Carlos Riesco: "El consumidor no sabe que al comprar falsificaciones comete una ilegalidad"
Entrevistamos al experto en propiedad intelectual e industrial de Rielos Abogados, quien analiza en Consumidor Global la venta masiva de productos falsificados en España

¿Quién no tiene un amigo que compra ropa de marca falsificada? Ese amigo que se sabe todas las páginas web donde venden prendas de Nike, Adidas y New Balance, o las que uno prefiera, a un precio sorprendentemente barato. Con el logo de la marca pixelado en las imágenes del producto. Plataformas fraudulentas, sí, pero que suponen gangas a ojos de ciertos consumidores.
Las falsificaciones ya no solo se ofrecen en el top manta, están a un solo clic. En este escenario, entrevistamos al abogado experto en propiedad intelectual e industrial de Rielos Abogados Carlos Riesco.
--Según la EUIPO, se pierden anualmente más de 6.700 millones de euros en ventas directas y cerca de 53.000 empleos debido a productos falsificados…
--Son datos de 2024 que provienen de la oficina de propiedad intelectual de la Unión Europea, por lo tanto, son de conformidad a la realidad que estamos viviendo. A nosotros, cuando hablamos de falsificación de productos y de piratería, nos gusta plantearlo no como un problema específico de ciertos sectores comerciales como el lujo o las grandes marcas, que es algo que se concibe erróneamente, sino como un problema generalizado que afecta a todos los sectores comerciales, también a pequeñas y medianas empresas. A fin de cuentas, el empresario hace un gran esfuerzo para pasar todos los controles de calidad y para comercializar productos originales con el costo que estos conllevan (impuestos), y la falsificación de productos les hace un daño importante.
--"España es el país más afectado de la UE por falsificaciones de vinos y bebidas espirituosas, con pérdidas de 380 millones", reza un teletipo reciente…
--El sector de bebidas y alimentación está en el cuarto puesto, en cuanto a productos o sectores a los que más les perjudica el tema de la falsificación. Primero estaría el sector de la moda. Luego está el tema de los productos cosméticos. En tercer lugar, juguetes que no pasan los controles pertinentes ni de la comunidad europea ni de España. Y el de la alimentación es el cuarto.
--Con el riesgo que ello conlleva...
--Aquí entra en juego algo a lo que no se da mucha importancia, pero que creo que hay que tener en cuenta y concienciar al consumidor: estos productos pueden ocasionar un perjuicio directo a la salud del consumidor. Porque el tema de la falsificación de productos no solo trasciende el ámbito legal, sino que alcanza al ámbito económico, fiscal, laboral, sanitario... En muchas ocasiones, la adulteración de productos alimenticios falsos no ha pasado ningún control. En cuanto a las bebidas alcohólicas, adulteran la bebida y se le meten productos químicos...

--Cada año, la escena en el paseo marítimo de turno es la misma: centenares de personas vendiendo todo tipo de falsificaciones. Desde camisetas hasta zapatillas. ¿Qué falla para que esta escena se repita año tras año?
--Efectivamente. Es una realidad diaria. Pero también hay que tener en cuenta que el top manta se ha reducido mucho como consecuencia directa de la aparición del comercio electrónico. Aunque es cierto que sigue siendo una realidad en cualquier paseo marítimo, como tú bien dices. Incluso, de forma llamativa, en las principales calles de grandes ciudades: Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia... Es algo que hay que atajar. En primer lugar, para luchar contra ello las autoridades tienen que intensificar su presencia en estas zonas conflictivas. En segundo lugar, tiene mucha importancia la conciencia social. Hacemos mucho hincapié en la importancia de que las empresas protejan sus marcas desde un punto de vista registral, que es lo que le da el derecho y le permite presentar acciones contra terceros. Esto es fundamental. Si no proteges tus activos intangibles, mal. Es la piedra angular para poder luchar contra la piratería.
--¿Y respecto al consumidor?
--También es fundamental la conciencia civil. Por lo general, y me voy a centrar en España, el consumidor en primer lugar no considera o interpreta que esté cometiendo una ilegalidad. O que la falsificación de productos supone un acto ilegal que no solo está tipificado, sino que puede ir con el Código Civil y también en el Código Penal. Por lo tanto, el consumidor no considera o no es consciente de que esté incurriendo en una ilegalidad. Por otro lado, considera el hecho de ir por el paseo marítimo y comprarse una camiseta de Messi como un acto inocente que no tiene mayor relevancia o repercusión. Creo que si el consumidor medio fuera consciente de todo lo que hay detrás de la falsificación de productos y de la peratería, igual cambiaría sus hábitos de compra. Miles de millones de euros se pierden anualmente como consecuencia directa de las ventas de productos falsificados.
--Es parte de la famosa economía sumergida...
