El ritual que sigue Ana Milán para ordenar su ropa: "Si lo ordenas, cuando lo abras te dará gustito"
Descubre el truco de la actriz Ana Milán para sentir más calma y bienestar cada día a través del orden: el lugar que siempre reestructura cuando tiene un problema sentimental

Hay algo en lo que probablemente coinciden todos los humildes mortales del mundo: haber sufrido por amor o padecer de los grandes males que provoca un corazón roto. Y si no que se lo digan a Ana Milán, que ha pasado por varias rupturas sentimentales, divorcios incluidos, que le han llevado a practicar una máxima para paliar el desorden mental que dejan estos baches emocionales con una rutina de lo más práctica y curiosa.
Así lo revelaba la propia actriz en su pódcast con Sebastián Gallego, llamado La vida y tal, cuando aseguró que el orden, la limpieza y “ponerse en la acción” en lugar de en el pensamiento intrusivo y doloroso le había sacado muchas veces de los eternos bucles mentales en los que todos caemos cuando lo estamos pasando realmente mal.
El arte de ordenar lo invisible: cuando colocar se convierte en un refugio mental
Puede parecer un gesto pequeño, casi imperceptible en el ruido del día a día. Pero abrir un cajón y encontrarlo perfectamente ordenado, con cada prenda en su sitio y los colores armoniosamente alineados, es una experiencia más transformadora de lo que podríamos imaginar. Para muchas personas, este tipo de organización va mucho más allá de lo estético: es un acto íntimo de autocuidado que deja en un aparte los dolores de cabeza y los males del mundo.
La actriz Ana Milán lo expresa, sin rodeos, uno de sus rituales personales para reconectar consigo misma y dejar de pensar por un rato es el de mantener el cajón de la ropa interior impecable o colocarlo cuando se siente ansiosa por algo: "Si tú te ordenas el cajón de las bragas por colores, por lo menos cuando lo abras te dará gustito", comentó con su habitual espontaneidad.
Rituales que arreglan el alma (y el armario)
Y es que ordenar no es simplemente colocar cosas donde “deberían” estar. Es una manera de hacer una pausa mental. De parar el piloto automático. De regalarte unos minutos de presencia plena. Porque en el fondo, esos pequeños gestos cotidianos que pasan desapercibidos, como doblar unas braguitas con cuidado, son los que realmente marcan una diferencia en cómo nos sentimos en un ambiente pacífico.

Y es que la organización puede tener algo de adictivo, sobre todo cuando se percibe su impacto visual y emocional. Al abrir un cajón y ver que nada está fuera de lugar, se produce una suerte de armonía silenciosa que, de algún modo, también ordena por dentro. Como bien apunta Milán: “Cada vez que te descubras haciendo algo que te desgasta, cambia el foco, ponte en la acción. Coloca tu energía en otra cosa, hacia algo que te sirva de algo”.
Errores comunes al organizar tu ropa íntima
Este tipo de orden no está reservado solo a obsesivos del detalle. Muchas expertas en bienestar coinciden en que tener espacios bien organizados mejora directamente nuestro estado mental. Uno de los desaciertos más frecuentes es guardar la ropa interior, tal como vino de la tienda, envuelta aún en plásticos o con etiquetas.

La gurú del orden, Marie Kondo, lo destaca como un obstáculo para integrar realmente esos objetos en tu vida. Desempaquetar, tocar y doblar tus prendas ayuda a establecer una conexión más consciente con tus pertenencias.
El método Marie Kondo para doblar ropa interior
Marie Kondo revolucionó la manera en la que nos relacionamos con nuestras cosas. Su propuesta para organizar ropa interior es clara: todo debe estar visible y al alcance de un vistazo. Para lograrlo, sugiere doblar en vertical, creando pequeños paquetes que se sostienen por sí solos los unos contra los otros.

¿Cómo hacerlo?
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Extiende la prenda sobre una superficie lisa.
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Dobla ambos laterales hacia el centro, formando una tira alargada.
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Lleva la parte inferior hacia el centro.
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Pliega una vez más hasta formar un pequeño rectángulo o cuadrado.
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Guárdalas en vertical dentro del cajón.
Este método no solo ahorra espacio, también transforma el acto cotidiano de vestirse en algo más consciente y placentero. En cuanto a los sujetadores, lo ideal es abrocharlos, doblar los tirantes hacia el interior de la copa y apilarlos suavemente en una caja. Así se evita que pierdan su forma y se maximiza el espacio.
La próxima vez que sientas que el caos del día te supera, quizás no necesites una gran solución, sino un gesto sencillo: sumergirte unos minutos en las tareas pendientes de tu hogar y encárgate de hacer de tu espacio un lugar mejor y más cómodo, para por lo menos olvidarte del ruido exterior.