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Que viene el lobo: Aldi juega con los productores de Murcia por la contaminación del Mar Menor

Las investigaciones abiertas por la cadena de supermercados han desencadenado rumores de veto a los agricultores y empresas de la zona

Núria Messeguer

El Mar Menor con los peces muertes en las orillas y el logo del supermercado Aldi / CG - ANSE

Fueron tres las puñaladas que acabaron con su vida y le faltaba una guerra con Aldi. La primera fue la minería, después el turismo y por último la agricultura. Lo suyo era la  crónica de una muerte anunciada. Pero nadie pensó que sería tan pronto. El Mar Menor se muere por la contaminación que sufre. De hecho agoniza desde los años 90, cuando los campos tradicionalmente de secano pasaron a ser de agricultura intensiva. Pero éste no fue el único culpable. La pasividad de la Administración también ha prolongado su martirio. La política cortoplacista no ha sabido solventar un problema que necesitaba planes más largos que un mandato de cuatro años. 

La ciudadanía y asociaciones ecologistas han puesto el grito al cielo durante años para acabar con este desastre medioambiental, pero hasta el momento ninguna medida ha sido suficiente. Desde hace tres años la imagen de los peces flotando en el Mar Menor se repite y, aunque para muchos la batalla está perdida, aún queda un último duelo en los supermercados, o eso se suponía. Hace tan solo un mes, la cadena alemana anunció que investigaría los proveedores de frutas y de verduras que contribuyan a agravar el problema del Mar Menor, pero ¿juega Aldi con los productores de Murcia? 

La postura de Aldi con algunos productos murcianos

La compañía anunciaba a principios de noviembre que para no contribuir al desastre del Mar Menor pondría en cuarentena todos los productos procedentes de los “80 productores investigados por la Fiscalía”. Es decir, los implicados en el caso Topillo que han sido acusados de utilizar pozos y plantas desalobradoras ilegales. Esta decisión surgió después de que la cadena de televisión alemana WDR emitiera un documental sobre la situación de esta zona murciana. “¿Dejar morir a los peces a cambio de fruta y verdura barata?”, se planteaba.

Sobre ello, Aldi ha explicado a Consumidor Global que “el respeto al medioambiente y los recursos naturales forma parte de nuestra responsabilidad y compromiso con la sociedad y el entorno, y estas conductas no son compatibles con nuestros principios de sostenibilidad ambiental”. Por ello, la firma ha iniciado “un proceso de seguimiento con nuestros proveedores en la región para conocer si existe implicación en este tipo de conducta”. Esta revisión sobre el origen de los productos afecta a alrededor de 5.000 supermercados repartidos por nueve países europeos, incluidos los 350 establecimientos que tiene en España. ¿Pero hasta dónde está dispuesta a llegar Aldi?

La sección de frutas y verduras de Aldi / EP

¿Mucho ruido y pocas nueces?  

“No ha habido ninguna consecuencia práctica de este supuesto veto, seguimos con nuestros contratos y no ha habido ninguna cancelación”, señala Vicente Carrión, el presidente de la Coordinadora Organizaciones d'Agricultores y Ramaderos (COAG) de la zona de Cartagena. Carrión incide en que “tenemos parte culpa, pero no toda” y tacha de “injuesta” esta persecución. De  la misma manera opinan desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores. “El anuncio de Aldi ha sido papel mojado porque no tenemos constancia de ningún cese”. 

De hecho, en los lineales del supermercado aún se pueden encontrar algunos productos oriundos de Murcia, aunque no de la zona de Cartagena –la señalada por el desastre del Mar Menor–, sino del pueblo de San José de la Vega. “Esa localidad no está dentro de la Cuenca de Cartagena, está al otro lado de la Sierra de Murcia”, contextualiza Santiago Campillo, divulgador científico. No obstante, como asevera Ramón Navia, ingeniero agrónomo consultor y gestor de fincas “Aldi tiene muchas empresas empaquetadoras en la zona, de manera que puede comprar en el campo de Cartagena y envasar en San José de la Vega. “La verdad sólo la conocerá el supermercado”, asegura. 

Aldi juega para contentar al consumidor 

“Hay una desconexión total entre lo que pasa en el campo y lo que se anuncia o lo que se publica luego”, crítica Navia sobre el anuncio de Aldi. Desde la plataforma IPL Mar Menor Personalidad Jurídica para el Mar consideran que “esta decisión está muy bien y ojalá otros supermercados se sumen adieran, pero de aquí a que sea un veto real y que sirva para algo es complicado”. 

“Es más fácil encontrar fruta de Murcia en Düsseldorf que en cualquier ciudad española”, añade el divulgador científico Campillo. Y es que en términos de rentabilidad, el mercado nacional es el que menos importa. Como sostiene este experto, “más del 90 % de las exportaciones españolas de frutas y verduras tienen como destino los mercados de la Unión Europea, y no España”. 

Una de las muchas manifestaciones que organizan las asociaciones ecologistas / EP

Silencio por parte de los  supermercados españoles 

Los supermercados de España se agrupan en dos patronales: la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (Aces) y la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas). 

Desde Aces respetan la decisión de Aldi sobre el desastre del Mar Menor y señalan que, desde su posición, “no pueden hacer recomendaciones” al respecto. Mientras, Asedas, que aglutina los intereses del 75 % del sector de la distribución, prefiere da la callada por respuesta la postura de la cadena alemana. 

“Una tomadura de pelo” 

“Hay razones para aplicar vetos de este tipo, pero hay demasiados intereses como para que sean reales”, lamenta Navia. A su parecer, el anuncio del supermercado ha sido una tormenta de verano, “ruidosa y corta”. 

En este sentido, otros agentes del sector subrayan que el procedimiento que Aldi ha abierto a los productores no ha sido más que un mero cuestionario que “no profundiza en nada”.  Asimismo, tanto Navia como Campillo insisten en que los agricultores han sido las cabezas de turco y que el desastre del Mar Menor tiene más vertientes aparte de las explotaciones agrarias. “Estos movimientos contribuyen a precarizar aún más la situación en el campo”, concluye Navia.