¿Sabes cómo se diseñan y fabrican los juguetes sexuales?

Los expertos desvelan los entresijos que conlleva la producción de un succionador o de un masturbador, desde que se concibe la primera idea hasta que el producto final llega a manos del usuario

Cinco juguetes sexuales / PEXELS
Cinco juguetes sexuales / PEXELS

Nunca antes el ser humano se había metido dispositivos electrónicos en el cuerpo. Por un lado, están los dildos de vidrio, metal, silicona o madera de toda la vida, pero si los juguetes sexuales han conquistado el 53% de las mesitas de noche de España no ha sido gracias a ellos.

Si el autoplacer está de moda es gracias al diseño de unos dispositivos que cuentan con una tecnología capaz de hacer que las mujeres alcancen el orgasmo en cuestión de segundos y tan solo apretando un botón. Desde que Womanizer revolucionase la industria de los juguetes sexuales en 2014 con el lanzamiento del primer succionador de clítoris, la imaginación ha dejado de ser la mejor aliada de la masturbación y la sofisticación e innovación de estos productos ha alcanzado límites inimaginables. Pero ¿cómo es el proceso de fabricación de estos artilugios capaces de llevar el orgasmo a otro nivel?

Varios juguetes sexuales / PEXELS
Varios juguetes sexuales / PEXELS

En busca del placer

Desarrollar un nuevo juguete sexual es un proceso largo. La primera dificultad radica en “averiguar lo que gusta y hace disfrutar a la gente, porque muchas personas todavía no hablan de ello y, a veces, no saben lo que les puede hacer gozar”, expone a Consumidor Global Johanna Rief, directora de empoderamiento sexual de Wow Tech, un grupo empresarial de productos de placer íntimo que cuenta con marcas como Womanizer y We-Vibe en el que un 30% de sus empleados son ingenieros, científicos y diseñadores que trabajan en innovación, investigación y desarrollo de producto.

Tal y como explican desde la empresa alemana, la primera fase de desarrollo de producto consiste en encontrar nuevos conceptos de estimulación del placer. “Los primeros prototipos provienen de una impresora 3D y nos ayudan a tener una idea lo más precisa posible de cómo será el producto final”, añade Rief.

El Masturbateam

Una vez confeccionado un nuevo dispositivo, se somete a una serie de pruebas que aseguran que el tamaño, la forma, los materiales utilizados y la tecnología se adhieren a los estándares de seguridad y calidad que establece cada empresa. Unos chequeos que garantizan la durabilidad, seguridad, biocompatibilidad y electromagnetismo, entre otras características, del dispositivo electrónico, y que “ayudan a identificar las deficiencias y fortalezas del producto”, apunta la experta.

A posteriori, todos los productos de Wow Tech pasan por tres etapas de prueba. Los primeros prototipos “son probados por un grupo de empleados que se ofrecen voluntarios”, apunta Rief, quien explica que, tras los primeros cambios basados ​​en sus comentarios, los productos entran en una segunda ronda de pruebas con amigos y familiares de los miembros del equipo. Si las pruebas son positivas, los juguetes se envían a un grupo internacional de usuarios de la marca denominado Masturbateam. “El feedback de los usuarios, que nos explican lo que sienten y experimentan con los juguetes, es de gran importancia, porque lo que le gusta a una persona no es necesariamente lo que le gusta a otra”, añade la especialista.

Un orgasmo que se desvanece lentamente

Los últimos dispositivos de la marca Womanizer son capaces de hacer auténticas virguerías. El estimulador de clítoris Classic 2, por ejemplo, cuenta con la función Afterglow, una tecnología que proporciona un final suave después de un orgasmo intenso. Cuando el clítoris está en su máxima expresión de sensibilidad, se presiona brevemente el botón de encendido y el producto vuelve a la intensidad más baja. De esta manera, los usuarios pueden dejar que su orgasmo se desvanezca de forma agradable y sin necesidad de presionar el signo menos de manera compulsiva.

“Hemos integrado una amplia retroalimentación de los usuarios para mejorar las funcionalidades en la nueva generación de algunos de nuestros productos más vendidos”, expone a Consumidor Global Tobias Zegenhagen, director de tecnología de Womanizer. Así, el modelo Premium 2 incluye Autopilot 2.0, una función que permite a los usuarios ceder el control mientras el juguete cambia armoniosamente entre los diferentes niveles de intensidad. Las transiciones del nuevo Autopilot 2.0 “ahora son aún más suaves y ofrecen más variedad”, añade Zegenhagen sobre este modelo que cuenta con 14 niveles de intensidad. Otra de las innovaciones más sorprendentes recibe el nombre de Smart Silence, y permite que la estimulación se inicie solo cuando hay contacto con la piel. Hasta ese momento, el dispositivo está en modo espera.

Materiales prohibidos

Al ser todos ellos productos íntimos, cabe recordar que las marcas reconocidas y fiables no utilizan en la elaboración de sus dispositivos sustancias como ftalatos, cadmio o alquilfenoles porque pueden provocar irritaciones y alergias y no deben estar presentes en los materiales que entran en contacto con la mucosa, según la norma ISO 3533. “También desarrollamos nuestra propia silicona, Cleantech, para Arcwave Ion, el primer producto masculino con tecnología Pleasure Air”, explica Rief, quien asegura que la alta densidad y biocompatibilidad de esta silicona hace que esté a salvo de patógenos y gérmenes. Además, “esta silicona es hipoalergénica y resistente a la luz ultravioleta, lo que la hace mucho más duradera e higiénica que los materiales convencionales para productos masculinos del mercado”.

Al mismo tiempo, “hay muchos fabricantes pirata que imitan diseños y mecanismos de marcas consolidadas”, advierte Oscar Ferrani, divulgador sexual y asesor de la casa erótica Amantis. En estos casos, la calidad de los materiales es menor y los principales defectos tienen que ver con la maquinaria. Suelen ser dispositivos más ruidosos, toscos en el cambio de programa y con una mala o nula impermeabilidad. “Duran menos, no ofrecen garantías y pueden ocasionar problemas”, insiste Ferrani.

Información en el punto de venta

A la hora de comprar un juguete sexual, siempre es aconsejable acercarse a un punto de venta especializado. La primera pista para saber si un producto es fiable o no es si cuenta con datos claros del fabricante o distribuidor final y ofrece una fórmula de contacto. Un juguete seguro también debe indicar las incompatibilidades que tiene. Por ejemplo, si los materiales de contacto directo con el cuerpo, al entrar en contacto con determinados lubricantes o aceites de masaje, pueden ver alteradas sus características.

“Desconfiemos de los fabricantes difícilmente identificables y de aquellos que no informan debidamente al comprador de las características e incompatibilidades del producto. Aunque ofrezcan precios bajísimos, desconfiemos de ellos”, sentencia Ferrani.

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