Cuando el verano llega a su fin, muchos creen que la oportunidad de viajar también se ha escapado entre los dedos. Sin embargo, el otoño se ha convertido en la estación favorita de los viajeros experimentados. ¿Por qué? Muy sencillo. Porque se puede disfrutar de temperaturas más suaves, paisajes que cambian de color de forma mágica y, sobre todo, precios mucho más baratos que en los meses de julio y agosto. Todo esto convierte a la recta final del año en la excusa perfecta para volver a sacar la maleta y planear una escapada.
Expertos en turismo coinciden en que septiembre, octubre y noviembre son meses estratégicos para viajar sin gastar de más. Según explica Gretel Pereira, portavoz de Expedia: “Los vuelos y el alojamiento en otoño pueden llegar a costar hasta un 40% menos en comparación con la temporada alta”. Una diferencia de precio que abre la puerta a destinos que quizá parecían fuera de alcance.
Cómo ahorrar en tus viajes: el día perfecto para viajar
Los expertos recomiendan algunas estrategias para aprovechar al máximo las ofertas. Una de las más eficaces es evitar volar en fin de semana. “Si viajas un jueves puedes ahorrar hasta un 17% en tu billete”, señala Pereira. Otro consejo es utilizar herramientas digitales de seguimiento de precios, que avisan cuando una tarifa baja de forma significativa.
Los paquetes que combinan vuelo y hotel también son una mina de oro: pueden representar un ahorro de hasta 300 dólares por persona. Y no hay que olvidar los programas de fidelización, tanto de aerolíneas como de cadenas hoteleras. Unirse es gratuito y permite acumular puntos que luego se traducen en noches gratis, descuentos o upgrades. Incluso la hora del vuelo puede marcar la diferencia: los trayectos más tempranos suelen ser más económicos y tienen menos probabilidades de cancelación. Además, permiten aprovechar mejor el primer día de viaje.
Tres destinos estrella para el otoño
Las razones para viajar en otoño van más allá del bolsillo. El clima se vuelve mucho más agradable y las playas no están abarrotadas. Además, los paisajes se transforman en escenarios únicos. Bosques teñidos de rojos y dorados en Europa, cielos despejados para ver auroras boreales en el norte y puestas de sol más nítidas en destinos tropicales.
A esto se suma un factor que cada vez gana más peso entre los viajeros: la tranquilidad. Quienes buscan desconectar valoran enormemente que los lugares turísticos estén menos saturados. Museos sin colas, vuelos más cómodos y restaurantes con disponibilidad son parte del encanto de viajar en estos meses.
1. Safari en Tanzania: la emoción de la vida salvaje
África siempre guarda una sorpresa, pero Tanzania es el destino soñado para quienes buscan un safari inolvidable. El Serengeti, el cráter del Ngorongoro o el parque Tarangire ofrecen la posibilidad de ver a los “cinco grandes” en su hábitat natural.
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Safaris económicos: entre 150 y 300 dólares al día, con campamentos o lodges básicos.
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Opciones intermedias: entre 250 y 500 dólares diarios, incluyendo alojamiento cómodo, vehículo privado y comidas.
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Experiencias de lujo: desde 600 dólares hasta más de 1.200 por día, con lodges premium, vuelos internos y actividades exclusivas como safaris en globo.
Las entradas a los parques rondan los 60-70 dólares por persona y día. Un safari de tres días en Serengeti o Ngorongoro puede costar entre 750 y 1.600 dólares (750 dólares equivalen a 690 euros y 1.600 dólares a 1.472 euros), dependiendo del nivel de servicio. Una inversión que se convierte en recuerdos imborrables.
2. Islandia: un viaje entre volcanes y auroras
Para los amantes de la naturaleza extrema, Islandia es una joya difícil de igualar. Glaciares, cascadas imposibles y la posibilidad de ver auroras boreales hacen de este destino uno de los más espectaculares del mundo.
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Viaje estilo mochilero: 100-150 dólares diarios, con estancias en hostales y comidas preparadas por cuenta propia.
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Presupuesto medio: 200-300 dólares al día, con hoteles de tres estrellas, coche de alquiler y excursiones organizadas.
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Estilo premium: desde 400 dólares diarios (400 dólares son aproximadamente 368 euros al cambio actual). Sí, se incluyen hoteles, tours privados y experiencias exclusivas como baños termales en lugares apartados.
Reikiavik, la capital, tiene precios de alojamiento desde 150 dólares la noche en temporada baja, aunque en verano los costos se disparan. Comer en Islandia también requiere previsión: las comidas económicas rondan los 25-30 dólares, mientras que en un restaurante de nivel medio una cena puede llegar fácilmente a los 80 dólares.
3. Bali: exotismo accesible
La isla indonesia de Bali sigue siendo un refugio de paz, ideal para parejas, buscadores de bienestar y amantes de la cultura. Sus playas de arena blanca, templos milenarios y selvas tropicales crean un escenario perfecto tanto para descansar como para explorar.
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Alojamiento en temporada baja: desde 15 a 40 dólares por noche en guesthouses sencillas.
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Temporada alta (julio, agosto y Navidad): precios que pueden aumentar entre un 20 y un 50%.
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Vuelos internacionales: las tarifas suben entre un 30 y un 50% en los picos de demanda, aunque fuera de ellos se encuentran ofertas muy competitivas.
Lo mejor de Bali es que, incluso en temporada alta, sigue siendo un destino más asequible que otros enclaves exóticos, y su relación calidad-precio resulta imbatible.
Otoño: la estación de los viajeros más inteligentes
Cada estación tiene su encanto, pero el otoño reúne tres ventajas imbatibles: menor gasto, mayor comodidad y paisajes únicos. Ya sea para adentrarse en la sabana africana, recorrer los fiordos islandeses o practicar yoga frente al mar en Bali, esta época del año ofrece experiencias que van mucho más allá de unas simples vacaciones.
Así que, si todavía dudas de cuándo hacer tu próxima escapada, el calendario ya tiene la respuesta: viajar en otoño es apostar por más por menos.