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El radicalismo de Carlos Ríos contra los ultraprocesados hace crecer su legión de ‘haters’

El influencer del ‘realfooding’ critica un producto de Mercadona y genera un movimiento a favor del azúcar

Núria Messeguer

Carlos Ríos, el 'gurú de la comida sana' / EUROPA PRESS

Septiembre empieza con tormentas torrenciales en toda la península, y también en Twitter. No es para menos teniendo en cuenta los dos personajes involucrados en dicha la polémica: Mercadona y Carlos Ríos. 

Todo empezó cuando el perfil de Instagram Novedades Mercadona subía, como de costumbre, un novedoso producto de la cadena de distribución valenciana. Entre los comentarios de los fans de Mercadona, Ríos se pronunció con una obvia afirmación de  “Ultraprocesado”. Nada nuevo bajo el sol, teniendo en cuenta que el influencer vive, literalmente, de esta palabra. Pero este día caló más y asentó las bases de un nuevo movimiento en contra del intagrammer y a favor del azúcar. Toda una paradoja teniendo en cuenta que la causa de Ríos es “devolver la comida real a la población”, como apostilla en su web personal.

“Que sí, que sabemos leer” 

Y después de esto Twitter hizo su magia. El primer meme fue una captura del comentario de Ríos con una crítica de Ther (@sheisaheroine_): “Dios qué pesado es Carlos Ríos, señor suélteme del brazo y déjeme comer lo que me apetezca”. 

Tanto la red del pajarito azul como el perfil de Instagram de Novedades Mercadona se inundaron de comentarios en contra del gurú de la comida sana. “Que sí, que sabemos leer y sabemos que lleva azúcar, pero te pone de buen humor y no es obligatorio comprarla”, comentaba Pilar Comín, una seguidora del perfil. Otro tuitero (@RaulKhuga) bromeaba con que “toda la vida pensando que las palmeras eran la fruta de la palmera y resulta que son ultraprocesados ¡Gracias Carlos Ríos!”. 

Trending topic forzado

El ‘trending topic’ de Mercadona y Ríos duró varios días. De hecho, el influencer publicó varios vídeos en Instagram denunciando que en Twitter había mucho odio y aunque esa repercusión le hacía “ganar más seguidores”. Parece ser que el gurú de la cocina sana ya se ha acostumbrado a estar en el ojo del huracán, y no es para menos, porque cada vez que se pronuncia genera debate.

“Esta es su estrategia. Busca generar confrontación, ya sea con los periodistas o con otros profesionales. Le da igual que hablen bien o mal, porque para Ríos lo importante es que hablen de él”, señala Andrea Arroyo, psicóloga sanitaria y dietista-nutricionista. Doctoranda en biomedicina y coautora del libro Psicología de la alimentación

Uno de los memes que se difundieron en Twitter / Twitter @CarlosRiGo90


El ‘realfooding’ y los trastornos alimenticios

Algunas personas “cuentan con herramientas para manejar la culpa, mientras que muchas otras pueden llegar a sentir mucho sufrimiento si no logran sus expectativas a la hora de cuidar la alimentación”, insiste Arroyo sobre cómo afectan los mensajes del realfooder a sus seguidores.  

Mireia Cabrera, nutricionista en el centro Júlia Farré de Barcelona explica a Consumidor Global que “en la consulta encontramos casos de personas que se obsesionan mucho con el tema y acaban diagnosticadas con trastornos alimentarios”. Aunque, cabe señalar que, como remarcan la mayoría de profesionales consultados por este medio, los trastornos alimenticios son una enfermedad multifactorial y no hay una sola causa. Con todo, según afirma Neus Soler, profesora de Economía de la UOC y experta en marketing “un influencer, como su nombre indica, influye a sus usuarios y eso es un hecho”.

El fanatismo que ha cansado a Twitter 

“Cuando el influencer es una persona que pone énfasis en su contenido y, además, tiene capacidad de persuasión, los seguidores se convierten en apóstoles y hasta incluso fanáticos”, explica Ricardo Sotillo, licenciado en Psicología, Filosofía y Enfermería y doctor por la Universidad de Granada. 

De hecho, Ríos se caracteriza por ser una persona muy dogmática con un discurso muy marcado y poco flexible. “Fomenta lo contrario a la libertad de decisión, muchas veces es menos saludable decir que no lo puedes comer que comerlo”, insiste Arroyo. De hecho, uno de los tuits que también se han hecho virales es el testimonio de una chica (@redvegui) que acabó obsesionada con la alimentación hasta tal punto de que “dejé de ir a comer fuera porque me daba ansiedad no saber con qué tipo de aceite cocinaban lo que comía o qué cantidad de azúcar le echaban”. Por ello, Arroyo insiste en la importancia de la tolerancia y el aceptar de vez en cuando algún capricho para contentar a los placeres terrenales.