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¿Prohibirá España los vuelos cortos como ha ocurrido en Francia?

En el país vecino ya no hay rutas nacionales en avión que tengan una alternativa en tren de menos de dos horas y media para reducir la contaminación, pero en nuestro país la tendencia es otra

Ana Carrasco González

Un avión realiza un vuelo corto / Pixabay

A finales de mayo, Francia tomó la decisión de prohibir los vuelos nacionales de corta distancia que tuvieran una alternativa en tren de menos de dos horas y media para poder reducir la contaminación del transporte aéreo. Esta iniciativa ha sido recogida, criticada y valorada por otros países. En España se ha formado la interrogación, ¿acabarán los vuelos cortos también? Respuesta: no.

La aviación supone un 2,5 % de las emisiones de CO2 a nivel mundial y el Fondo Mundial para la Naturaleza describe esta huella ambiental como “un impulsor del cambio climático”. El avión emite unos 285 gramos de dióxido de carbono por kilómetro y pasajero. Por ejemplo, en un vuelo de Madrid a Barcelona la huella de carbono de una persona es de 150 kilos de CO2 por trayecto. En una ruta Madrid-Chicago cada pasajero sería el responsable de la emisión de 1.020 kilogramos de CO2.

“Más efectista que efectiva”

“La medida del Gobierno francés es más efectista que efectiva”, resaltan a Consumidor Global desde la Asociación de Líneas Aéreas sobre esta iniciativa que entró en vigor hace semanas aunque la votación se llevó a cabo hace un par de años dentro de la Ley del Clima aprobada en agosto de 2021 y estuvo paralizada desde entonces por un recurso presentado por la asociación francesa de aeropuertos.

Vistas desde la ventanilla de un avión / Freepick

Desde la asociación del sector aéreo en España avisan de que la reducción de CO2 que conlleva prohibir los vuelos de corta distancia no es tan significativa. “Tan solo reduce un  0,9 % las emisiones”, subrayan. Sin embargo, las compañías aéreas están comprometidas con lograr un crecimiento sostenible y eficiente y se han marcado como objetivo alcanzar las emisiones netas cero en 2050. “La aviación es uno de los sectores de más difícil descarbonización debido a la falta de tecnología capaz de hacer volar un avión propulsado por energía renovable o eléctrica”, destacan.

Combustible sostenible

2050 aún queda lejos. Mientras llega esa solución híbrida y eléctrica, la Asociación de Líneas Aéreas explica a este medio que una de las alternativas que se contempla actualmente en el país es el combustible sostenible o SAF (por sus siglas en inglés), una tecnología que ya existe y que permite ahorrar más de un 80 % de las emisiones de CO2 durante el ciclo de vida. “Está siendo utilizada por algunas compañías aéreas, pero su producción es todavía escasa”, reconocen.

“Antes de la pandemia apenas representaba el 0,1 % del combustible total, y además su precio es entre 3 y 4 veces superior al del queroseno convencional. Para que se implemente con éxito es necesario que la Administración estimule su producción con incentivos o estableciendo subvenciones para favorecer su consumo”, apuntan desde la asociación. El reglamento europeo ReFuelEU Aviation incluye la obligación de que en 2050 el 63 % del combustible consumido por la aviación comercial sea sostenible. Para 2025 el objetivo será tan sólo un 2 %.

Diferencias entre España y Francia

Cabe destacar que en España se han estudiado medidas similares a la de Francia y fueron propuestas hace poco por Unidas Podemos, como enmienda al Proyecto de Ley de Movilidad Sostenible. En este caso iba dirigido a transporte de mercancías y a vuelos nacionales que tengan alternativas inferiores a cuatro horas (frente a las dos y media de Francia), lo que incluiría muchas rutas.

Un avión de Vueling / UNSPLASH

Asimismo, hay que tener en cuenta que Francia dispone de una extensa red ferroviaria de alta velocidad, y la medida señala que sólo se aplicará cuando exista un tren que "brinde un servicio alternativo satisfactorio". Este criterio, en cambio, reduciría el número de rutas en las que se podría aplicar en España. 

“Las rutas domésticas son imprescindibles”

Desde Iberia recalcan que los vuelos domésticos en España generan 102 millones de euros al PIB español y 1.852 nuevos empleos por cada millón de pasajeros. Así se extrae de un informe realizado por la consultora PwC para Iberia que analiza el impacto de las rutas entre Madrid y Málaga, Sevilla, Alicante, Valencia y Barcelona, que aportaron 329 millones de euros al PIB y casi 6.000 empleos a tiempo completo en 2022.

"Las rutas domésticas son imprescindibles para la conectividad dentro de España y también con el exterior, además de que contribuyen notablemente a la creación de riqueza y empleo en nuestro país", ha destacado la compañía aérea. Estas cinco rutas cuentan con una alternativa ferroviaria de aproximadamente dos horas y media de tiempo de viaje. El desarrollo de la alta velocidad ferroviaria en estas rutas ha implicado una pérdida de la cuota aérea y una reducción de las frecuencias de vuelo.

Se emitiría un 49 % más de emisiones

"El informe incide en la necesidad de mantener estas rutas para pasajeros que conectan en el largo radio", ha destacado la directora de Ventas Globales de Iberia, Beatriz Guillén, quien también ha explicado que para poder sustituir estas conexiones por el transporte ferroviario sería necesario que llegaran entre ocho y diez trenes de alta velocidad a la T4 de Barajas en las horas clave, pero que ahora mismo no llega ninguno y que para 2026 llegarán "uno o dos".

Los pasajeros en un vuelo de una aerolínean / UNSPLASH

"Prescindir de estos vuelos restaría competitividad frente a otros aeropuertos como París o Frankfurt", ha destacado, añadiendo que al aeropuerto París-Charles de Gaulle llegan ocho trenes de alta velocidad cada hora proveniente de 14 destinos. "Lo irónico sería que con tal de reducir emisiones, se suprimieran estas rutas", restando competitividad a Barajas y haciendo que "un pasajero hiciera Málaga-París para viajar a Bogotá", lo que "no reduciría las emisiones, sino que emitiría un 49% más y España perdería el rol protagónico de ser puente entre América y Europa".

Riesgo de pérdida de conexiones

La Asociación de Líneas Aéreas también subraya que “en España el tren no llega hasta el aeropuerto”. “La mayoría de los vuelos cortos es para otro destino dentro del mismo territorio, por lo que las escalas terminarían haciéndose en otros países que sí tengan esas conexiones cortas”, destaca la entidad. Desde Vueling, que asegura que no cuenta con ninguna ruta en Francia impactada por la medida, comentan que es una iniciativa que tiene un impacto “muy bajo”. 

“Constantemente analizamos nuestra red y programa de vuelos para ofrecer las mejores alternativas de conectividad a los pasajeros”, enfatizan desde la aerolínea. “Nuestra sociedad debe avanzar hacia un modelo de intermodalidad sostenible, donde todos los tipos de transporte estén perfectamente conectados para que los clientes puedan elegir siempre el más eficiente en función del tipo de viaje”, finalizan.