--Además, son productos que están dentro de la economía sumergida, del mercado negro. Esto no solo perjudica a la economía general, esto perjudica al pequeño y mediano empresario sobre todo. Y también hay que tener en cuenta otra cosa. ¿De dónde provienen esos productos falsificados? ¿Qué hay detrás de estos productos falsificados? ¿Quién es el que vende estos productos falsificados? ¿Quién está detrás de esa persona que vende en la calle? Mafias, organizaciones criminales... Por eso te decía que es algo que hay que ver desde una esfera multidisciplinar.
--Amazon invirtió 924 millones de euros para identificar y encautar más de 15 millones de productos falsificados solo el año pasado. ¿Falla un filtro inicial para que luego tengan que invertir ese dinero en identificar e incautar? ¿Cuántos millones de productos no se llegan a identificar y se comercializan a través de plataformas como Amazon?
--No creo que sea un caso concreto de Amazon lo de la revisión inicial, porque sí nos consta que Amazon tiene una serie de controles iniciales y el hecho de que invierta tantos millones de euros en pelear contra los productos falsificados quiere decir que hay un papel proactivo por su parte. Pero es un problema bastante complejo y los medios digitales permiten que, en cierto modo, esto sea así.
--¿Cómo ha cambiado la forma de vender falsificaciones?
--La forma de falsificar está cambiando con la tecnología. Antiguamente, la principal forma de vender productos falsificados era a través de contenedores cargados de productos falsificados que pasaban por aduanas y, si conseguían pasar los controles de aduanas, que todos sabemos que son controles aleatorios, pues iban a diferentes puntos de venta y se comercializaban de forma física. A día de hoy, con la aparición de estos e-commerce y plataformas digitales, nos encontramos con que el infractor prácticamente comercializa a demanda. 'Quiero tres camisetas'. 'Te mando tres camisetas'. No es lo mismo mandar tres camisetas a un sitio que mandar un contenedor con 20.000 camisetas.

--En Consumidor Global no paramos de denunciar páginas web que son un fraude. Páginas de venta de moda, sobre todo. Es recurrente, pero las páginas siguen ahí porque, a veces, el propietario está en China o está en otro lugar, y Consumo no tiene, o dice que no tiene, poder de reacción. Si entras en la aplicación de moda Hacoo, está lleno de prendas Nike, New Balance, Moncler… ¡Falsas! Venden falsificaciones en una web que está activa desde hace meses. Abiertamente. ¿Cómo puede ser?
--Sí, es paradójico. Aunque no nos guste reconocerlo, es una realidad. Las tecnologías de hoy permiten, tanto al infractor como al consumidor, comercializar estos productos y adquirirlos. Además, se pueden adquirir en tres o cuatro clics. Por lo tanto, el acceso a estas prendas es muy fácil. Y las organizaciones criminales y mafias que están detrás de estas páginas tienen herramientas que les permiten dificultar o incluso imposibilitar el conocer el origen del infractor. En muchas ocasiones, es sumamente complejo saber quién está detrás de una página, quién es el principal responsable. Pero hay una normativa europea que establece que las plataformas digitales que acabas de mencionar pueden tener una responsabilidad directa en función de la forma en la que actúen. Si bien es cierto que, a priori, si funciona como una mera intermediaria, puede no tener responsabilidad, en el momento en el que se tiene constancia de que en su página se están comercializando productos falsificados, recibe cualquier tipo de instancia o requerimiento por parte de los titulares de esas marcas y la situación cambia.
--¿La Unión Europea tiene la obligación de entrar a actuar para que se eliminen estos productos o es el Gobierno español, Consumo, el ente que debe actuar?
--En principio, de oficio, el principal responsable de que no se infrinjan los derechos de propiedad intelectual e industrial son los titulares de las marcas. Pero cada vez es más común que, desde un punto de vista institucional y de las organizaciones públicas de diferentes países, y más dentro de la Unión Europea, se pongan de acuerdo y se coordinen para la lucha contra la infracción. También hay entidades privadas y públicas que actúan de forma conjunta y coordinada para intentar poner fin a este tipo de plataformas. ¿Qué ocurre? Aquí también entra el alcance de la página y si la página en cuestión está tomando ciertas medidas para evitar que las autoridades europeas puedan tener jurisdicción para presentar acciones legales. De hecho, suelen tomar medidas para mantenerse en el anonimato de forma que no se pueda localizar quién está detrás de estas páginas. Y esa es la principal problemática que hay. En primer lugar, que la autoridad competente no pueda tener legislación al respecto. Y, en segundo lugar, que no se pueda localizar o identificar al infractor.
--En Viagogo también se ha denunciado en repetidas ocasiones la venta de entradas falsas. Glovo se ha hecho tristemente famosa por tener falsos autónomos durante años. Las rebajas están llenas de falsos descuentos y las autoridades no pueden prohibir la venta de falsificaciones si las marcas afectadas no denuncian...
