romperlas. Y para recordarnos que un simple gesto, bien llevado, puede convertirse en la declaración de estilo más poderosa del momento.