Probamos Donuts Ice Cream, el helado que no debería estar "ni en los lineales de los supermercados"

Donuts es una de las marcas más antiguas que aún sobrevive en la actualidad. Desde 1962, el sello del grupo Bimbo ha conquistado millones de paladares con su bollo clásico: el dónut glaseado. Después, han sido varios los productos que ha ido sumando a su gama de dulces. 

Además de haber ido creando nuevos sabores, la compañía ha apostado por una gama de helados. Unos con la auténtica forma de dónut que está disponible en su sabor glaseado y en chocolate. Un producto que, de ninguna forma, consigue ablandar a los nutricionistas. Pero que tampoco convence a los más golosos.

Un helado caro

Una caja de cartón de color amarillo con un dibujo en grandes dimensiones de Donuts no pasa desapercibida para los consumidores que se pasean por el supermercado. Un pack de cuatro unidades que no es barato: 4,95 euros. El dibujo nada tiene que ver con el helado que encuentra en su interior el cliente. El diseño induce a pensar que el helado es casi un dónut congelado. En cambio, la realidad es que no es más que una rosquilla pequeña y anaranjada.

Tampoco es que sea un producto fácil de encontrar. De hecho, supermercados como Mercadona o El Corte Inglés no lo venden. En la web de la propia compañía tampoco viene anunciado. Eso sí, basta con toparse con él por casualidad en cualquier tienda para que despierte el gusanillo de la curiosidad. 

Un producto a base azúcar y grasas saturadas

Los ingredientes y los valores nutricionales de Donuts Ice Cream no auguran nada bueno. Marina Diana, doctora en nutrición, explica a Consumidor Global cuáles son las principales desventajas que presenta en su composición. "Estamos delante de un alimento insano", advierte. La cantidad de azúcar, ácidos grasos saturados y sus calorías así lo demuestran. 

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Ana Siles

De los 34 gramos de hidratos de carbono que contiene, 31 son azúcares. Un detalle que no pasa por alto la experta. Sostiene que para que un alimento se pueda considerar medianamente sano ha de tener, como máximo, 10 gramos de azúcares. Las grasas saturadas también predominan: 16 gramos en total mientras que el tope está fijado en cuatro, según detalla la nutricionista. 

Puras calorías

No existe un consumo seguro de azúcar. Así lo afirma Marina Diana a este medio basándose en la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés). "Nuestro cuerpo simplemente no necesita esos azúcares y no se deben consumir", expone. Al azúcar y a las grasas saturadas hay que sumar las calorías. Los helados de Donuts tienen bastantes: 312 por cada 100 gramos para ser exactos. 

"Es un alimento de una alta densidad calórica y una baja densidad nutricional", zanja Diana. Se trata de un producto ultraprocesado. Este tipo de alimentos son los responsables de más de dos millones de muertes por enfermedades cardiovasculares. Unas consecuencias para la salud por las que la experta recomienda mantenerse alejados del consumo de los ultraprocesados. 

Fuera de los supermercados

"Si te comes este helado de Donuts, debes ser consciente de lo que supone", advierte Marina Diana. Para ello, hace hincapié en los datos epidemiológicos, económicos y los que certifica la propia EFSA y OMS. La nutricionista deja claro que la ingesta no debe ser si quiera esporádica. “No tendría que estar ni en los lineales de los supermercados”, añade. 

Sin embargo, los productos ultraprocesados abundan en el mercado. De hecho, reconducir los hábitos alimenticios hacía un estilo saludable es muy difícil. "La población no es profesional y no tiene conocimientos de nutrición, se guía por sus estándares gustativos", explica la experta. "Las autoridades son las que tendrían que hacer difusión y acercar a la gente información sobre cómo consumir alimentos sanos pero no lo hacen", lamenta. 

Experiencia de Consumidor Global 

Una rosquilla anaranjada y más pequeña de lo que aparenta es lo que se encuentra el consumidor al abrir el paquete. Toca hincarle el diente sin pensarlo dos veces. En cuanto a textura no recuerda en absoluto al Donuts blanco. Ni rastro hay del bollo tierno en el crujiente de la primera capa ni en el relleno cremoso que le acompaña en su interior. Ahora bien, en sabor ya es otra cosa. No es que sea un helado especialmente rico pero, al menos, es agradable al paladar. 

A medida que va haciendo efecto cada una de las capas, lo cierto es que consigue tener un sabor que recuerda a los Donuts, "pero a Donuts rancio", matiza uno de nuestros catadores. Pese a que consigue el aprobado a duras penas, su elevado precio aleja a los consumidores. Ni que decir sobre sus propiedades alimenticias beneficiosas que, prácticamente, brillan por su ausencia.