La app Yuka permite a los usuarios que denuncien a las marcas que usan aditivos de riesgo
La popular aplicación de escaneo de productos lanza una herramienta para acelerar la reformulación hacia alimentos más saludables y transparentes

Era 2016 y Benoît Martin, tras ser padre, quería ofrecerle a su familia productos alimentarios de mejor calidad. Al sentirse perdido frente a las etiquetas en medio de una “jungla alimentaria”, se unió a su hermano François y a su amiga Julie Chapon, y juntos crearon una aplicación capaz de analizar automáticamente la composición de los productos. Así nació Yuka.
Hoy en día, esta app es mundialmente conocida y la utilizan 75 millones de personas en todo el planeta. Sin embargo, ya no se trata solo de recibir información pasivamente al escanear un código de barras. Ahora, Yuka ha lanzado una nueva funcionalidad que pone el poder directamente en manos de sus usuarios.
¿Cómo funciona la nueva herramienta de Yuka?
La aplicación otorga la capacidad de pedir a las marcas que eliminen de sus productos los aditivos que la ciencia ha puesto en el punto de mira por sus potenciales riesgos para la salud. La mecánica es sencilla e intuitiva. Cuando un usuario escanea un producto y la aplicación detecta la presencia de un aditivo considerado de riesgo, aparecerá un nuevo botón: “Pide un cambio”.

Al pulsarlo, la app ofrece cuatro vías de comunicación directa para interpelar a la marca, utilizando mensajes preescritos que facilitan el proceso:
- Correo electrónico: se puede enviar un email ya redactado al servicio de atención al consumidor de la marca, solicitando formalmente la retirada del aditivo en cuestión.
- X (antes Twitter): publicar un post mencionando a la marca para hacer la petición pública.
- Instagram y LinkedIn: comentar la última publicación de la marca con un texto predefinido, llevando el debate a sus propios canales de comunicación.
Los usuarios pueden personalizar los mensajes o enviarlos tal cual, unificando la petición bajo el hashtag #NoEnMiProducto.
Aditivos en el punto de mira: ¿Cuáles son los riesgos reales?
La iniciativa de Yuka no es arbitraria. Se centra en aditivos cuya seguridad ha sido cuestionada por diversos estudios científicos. Entre los más comunes se encuentran:
- Nitritos y nitratos: utilizados como conservantes, especialmente en carnes procesadas como embutidos y beicon. La Organización Mundial de la Salud (OMS) los ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal.
- Edulcorantes artificiales: sustancias como el aspartamo o la sucralosa, que aunque no aportan calorías, estudios recientes sugieren que pueden alterar negativamente la microbiota intestinal, el ecosistema de bacterias clave para nuestra salud digestiva e inmunológica.
- Emulsionantes: aditivos como el polisorbato 80 o la carboximetilcelulosa, presentes en muchos productos ultraprocesados, han sido asociados en investigaciones con un incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares e inflamación intestinal.
- Colorantes: algunos colorantes artificiales, como los conocidos “colorantes de Southampton”, han sido vinculados a un aumento de la hiperactividad en niños.
Aunque muchas marcas ya han comenzado a reformular sus productos para ofrecer etiquetas más “limpias” (un movimiento conocido como clean label), Yuka considera que el cambio es demasiado lento. Esta nueva herramienta pretende ser el acelerador definitivo.
Usuarios de Yuka ya han pedido un cambio a las marcas más de un millón de veces
“Estamos convencidos de que los consumidores no solo tienen derecho a saber qué contienen los productos que compran, sino también a exigir productos mejores”, señala la cofundadora de Yuka, Julie Chapon. “Esta funcionalidad ofrece a los usuarios la posibilidad de convertirse en protagonistas del cambio”, añade.
Y los datos demuestran que el público estaba esperando una herramienta así. Desde su lanzamiento en Francia y Estados Unidos en noviembre de 2024, los usuarios ya han pedido un cambio a las marcas más de un millón de veces. Esta cifra evidencia un movimiento ciudadano creciente que exige mayor responsabilidad y transparencia a la industria alimentaria. Ahora, con su llegada a España, se espera que la presión sobre las marcas aumente, beneficiando finalmente la salud de todos los consumidores.