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La verdad de los suplementos quemagrasas: caros y poco efectivos

Los médicos advierten sobre el uso de estos productos que, muchas veces, pecan de utilizar una publicidad un tanto engañosa

Una mujer muestra su tripa / FREEPIK
Una mujer muestra su tripa / FREEPIK

La obsesión por cumplir con las medidas 90-60-90 todavía sigue viva en pleno 2021. Y la llegada del buen tiempo advierte a muchos de que la temida operación bikini está a la vuelta de la esquina. Pero, como cada año, este momento pilla a varios por sorpresa. Por ello, recurrir a ciertos métodos y suplementos es, para algunos, un atajo que no dudan en tomar. Además, internet se ha convertido, en ese sentido, en un cajón de sastre con opciones de todo tipo.

Una de las fórmulas que hay en el mercado para quitarse esos kilos de más son los quemagrasas. Se venden en farmacias, en herbolarios, en Amazon y hasta incluso se pueden encontrar en los lineales de algunos supermercados. “Esta locura sólo acaba de empezar, ya que el consumidor busca, cada vez más, productos que actúen de manera rápida y adelgacen lo máximo posible”, advierte el doctor Diego Bellido, endocrino y nutricionista, miembro de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo). Pero, aunque su popularidad es innegable, ¿merecen estos productos la fama que a veces ostentan?

Los quemagrasas no cuentan con una base científica

“En el mercado existe una gran variedad de suplementos y es importante señalar que éstos no son medicamentos y, por tanto, no están avalados por la Agencia Española del Medicamentos (Aemps)”, explican a este medio desde el Consejo General de Farmacéuticos. Por ello, estas soluciones alternativas incluyen plantas naturales, extractos de té verde, cafeína y algunos hasta cáscaras de crustáceos. Y se venden en sobres, pastillas, jarabes e incluso cremas. “Algunos tienen fibra que ayuda a saciar el apetito del usuario, otros son más diuréticos y combaten la retención de líquidos y hasta algunos influyen sobre el metabolismo”, señala el doctor Benillo, quien corrobora que con la toma de estos suplementos no se obtendrá ningún resultado si no se acompañan de una dieta y ejercicio. En esta misma línea se muestra, también, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). “Nadie se arriesgaría a tomar un producto para bajar la tensión o la diabetes en 10 días, pues esto es lo mismo. No hay un tratamiento milagroso para combatir la grasa”, matiza. 

Sin embargo, hay principios activos que sí que ayudan a perder grasa y que se incluyen en determinados fármacos avalados por la Aemps. “Es el caso de Orlistat, Liraglutida y Mysimba, que en ningún caso forman parte de las sustancias denominadas quemagrasas”, insiste Benillo. Estos tratamientos son indicados y supervisados por profesionales sanitarios y, por tanto, se requiere de una receta para comprarlos.

Todo por perder algunos kilos

Parte del triunfo de estos complementos quemagrasas se debe a la desesperación de algunos usuarios por perder peso y adelgazar en un tiempo récord. “España es el segundo país de Europa con más casos de obesidad y sobrepeso. En total, un 56 % de la población adulta lo padece”, explica el endocrino Benillo. Sin duda, esta elevada cifra representa un importante nicho para este tipo de productos adelgazantes. Además, las empresas usan potentes campañas de marketing para atraer al mayor número de usuarios posible. “En primavera ya este tipo de productos presentan descuentos y promociones para llamar la atención”, señala a este medio un trabajador de la farmacia Santi Rosón Río de la calle Pau Claris de Barcelona. Y, por si eso fuera poco, en la televisión también aparecen, con la llegada del buen tiempo, los típicos anuncios sobre este tipo de productos con rostros conocidos y famosos promocionándolos. Sin embargo, en España, los complementos alimenticios están regulados por el Real Decreto 1907/1996 que estipula que: “el etiquetado, la presentación y publicidad no atribuirá a éstos la propiedad de prevenir, tratar o curar una enfermedad humana, ni se referirá en absoluto a dichas propiedades”. Pero en la actualidad algunos eslóganes apuntan a mensajes del tipo: "plan detox en 10 días", “plan de emergencia”  o “plan acción 7 días”.  Y es que, como recuerda el Consejo General de Farmacéuticos: “más allá de la sustancia lo que de verdad es milagroso es la publicidad”.

En cuanto al precio, como reconoce Benillo, estos suplementos “son bastante caros” porque tienen mucha demanda. Por ejemplo, la solución XLS Medical, uno de los adelgazantes más conocidos del mercado, tiene un precio de 40 euros, pero la misma compañía ha sacado otra versión, bautizada como XLS Medical Forte 5, por 150 euros. Mientras, otras alternativas más asequibles, como Aquilea Detox, se venden por unos 15 euros. En este caso, el producto está compuesto por té verde, alcachofa, cola de caballo, abedul, pensamiento silvestre y boldo. "Estas sustancias vegetales no requieren de un complicado proceso de extracción o elaboración de manera que, aunque su precio pueda parecer bajo, es desorbitado", asegura Benillo. Otro adelgazante muy popular en los gimnasios es el Fast Burn Extreme. Su precio ronda los 50 euros y dura un mes, aproximadamente,, aunque la compañía ofrece la posibilidad de comprarlo en lotes --de tres o seis unidades-- cuyo coste oscila entre los 100 y los 150 euros. Asimismo, en los centros deportivos también goza de una gran popularidad la carnitina. "Se trata de un aminoácido que lejos de quemar grasas, es como un chute de energía. Con esta sensación, la persona hace un ejercicio más vigoroso, y de ahí que la gente pierda peso y gane músculo". matiza el doctor Benillo. Está disponible en varios sitios web y son muchas las marcas que la comercializan. Por lo general, su precio se sitúa en torno a los 40 euros de media. 

Captura del vídeo promocional de XLS Medical / Canal de XLS Medical de Youtube
Captura del vídeo promocional de XLS Medical / Canal de XLS Medical de Youtube

El papel de las farmacias 

Los suplementos dietéticos se venden tanto en supermercados, como en internet y también en farmacias. Éstas últimas fueron muy criticadas en redes por parte del influencer y nutricionista Carlos Ríos, quien señalaba que las boticas podían confundir al consumidor vendiendo este tipo de productos. “Al estar en un entorno de base científica, el usuario piensa que pueden presentar unas determinadas garantías”, aseguraba el impulsor del movimiento realfooding. No obstante, desde del Consejo General de Farmacéuticos atribuyen este problema a la “publicidad engañosa”. Y el doctor Benillo recuerda que “las farmacias nunca van a renunciar a la venta de este tipo de productos, ya que representan un beneficio muy importante para ellas”. 

Además, no hay ninguna legislación que prohíba la adquisición de estos suplementos, por lo que tienen cierta carta blanca. La verdad es que los quemagrasas están en auge y la locura por este tipo de sustancias no ha hecho más que empezar.  “En 2020 más de la mitad de las personas con sobrepeso ganaron una media de tres kilos por el confinamiento, lo que supuso un repunte de este tipo de productos”, avisa Benillo.

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