Un estudio alerta de los riesgos de pasar horas y horas en WhatsApp compartiendo emociones negativas

La investigación refleja que, el contexto actual de hiperconectividad en el que "las emociones y pensamientos son escritos y enviados a través de hilos de mensajes infinitos" puede favorecer la depresión

Una persona chatea por WhatsApp con la IA de Meta / PEXELS
Una persona chatea por WhatsApp con la IA de Meta / PEXELS

Estar todo el día chateando por WhatsApp sobre problemas puede estar asociado con el desarrollo de síntomas depresivos, especialmente en el caso de mujeres jóvenes. Así lo asevera un estudio de la investigadora de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) Dolores Fernández Pérez titulado Asociación entre la rumiación como rasgo y la corumiación en la mensajería instantánea y su posible relación con la sintomatología depresiva.

Tal y como apunta Fernández, la actualidad social está marcada por la hiperconectividad, en la que "las emociones y pensamientos son escritos y enviados por WhatsApp a través de hilos de mensajes infinitos".

Sentimientos negativos sin resolución

El estudio, publicado en la revista Personality and Individual Differences, exploró la interacción entre la rumiación rasgo (la tendencia a pensar de forma repetitiva sobre situaciones negativas), la corumiación presencial (conversaciones entre amigos centradas en sentimientos negativos sin resolución) y su versión digital a través de aplicaciones de mensajería instantánea, como WhatsApp.

Una persona chatea por WhatsApp / UNSPLASH
Una persona chatea por WhatsApp / UNSPLASH

En cuanto a la muestra, la investigación se llevó a cabo con una muestra de 329 personas de entre 18 y 35 años, el 70,8% mujeres. Además, en el estudio han colaborado Bianca Barreira (primera autora del trabajo), investigadora predoctoral de la Universidad Complutense de Madrid; y los profesores Jorge Javier Ricarte y Laura Ros, del Departamento de Psicología de la UCLM.

Regulación emocional

La rumiación rasgo, como explica la investigadora, se considera una estrategia desadaptativa de regulación emocional (es decir, una forma de intentar manejar las emociones, pero que, a la larga, hace más mal que bien), que contempla dos formas principales: la rumiación concreta, más centrada en el presente y orientada a la acción; y la rumiación abstracta, enfocada en el pasado o futuro de manera general y pesimista. Esta última se asocia más fuertemente con síntomas depresivos.

Así, la autora sostiene que las conversaciones en el entorno digital en las que se abordan reiteradamente emociones negativas pueden aumentar el riesgo de sufrir depresión y ansiedad. En concreto, los resultados mostraron que las mujeres obtuvieron puntuaciones más altas en comparación con los hombres en el uso de mensajería instantánea (WhatsApp), corumiación (presencial y digital) y síntomas depresivos.