Salvador Illa, presidente de la Generalitat de Cataluña, ha presentado esta mañana el nuevo proyecto de ampliación del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat. Dicho proyecto contempla un alargamiento de la tercera pista de 540 metros, en el que se reduce en 90 metros la afectación sobre el espacio natural de La Ricarda y el Remolar respecto al plan inicial de Aena, lo que ha generado un amplio consenso entre administraciones, patronales y sectores económicos.
En este contexto, desde la consultora inmobiliaria catalana Laborde Marcet han celebrado que se retome el proyecto con una visión más integradora y compatible con la sostenibilidad.
Laborde Marcet defiende la ampliación del aeropuerto de El Prat
“La ampliación de El Prat seguía siendo una asignatura pendiente que no podía seguir posponiéndose si queremos consolidar a Barcelona como una capital turística y económica de primer nivel”, afirma Miquel Laborde, socio fundador de la firma.
La nueva propuesta, elaborada por la comisión técnica, evita ocupar la laguna de La Ricarda, uno de los principales focos de conflicto ambiental. Además, la zona de seguridad RESA, en el extremo norte, será parcialmente vegetal, y en el sur se limitará el impacto civil sobre el Remolar en 60 metros. Este rediseño técnico ha sido calificado por Foment del Treball como “el proyecto más importante para la economía catalana en los próximos diez años”.
Barcelona como un 'hub' global
Para Laborde, esta actualización del plan es una oportunidad que no se puede desaprovechar: “Agilizar la puesta en marcha de esta ampliación debe de ser una prioridad para el Ejecutivo actual".
¿Por qué? Según la consultora inmobiliaria, esta infraestructura "es esencial para posicionar a Barcelona como un hub global, atrayendo vuelos intercontinentales, inversión extranjera y desarrollo logístico a la ciudad, así como a nivel turístico”.
La puerta de entrada a Europa para América, Asia y Oriente Medio
El rediseño permitiría dotar al aeropuerto de mayor capacidad para vuelos de largo radio, lo que posicionaría a Barcelona como una puerta de entrada estratégica para América, Asia y Oriente Medio.
Desde círculos empresariales se advierte, además, que la inversión debe estar contemplada en el próximo Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA III), que se aprobará en septiembre de 2026, pero cuyas negociaciones comienzan este verano.
Una oportunidad clave
“El calendario aprieta, y, si no se mueve ficha ahora, perderemos otra ocasión clave para conectar Barcelona con el mundo y atraer inversión exterior”, remarca Laborde, quien destaca la oportunidad de ampliar el número de conexiones aéreas entre España y China tras las negociaciones iniciadas por el Comité de Desarrollo de Rutas Aéreas (CDRA).
"La ubicación del aeropuerto es una ventaja competitiva que no debemos desaprovechar. Facilitar la llegada del turista internacional y el transporte de mercancías estratégicas debe ir de la mano de una visión moderna, eficiente y respetuosa con el entorno”, concluye el consultor inmobiliario.