El cambio de Ticketmaster tras la polémica con Bad Bunny: precio final visible desde el inicio
La iniciativa se llama All-In Pricing y, por ahora, se aplica en Estados Unidos, aunque no se descarta que se extienda a otros países, incluida España

Tras meses de críticas, denuncias y cabreos masivos en redes sociales, Ticketmaster intenta ahora lavar su imagen con una medida que, aunque tardía, muchos consumidores agraden. Ahora muestra el precio final de las entradas desde el primer clic. Sin asteriscos, sin sorpresas, sin ese salto de infarto en el último paso de compra.
La iniciativa se llama All-In Pricing y, por ahora, se aplica únicamente en Estados Unidos desde el 12 de mayo. Pero no se descarta que se extienda a otros países, incluida España, donde la empresa tiene una deuda pendiente con los fans y con la transparencia.
Colas infinitas y precios inflados
El detonante más reciente de esta decisión fue el caos absoluto durante la preventa de entradas para los conciertos de Bad Bunny en Madrid y Barcelona. Lo que debía ser una fiesta para sus fans se convirtió en una carrera de obstáculos: colas virtuales que parecían una broma de mal gusto, errores de servidor y, lo más sangrante, precios que se disparaban sin previo aviso.

Una entrada anunciada a 79,50 euros acabó costando, en algunos casos, 269,30 euros. ¿El motivo? Una ensalada de recargos: gestión, VIP, seguros opcionales y hasta una donación solidaria de 3,30 euros preactivada por defecto. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado a Ticketmaster por “cobros abusivos e irregulares” y exige una limpieza a fondo del modelo de negocio.
Adiós a los gastos fantasmas
La presión no viene solo de los usuarios, sino también desde el Gobierno se oyen tambores de regulación. El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, dirigido por Pablo Bustinduy, prepara una reforma legal para obligar a todas las plataformas de venta online a mostrar el precio completo de las entradas desde el principio. No más trampas ni “suma y sigue” en la pasarela de pago.
La normativa afectará a conciertos, espectáculos, discotecas y cualquier evento de ocio. Las empresas deberán detallar, de forma clara y desde el primer momento, los impuestos, recargos aplicables y cualquier gasto adicional. La era del “click inocente, sablazo al final” podría estar llegando a su fin en España.
¿Arrepentimiento o estrategia de marketing?
En este contexto, Ticketmaster lanza su All-In Pricing como un gesto de buena voluntad, o al menos, como una jugada para calmar los ánimos. A partir de ahora, los usuarios en Estados Unidos verán el precio total, con todos los recargos incluidos, desde el inicio del proceso de compra. Nada de sustos al llegar a la pantalla de pago.
La medida llega tras presiones de las autoridades estadounidenses, especialmente después de incidentes similares durante giras de artistas como Taylor Swift. Y aunque Ticketmaster insiste en que se trata de un “compromiso con la transparencia”, muchos consumidores ven el cambio como una respuesta a la tormenta mediática que ha rodeado a la empresa durante meses.
¿Y en España, para cuándo?
La gran incógnita es si Ticketmaster aplicará este modelo en España y el resto de Europa. Por ahora, no hay anuncio oficial. Pero con una denuncia de la OCU en curso, un Gobierno decidido a legislar y una opinión pública cada vez más crítica, no sería raro que la empresa decidiera adelantarse a los acontecimientos.
Después de todo, si hay algo que ha demostrado este episodio es que los consumidores no están dispuestos a seguir tragando con recargos opacos, colas virtuales interminables y "donaciones" camufladas como opción por defecto. El espectáculo puede continuar, sí. Pero que al menos empiece con un precio justo. Y visible. Desde el minuto uno.