Durante el verano, el aire acondicionado funciona casi como un salvavidas en muchos hogares españoles. Este electrodoméstico se convierte en el aparato más demandado con la subida de las temperaturas, a pesar de que tenerlo encendido mucho tiempo puede hacer que la factura de la luz se dispare. Entre sus desventajas se encuentra también el ruido: algunos aparatos, sobre todo los antiguos, emiten cierto rumor que puede llegar a ser muy molesto. De hecho, hay quienes han denunciado a su vecino por el ruido del aire acondicionado.
No obstante, conviene no presentar una denuncia sin intentar antes hablar con el vecino que tiene el aparato ruidoso. Un acuerdo amistoso es lo más deseable. Pero si el vecino no cede y su aire acondicionado sigue siendo un quebradero de cabeza, es recomendable contactar con la comunidad de propietarios y revisar a fondo los estatutos.
“Cesación de actividad molesta”
Es posible que estos documentos recojan alguna indicación al respecto. Asimismo, si el vecino afectado convence al presidente de la comunidad, se puede llevar a cabo, en una Junta de propietarios y previo requerimiento al vecino (mediante burofax, por ejemplo), la acción especial de “cesación de la actividad molesta” para que el vecino retire o corrija la ubicación de su aire acondicionado ruidoso. Este recurso está contemplado en la Ley de Propiedad Horizontal.
Por actividades molestas se entienden aquellas “prohibidas en los estatutos, que resulten dañosas para la finca o que contravengan las disposiciones generales sobre actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas”.
Perjudicar los derechos de otro propietario
La ley viene a decir que los propietarios no pueden perjudicar con sus obras a otro vecino, aunque no es demasiado concreta al respecto. Así, establece que el propietario de cada piso o local no podrá realizar una modificación que “menoscabe o altere la seguridad del edificio, su estructura general, su configuración o estado exteriores, o perjudique los derechos de otro propietario, debiendo dar cuenta de tales obras previamente a quien represente a la comunidad”.
Para saber si el aire acondicionado realmente infringe alguna normativa (como las ordenanzas municipales), lo ideal es contactar con el Ayuntamiento para que uno de sus empleados proceda a medir la distancia a la que se encuentra el aparato de la ventana del vecino afectado, así como el nivel de ruido (con un medidor de decibelios, por ejemplo).