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El truco infalible para saber si un caldo de sopa está en buen estado

Los ingredientes empleados y la forma de conservación influyen a la hora de que no se eche a perder

Consumidor Global

Caldo de sopa / PIXABAY

¿Hay algo más apetecible en las frías noches de otoño e invierno que un caldo caliente? En los supermercados tienen una gran variedad, y su calidad es más que aceptable, pero ninguno se puede comparar con un buen caldo casero.

De pollo, pescado, vegetales o carne, el caldo de sopa es un comodín que se puede conservar en la nevera durante unos días o en el congelador durante un tiempo mayor, pero siempre es importante conocer el tipo de rarezas que presenta cuando se ha echado a perder y puede suponer un riesgo para la salud.

Una buena conservación

Una vez hecho y para que se conserve mejor, es recomendable retirar la capa de grasa que se forma encima, los huesos y los vegetales. Lo habitual es hacer sopa de más y guardarla para otra comida. Si se va a consumir al día siguiente o un par de días después, es preferible guardarlo en la nevera. En cambio, si se va a conservar durante más tiempo, el congelador es la mejor opción.

Lo ideal es pasar el caldo por un colador, hervirlo y enfriarlo antes de introducirlo en el congelador en un envase hermético que no esté a rebosar. Una vez descongelado, no se puede volver a congelar, de ahí la importancia de repartirlo en diferentes recipientes de un tamaño adecuado.

El truco para saber si está bueno

Para asegurarse de que el caldo de sopa no se ha echado a perder lo primero que hay que hacer es olerlo: si ha empezado a fermentar, desprenderá un olor agrio y nauseabundo, por lo que será necesario desecharlo.

Si solo percibes un leve olor extraño, lo mejor es probar un poco y asegurarse a través del sabor: si está agrio o te produce repulsión, despídete de él.