Los excesos de la Navidad no solo tienen sus consecuencias en forma de gases, indigestiones, alergias o kilos de más: la salud de la piel también se puede resentir durante las fiestas. Para que esta parte del cuerpo no pague caro las semanas festivas, es recomendable tener en cuenta algunos aspectos que pueden ayudar a lograr un equilibrio.
Este puede empezar por las comilonas navideñas. Alimentos calóricos como los turrones y demás dulces incrementan la secreción de grasa y contribuyen al envejecimiento de la piel. Para contrarrestar esto son buenos las frutas, legumbres, verduras, carnes magras o los frutos secos, que tienen antioxidantes, vitaminas C, E o minerales.
El agua, fundamental para la piel
Además de comer bien, a la piel le ayuda que se beba bien. Por eso se recomienda no abusar del alcohol y los refrescos azucarados. En su lugar, la mejor opción es beber agua, entre un litro y medio y dos al día, para eliminar toxinas e hidratar la piel.
Esto también se puede conseguir con frutas y verduras, sobre todo aquellas que tienen muchos licopenos y betacarotenos, como es el caso de tomates, zanahorias y frutos rojos. El tabaco tampoco es aconsejable, ya que puede contaminar la piel por el humo del ambiente y por la sangre.
La importancia de la limpieza y el descanso
En Navidad se tiende a usar más maquillaje, lo que, de forma continuada, no es bueno. Por ello es fundamental seguir una buena rutina de limpieza e hidratación, quitar los restos de contaminación y aplicar crema hidratante por la mañana y por la noche. Con esta limpieza también se eliminarán los restos de crema solar, importante en esta época del año como en verano para proteger contra los rayos UVA y UVB.
Además de esto, deben intentar equilibrarse las ganas de fiesta con una buena rutina de sueño, de unas siete u ocho horas cada día para lograr un descanso reparador. Si no se duerme lo suficiente el envejecimiento de la piel puede acelerarse.