Así fomentan las 'influencers' las apuestas deportivas de forma ilícita y encubierta

El Ministerio de Consumo investiga si algún operador de juego está detrás de esta campaña que ha destapado una usuaria en Twitter y que se ha hecho viral

Dos 'influencers' ocultos bajo los logos de Instagram y Twitter / FREEPIK
Dos 'influencers' ocultos bajo los logos de Instagram y Twitter / FREEPIK

Los influencers vuelven a estar en la picota. Su responsabilidad en según qué temas se ha cuestionado en muchas ocasiones y esta vez la polémica viene de la mano de las apuestas deportivas, un tema muy sensible por su vínculo con la ludopatía. La tormenta se desató hace unos días cuando una usuaria de Twitter (@soyuncharizard) publicó varias capturas de pantalla de diferentes cuentas de Instagram muy conocidas en las que se promociona de forma encubierta un canal de Telegram que promete grandes beneficios gracias a sus consejos para apostar en partidos de fútbol.

Estos gurús se conocen en el argot como tipsters (pronosticadores) y abundan en Telegram. “La gran mayoría son vendehúmos y hay muchísimas estafas”, asegura a Consumidor Global Daniel Gómez, dueño de la web TipsterTrust, una página con la que intenta hacer pedagogía sobre este mundillo. En cuanto a la nueva polémica, este programador no se muestra sorprendido. “Ha explotado ahora porque la publicación de Twitter se ha hecho viral, pero lleva pasando mucho tiempo también en otras plataformas como TikTok o Youtube”, asevera. De hecho, el Ministerio de Consumo ha confirmado a este medio que tras el revuelo generado “está investigando si algún operador de juego está detrás de esta cuestión”.

Un 'modus operandi' calcado

Algunas de las influencers cazadas son Marina Yers, que tiene 1,6 millones de seguidores, y Genissa González, que acumula casi 100.000, pero también se han visto salpicados algunos concursantes de la Isla de las Tentaciones como Jesús Sánchez Seda y Diego James Lover, entre otros perfiles.  El modus operandi para colar la publicidad encubierta es similar en todos los casos. Se simula una interacción con los fans, que, en apariencia, hacen preguntas que dan pie a la promoción de la sala de pronósticos de apuestas deportivas. “¿Cuánto ganas con las redes sociales?”, se supone que plantean los seguidores, a lo que las influencers responden de forma casi idéntica: “Esto es un poquito privado, pero lo que os puedo contar es que hace poco empecé a apostar en el fútbol y es con lo que más estoy ganando. El otro día empecé con 30 € y acabé con 1.040 € en una sola tarde”. La conversación sigue con las imágenes de los supuestos beneficios y, al final, se ofrece la posibilidad de acceder al canal de Telegram.

“La Ley General de Publicidad dice que cualquier anuncio que lleve a engaño por su forma o por su fondo es ilícito”, explica a Consumidor Global Leandro Núñez, abogado especializado en marketing digital del despacho Audens. Y cuando un usuario medio no es capaz de detectar que lo que está viendo es publicidad, entonces se trata de publicidad encubierta. Pero, ¿sobre quién recae la responsabilidad? Ante esto, Núñez señala que tanto el influencer como los anunciantes pueden tener problemas legales. “El responsable de la publicidad es el anunciante, pero en redes sociales también lo es el que sube la información a su cuenta”, matiza. Así, las sanciones económicas máximas a las que se pueden enfrentar estos influencers por enmascarar un anuncio se elevan hasta los 30.000 euros.

'Multazos' millonarios

Sin embargo, este asunto va más allá. Otro factor en liza en este caso es el Real Decreto que regula las comunicaciones comerciales sobre el juego, en vigor desde noviembre de 2020. En primer lugar, los influencers tienen prohibido realizar publicidad de apuestas, tal como explica en su cuenta de Twitter Irene Aguiar, asesora jurídica y especialista en derecho deportivo. El artículo 15 de la norma indica que “se prohíbe la aparición en las comunicaciones comerciales de personas o personajes de relevancia o notoriedad pública, sean aquellos reales o de ficción”. Sin embargo, hasta el 1 de abril de este año las casas de apuestas pueden seguir utilizando en sus anuncios a personas famosas, siempre y cuando los contratos publicitarios se hubiesen firmado antes del 5 de noviembre de 2020.

