Hubo un tiempo en que la naranja de Sudáfrica era un producto exótico en las fruterías españolas. Hoy, sin embargo, se ha convertido en una amenaza directa que inunda los lineales, compite con precios imbatibles y pone en jaque la supervivencia de miles de agricultores españoles.
La razón: desde este 16 de octubre, y hasta el 30 de noviembre, sus naranjas entran en la Unión Europea con arancel cero, una “barra libre” comercial que choca frontalmente con el inicio de la campaña de recolección en España.
Arancel cero a las naranjas sudafricanas
La situación, lejos de ser nueva, ha alcanzado su punto más crítico en 2025, tal y como informan desde El Economista. Un acuerdo firmado hace nueve años entre la UE y Sudáfrica establecía una reducción progresiva de los aranceles que ha culminado este año. El resultado es una tormenta perfecta para el campo español: una avalancha de cítricos sudafricanos justo cuando los agricultores locales empiezan a recoger su cosecha, provocando un desplome de los precios en origen.
Según datos del sector, el 66% de todas las importaciones de cítricos sudafricanos se concentran precisamente en estas semanas clave, ahogando al producto nacional antes incluso de que llegue al mercado.
Las naranjas sudafricanas son "competencia desleal"
Según denuncian organizaciones como la agrupación agrícola valenciana La Unió Llauradora i Ramadera, la respuesta reside en la “competencia desleal”. Producir naranjas en Sudáfrica es mucho más barato.
Los costes de producción, especialmente los salarios, son notablemente inferiores a los de España. Esto les permite exportar a precios contra los que los agricultores españoles, simplemente, no pueden competir.
Peligro de plagas y enfermedades
Más allá de la guerra de precios, existe un peligro sanitario que pone en riesgo la salud de los campos españoles. La importación masiva de cítricos sudafricanos ha disparado las alertas por la entrada de plagas y enfermedades. Desde que el acuerdo entró en vigor, se han registrado casi 300 intercepciones en frontera de organismos muy peligrosos.
Dos de las plagas más temidas a nivel mundial, la Mancha Negra (Citrus Black Spot) y la Falsa Polilla (Thaumatotibia leucotreta), que a día de hoy no están presentes en Europa, son detectadas recurrentemente en los envíos. Pero algunas ya han conseguido entrar, como el Trips de Sudáfrica, un insecto que ya está causando graves pérdidas a los productores valencianos y disparando sus costes en tratamientos para combatirlo.
Los agricultores proponen una batería de acciones
Ante esta situación límite, el sector agrícola español ha alzado la voz y exige a la Unión Europea que tome medidas drásticas. Desde La Unió proponen una batería de acciones para proteger a los productores locales:
- Activar la cláusula de salvaguardia: el propio acuerdo comercial contempla esta medida para casos en los que las importaciones causen un perjuicio grave al mercado comunitario, “como está ocurriendo ahora”, afirman.
- Reciprocidad fitosanitaria: exigen que las naranjas importadas cumplan exactamente las mismas y estrictas normativas fitosanitarias que se imponen a los agricultores europeos.
- Mayores controles en frontera: piden una revisión exhaustiva del tratamiento en frío que Sudáfrica debe aplicar a sus envíos para garantizar que se está realizando correctamente y frena la entrada de plagas.
- Revisar el calendario: solicitan una modificación del acuerdo para que el periodo de “arancel cero” no coincida de forma tan perjudicial con la campaña española.
- Más información al consumidor: reclaman mayor transparencia y un etiquetado claro que permita a los consumidores saber el origen de las naranjas que compran y consumen.
Si no se toman medidas, la presencia de la naranja sudafricana será cada vez mayor en los supermercados españoles, arrinconando a un producto local que no puede competir en precio. La consecuencia final podría ser el abandono de miles de hectáreas de cultivo, un golpe devastador para la economía rural y el paisaje de regiones enteras.