Ana Milán es de esas mujeres que son como el buen vino: cada año está más guapa. Con su gracia y elegancia natural, se ha consolidado como uno de los rostros más carismáticos del panorama cultural español.
A sus 51 años, la actriz no solo tiene un pódcast conversacional de éxito llamado La vida y tal, en este no pocas veces sorprende por su capacidad resolutiva para dar consejos, siendo de lo más natural, directa y graciosa. —con el que se ha ganado el aplauso del público— ahora también nos da trucos y tips de belleza en redes sociales para una imagen pulida y bella como la suya.
Ana Milán: belleza y elegancia que marcan tendencia
Ana lo tiene claro: en un mundo saturado de tendencias efímeras, ella representa esa figura magnética que domina el arte del quiet luxury sin perder ni un ápice de frescura.
Sus estilismos —mezcla de básicos atemporales, texturas nobles y complementos modernos y llenos de estilo— reflejan una mujer que ha encontrado su fórmula de la elegancia sin rendirse a las normas sociales que se imponen a las mujeres con más de 50 años. Ya sea en alfombra roja o en zapatillas, paseando por Madrid, transmite esa forma de entender y cuidar su belleza: sin estridencias y con mucha actitud positiva ante el cambio.
Belleza consciente, rutina con propósito
Detrás de ese glow envidiable, hay una rutina de cuidado donde el mimo y el buen humor van de la mano. Ana lo tiene claro: la piel no se cuida con prisas ni exigiéndole de más. Si por algo se caracteriza la actriz, es por esa forma brillante de mostrarse sin filtros, asumiendo el hecho de cumplir años con un saber estar exquisito y cuidándose como cuando tenía 20 años.
"De los mejores consejos que te puedo dar es que cuando llegues a casa te desmaquilles. La historia de desmaquillarse nada más llegar a casa es que si después yo me pongo por ejemplo un sérum a las siete de la tarde, yo puedo a las nueve, justo antes de acostarme, ponerme otro tratamiento y cuando se tienen 50 créeme que ni tan mal...", compartía con la cercanía que la caracteriza en un vídeo de TikTok mientras procedía a mostrarnos su rutina de limpieza y cuidado facial cuando acaba el día.
Paso a paso de la rutina de ‘skin care’ de Ana Milán: desmaquillarse con mimo
Paso 1. El primer paso de su ritual nocturno se centra en los ojos, con especial atención a la delicada raíz de las pestañas, en la cual se debe insistir, pues en la raíz del pelo de la pestaña se acumula el pigmento de toda la pintura que le ponen siempre en los ojos mientras está rodando:
"Procura restregar un poquito y limpiar bien la raíz. Los bifásicos son mis favoritos porque me maquillan mucho el ojo cuando estoy trabajando y después quítatelo tú, que hace falta a veces aguarrás", confiesa a sus seguidoras más coquetas.
@byanamilan Sabes ese momento a las 11 de la noche cuando te das cuenta de que aun no te has desmaquillado Y TE QUIERES MORIR AHI MISMO? Pues nunca más. En casa siempre con la piel limpia. #belleza #50años @Lancôme @Guerlain @MiiN Cosmetics #coël ♬ sonido original - Ana Milán
Paso 2. Tras retirar los restos con suavidad con la mezcla y un algodón, continúa con una loción de vitamina C y movimientos ascendentes, sin olvidar zonas clave como las cejas que también se las remarcan en pantalla: "No te olvides de las cejas", recalca.
Paso 3. Y por supuesto, no falta su truco personal: hacerse una segunda limpieza en profundidad para arrastrar restos de maquillaje y liberar el poro: "Voy a emulsionarla con agua caliente porque soy muy friolera. Ahí yo vuelvo a repasar los ojos. Vuelvo a recalcar en la raíz de las pestañas que sigue saliendo un poco. Es como un ex, siempre deja algún rastro", dice con su inconfundible humor ácido y alguna que otra mueca picarona.
Paso 4. El siguiente paso es el ácido salicílico, aplicado con la medida justa: "Pongo nada de cantidad. Me va a durar 90 años este bote y con un poquito de agua ya tenemos un poco de espuma. Me gusta mucho dejarlo un minuto mientras lo voy moviendo y después lo retiro", añade antes de secarse con una toalla suave.
La filosofía del cuidado: suavidad, intención y constancia
Para Ana, el rostro se toca con respeto y delicadeza: "La piel de la cara es que no tiene nada. Es papel de fumar, así que con cuidado y con mucho amor. Y lo que le sobra para las manos, porque cuando envejecen las manos, mal asunto", dice mientras aplica una fórmula entre tónico y esencia, así como la carísima (319 € rebajados así lo confirman) crema de la icónica línea Orchidée Impériale de la marca Guerlain.
Su broche final antes de dormir es un combo infalible: "Me dejó el sérum y luego me pongo una dosis de hialurónico de Cöel Cosmetics", explica, demostrando que la constancia es su mejor aliada, además de invertir en marcas de alta gama.
'Remodelage': el lifting sin cirugía que aman las celebrities
Pero Ana no solo cuida su piel en casa. Entre sus tratamientos favoritos destaca el Remodelage, una técnica francesa manual que trabaja rostro, cuello y escote con un masaje profundo y terapéutico. Sin agujas ni bisturíes, esta terapia reactiva la circulación, oxigena los tejidos y tonifica la musculatura facial, devolviéndole firmeza y vitalidad.
Este método se ha convertido en su ritual fetiche en Tacha Beauty, el centro de belleza donde confía su piel. Un tratamiento creado por la experta Martine de Richeville, el tratamiento ayuda a redefinir los contornos del rostro y suavizar arrugas sin recurrir a procedimientos invasivos. Este tratamiento es el preferido de Ana Milán, así como de otras caras conocidas como es la de Elsa Pataky.
Uno de sus grandes beneficios es que actúa sobre áreas complejas como el surco nasogeniano y la zona ocular. Este favorece el drenaje linfático, ilumina la mirada y estimula los fibroblastos, responsables de producir colágeno y elastina. En palabras sencillas: ayuda a que la piel se mantenga joven desde dentro.
Imagen cuidada y amor propio
Ana Milán ha hecho del autocuidado un ritual íntimo, lejos de la obsesión y más cerca del bienestar. Apuesta por la sensatez, los gestos conscientes y una piel bien tratada. No se deja atrapar por la presión estética, pero tampoco descuida su imagen: la abraza con inteligencia, humor y un estilo muy propio. Y quizás ese sea su verdadero secreto de belleza: entender que cuidarse no es ocultar, sino resaltar lo que somos con cariño y confianza.