Por otro lado, el artículo 10 del Real Decreto no permite las comunicaciones comerciales que presenten el juego “como una actividad económica, de inversión financiera o una alternativa al empleo”. Asimismo, este tipo de publicidad debe incluir un mensaje relativo al juego con responsabilidad, cosa que no aparecía por ningún lado en las publicaciones de los influencers. También se debe indicar que los menores de edad no pueden participar en estas actividades, algo de lo que tampoco había ni rastro. “El régimen sancionador es el de la Ley de Regulación del Juego. Éste contempla multas de hasta 100.000 euros para las infracciones leves y de hasta 1 millón de euros para las graves”, asegura Aguiar. En ese sentido, no informar de la prohibición de participar a los menores de edad es una infracción leve, pero el incumplimiento de las normas vigentes sobre el juego se considera una infracción grave.

Disculpas públicas

Al menos una de las influencers involucradas ya ha salido al paso de la polémica y ha pedido disculpas. "Nunca es tarde para rectificar; muchas veces no nos damos cuenta de que realmente tenemos una gran influencia. Ha habido mucha polémica. Es cierto que apostar está a la orden del día, ganas dinero con ello... pero entiendo la parte de no fomentar estas cosas. Quería pedir disculpas", explica Genissa González en Instagram.

Este medio se ha puesto en contacto con la agencia de comunicación Look After You, que representa a Marina Yers, otra de las influencers involucradas en este asunto. “Cualquier cosa que haya que decir se encargará ella. Nosotros no vamos a pronunciarnos”, se limita a señalar la empresa, que también se desliga del contrato que haya podido firmar su clienta.

El submundo de los ‘tipsters’

Más allá de la polémica y de cómo se haya podido infringir la ley con esta publicidad encubierta, el dueño de TipsterTrust considera que lo más importante de este asunto es el problema real que hay con los pronosticadores. “Por mucho que los influencers dejen de promocionarlos, estos vendehúmos van a seguir creciendo porque tienen mucho poder económico”, asevera. En su web ha criticado las estafas de muchos de ellos y eso le ha valido una buena cantidad de amenazas. “Uno se presentó en mi casa hace poco para amedrentarme y otros me dicen que me van a joder la vida”, relata.

Pero, ¿cómo ganan dinero los tipsters? Según este experto existen muchas formas. La más clásica es la suscripción que pagan los usuarios a los canales de Telegram para recibir consejos sobre apuestas. Las cuotas mensuales varían en función del tamaño de la sala, pero “para novatos” cuestan entre 10 y 30 euros. Otra manera de lograr beneficios es a través de contratos con las casas de apuestas, que pagan a los tipsters por cada nuevo usuario que logren atraer a sus plataformas. “Les pagan entre 10 y 60 euros por cada uno. Los canales más grandes --con más capacidad de atracción-- tienen contratos mejores y les pueden pagar hasta 100 euros”, asevera. Otras formas de hacer dinero consisten en promocionar cuentas más pequeñas para conseguir seguidores o la venta de canales. Así, cuando alguno de estos gurús abandona o se cansa y tienen un buen puñado de seguidores simplemente vende el canal de Telegram a otra persona y, en buena parte de las ocasiones, ni siquiera se informa de ello a los usuarios. Según la experiencia de Gómez, un tipster puede ganar entre 1.000 y 30.000 euros al mes, en función del volumen de usuarios de su canal.

Argucias para enganchar a los usuarios

Una de las tretas típicas que utilizan los pronosticadores para enganchar a los usuarios y lograr una buena tajada son los retos. “Consisten en empezar con una cantidad determinada de dinero --30 euros, por ejemplo-- y acabar con una muy superior en un tiempo determinado. Al final todo esto va ligado a un registro en una casa de apuestas para cobrar su comisión”, subraya Gómez. Por otro lado, uno de los factores que incita a la gente a seguir a uno de estos gurús es que tengan un buen número de suscriptores, aunque la mayoría de ellos inflan sus cifras con usuarios falsos para dar una mayor sensación de fiabilidad.

Otro ardid muy habitual son las llamadas apuestas seguras, en las que se promete al usuario una ganancia determinada. Cuando las cosas salen bien los tipsters lo anuncian a bombo y platillo, pero cuando se tuercen no dicen nada. “Los usuarios están totalmente desamparados. Cuando quieren reclamar su dinero se encuentran con procesos muy largos y complicados que no les merece la pena”, revela Gómez. En ese sentido, Telegram no facilita la identidad de quién esta detrás de estos canales y los propios tipsters se cubren las espaldas al gestionar los cobros con plataformas de pago que tampoco los facilitan.

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