El contrabando de tabaco puede parecer un problema del pasado, pero es una actividad ilegal muy lucrativa que tiene graves consecuencias económicas y sociales en todo el mundo. En España, el foco está puesto en Gibraltar, donde el tabaco es considerablemente más barato, lo que facilita la entrada de mercancía ilegal.
Así lo prueba la desarticulación por parte de la Guardia Civil, en el mes de junio, de una organización criminal dedicada al contrabando sistemático de tabaco desde Gibraltar hacia distintos puntos del Campo de Gibraltar. Se intervinieron un total de 186.000 cajetillas de tabaco de contrabando, valoradas en más de 800.000 euros, además de 31 vehículos utilizados por la organización para el transporte y la logística.
Tabaco incautado en el mercado negro
Otro dato que da idea de la magnitud del problema es que, de enero a agosto de 2024, el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria incautó en España más de 3,5 toneladas de picadura de tabaco de contrabando distribuida en paquetería.
“El comercio ilícito de labores del tabaco, además de suponer pérdida de recaudación, constituye un problema social, dada la ausencia de controles de calidad y de seguridad en los productos ilegales y la fuente de financiación que supone para otras actividades criminales”, alertó entonces la Agencia Tributaria.
Más impuestos, más contrabando
Ahora, un nuevo estudio de Epicenter, con la colaboración del think tank libertario Fundación para el Avance de la Libertad en su adaptación al español, arroja luz sobre una preocupante realidad en Europa: los elevados impuestos sobre el tabaco, lejos de ser una solución unívoca para la salud pública y la recaudación, pueden impulsar el florecimiento del comercio ilícito.
El informe, titulado Arrojando luz sobre el mercado negro: Cómo los elevados impuestos sobre el tabaco están impulsando el comercio ilícito en Europa, advierte sobre las graves consecuencias económicas y sociales “de una política fiscal mal calibrada”. Las conclusiones del mismo son similares a las de un estudio de KPMG de 2024, encargado por Philip Morris, que desveló que en la UE se consumieron 15.300 millones de cigarrillos falsificados durante 2024, un aumento del 20,2% respecto a 2023.
Crecimiento del mercado ilícito
El estudio de Epicenter, liderado por el doctor Christopher Snowdon, head of lifestyle economics en el Institute of Economic Affairs, presenta una conclusión contundente: existe una relación estadísticamente significativa entre el tamaño del mercado ilícito de cigarrillos en Europa y el precio y la asequibilidad de los cigarrillos legales, impulsada en gran medida por los impuestos.
En informe recuerda que los impuestos al tabaco representan en Europa entre el 70% y el 85% del precio final de una cajetilla, y estima que cada euro añadido al precio de un paquete de cigarrillos puede aumentar entre cinco y doce puntos la cuota del mercado negro.
Descenso del consumo, no de fumadores
El caso del Reino Unido es paradigmático: entre 2021 y 2024 las ventas legales de cigarrillos cayeron un 44,4%, pero el número de fumadores apenas bajó un 0,5%. La conclusión del informe es que muchos consumidores “han migrado al contrabando”.
En Europa Occidental, donde los impuestos son más elevados, el fenómeno es especialmente grave. “En Francia y el Reino Unido el mercado negro se ha duplicado desde 2010; en Grecia se ha cuadruplicado y en Irlanda ha crecido un 45%”, denuncia el informe.
La experiencia de Australia
El informe subraya que Europa debe evitar repetir la experiencia de Australia, donde el mercado negro de tabaco ha desembocado en una auténtica “guerra del tabaco”, con más de 200 estancos incendiados y varios homicidios vinculados a mafias de contrabando.
Además, el estudio desmiente la idea de que la corrupción sea el principal factor del comercio ilícito. De hecho, los países percibidos como menos corruptos presentan en algunos casos mayores niveles de mercado negro que aquellos con instituciones más débiles.
La situación en España
España no es ajena a este problema. En regiones fronterizas como Galicia o Canarias, las diferencias fiscales han alimentado históricamente el contrabando de tabaco.
En concreto, según KPMG, en 2024 España registró niveles de comercio ilícito similares a 2021, tras consumir 1,4 millones de cigarrillos falsificados. Esto implica que las arcas del Estado dejaron de ingresar 263 millones euros.