--El problema, en cuanto a legislación, es cuando el infractor está alojado en un país al cual no se puede acceder o que no tiene ningún convenio de colaboración con la Unión Europea o España para poder presentar acciones contra ese sujeto. Imaginemos que el infractor esté en China y que China no tenga con la Unión Europea ningún acuerdo internacional para que esta pueda, a través del Gobierno de China, presentar acciones contra dicho infractor. A eso me refería anteriormente con que muchas veces la legislación europea tiene límites. Y por eso, normalmente, lo que se intenta en este tipo de situaciones es poner el filtro o poner la barrera en Europa. Es decir, dificultar al máximo que este tipo de productos falsificados entren en la Unión Europea y, en extensión, a España. Al mismo tiempo, controlar internamente los puntos de venta, que eso no se puede hacer, aunque hay herramientas que permiten atacar a dominios web que hagan este tipo de infracciones. Ahora bien, en cuanto a este tema, se escapa un poco de la propiedad intelectual e industrial porque estaríamos hablando de algo más parecido a un fraude. En el caso de Glovo, estaríamos hablando de condiciones laborales. El tema de las páginas web fraudulentas es un riesgo al que el consumidor se expone cuando compra este tipo de productos o cuando accede a páginas no oficiales. El principal afectado es el propio consumidor, porque en muchas ocasiones se trata de fraudes directos en los que el consumidor pierde el dinero porque la página donde está comprando no va a darle ese servicio, ese producto. No queda más que prestar especial atención, si eres consumidor, a la hora de comprar en sitios oficiales, y fijarse en las características y el precio del producto, que es lo que te alerta en un primer momento de que un producto o una entrada de un espectáculo pueda ser falsa.
--Visto lo visto en Consumidor Global, permítame que sea escéptico. ¿La guerra contra las falsificaciones es una batalla perdida?
--Entiendo tu punto de vista, pero nosotros creemos que no. La respuesta es que no está perdida, que se está avanzando mucho en este tema. Sería irreal negar que es un problema global, pero creemos que hay argumentos y motivos por los que podemos ser optimistas en este sentido. Porque los titulares de sus derechos están tomando conciencia de la importancia de proteger sus derechos, sus marcas, sus patentes, sus diseños. Y eso hace que, a la hora de presentar acciones contra terceros, la agilidad sea mucho mayor. También podemos observar que, a medida que avanza la tecnología, esto facilita a los infractores el tener más alcance y poder llegar a muchas más personas. Pero, al mismo tiempo, aparecen nuevas herramientas que permiten, tanto a los titulares de las marcas y derechos como a las autoridades, llevar a cabo ataques, por así decirlo, contra las páginas web y plataformas fraudulentas. Se tendría que explorar la posibilidad de que se elimine cierta burocracia, o de actualizar procesos de reclamación ante este tipo de acciones, pero se está avanzando y se está viendo que todos los países de la Unión Europea están regulando para luchar en bloque. Por lo tanto, vemos que hay cambios importantes. De hecho, el tema del top manta, que es algo que se aprecia muy fácilmente, ha disminuido en las grandes ciudades. Por ejemplo, en ciudades como Barcelona, Madrid y Sevilla, antes había puntos de encuentro de este tipo de comercio. Pero, a día de hoy, vemos presencia policial para evitarlo. Es un tema complejo, es un tema global, es un tema difícil, pero somos optimistas y creemos que se tiene que seguir luchando porque, si se da la batalla por perdida es cuando no habrá forma de parar esto, y los principales perjudicados son las pequeñas y medianas empresas, y el consumidor, en cierto modo.

--Yo conozco a mucha gente que sigue comprando falsificaciones... ¿Quizás no sepan que están cometiendo una ilegalidad porque nunca los han multado?
--Todo el mundo es consciente de que lo que está haciendo no es legal, pero también es cierto que no se le da la importancia que tiene. Lo vemos de forma muy clara en el top manta, porque es algo físico, pero perdemos conciencia cuando se hace de forma telemática o, por ejemplo, cuando se piratean temas audiovisuales. España es el líder de la Unión Europea en piratear contenido deportivo. El consumidor es consciente de que está cometiendo una legalidad, pero no considera que lo que está haciendo sea grave. Se le escapa lo que hay detrás de la piratería.
--Si uno lleva 20 años comprando productos falsificados y nunca le han multado por ello...
--Hay que ser justos y, cuando hablamos de conciencia social, no hablamos de echarle la culpa al consumidor. A fin de cuentas, la piratería existe porque el consumidor compra. Por eso creemos que es tan importante concienciar. La piratería y la falsificación de productos son actos ilícitos. Es lógico que el consumidor prime el coste a la calidad, pero, en muchas ocasiones, ese desconocimiento pone en riesgo su propia salud o la salud de sus hijos. Pero es lo que tú dices: 'Hasta que no te multan, hasta que no tienes un susto, no eres consciente de lo que estás haciendo'.