Chus Roig, la decana de las galeristas: "Es fantástico que aún salgan nuevos Picassos y Mirós"
Entrevistamos a la socia y codirectora de la galería Senda, una de las personas que más sabe de arte en España

"El tiempo, al final, es juez. Cuando llega un determinado momento, el tiempo ya ha hecho su selección, y sólo llegan los mejores. Ahora hay muy buenos artistas, y siempre los habrá, aunque otros desaparezcan". La que habla es Chus Roig (Barcelona, 1951), la decana de las galeristas de Barcelona.
Socia y codirectora de la galería Senda, Roig lleva más de medio siglo viviendo entre cuadros, e incluso ha sido premiada por ello. Hablamos (y aprendemos) con ella.
--¿Recuerda cuál fue el primer cuadro que vio?
--Me temo que no lo recuerdo.
--¿Quién le inculcó el amor por el arte?
--Cuando era pequeña, mis padres solían llevarnos a ver museos los domingos por la mañana. La Sala Gaspar, la Parés y también museos. A mí me gustaba, porque íbamos con mis hermanos y jugábamos a eso de: '¿A ti cuál te gusta? ¿Cuál te quedarías?'.
--¿En qué momento decidió que quería ser galerista?
--Fue por pura casualidad. En un momento de mi vida en que termino de estudiar turismo, estaba indecisa y una amiga de mi hermana, que tenía un tío que era socio de una galería, me dijo que necesitaban a alguien. Ese alguien era yo. Y ya hace 52 años que fui a verle. Estuve en la galería Trece, después en Ciento...
--Y entró en la galería Senda en 1993. ¿Cómo ha cambiado desde entonces su trabajo?
--En los inicios, cuando abrimos, éramos una galería pequeña, nueva. Era una galería que empezaba con artistas jóvenes, aunque en el 93 ya expusimos a Peter Halley. En la galería el trabajo era menor. No había tantas ferias. O no asistíamos. La galería ha ido creciendo. Empezamos Carlos Durán y yo, y ahora somos muchos más. Los artistas que exponen también tienen una buena carrera a sus espaldas.

--En la actualidad, ¿se venden más cuadros en la galería u online?
--De momento, en la galería. Aunque, poco a poco, está cambiando y se compra mucho online. Pero en el arte hay muchas cosas que hay que verlas. No es lo mismo ver una pintura en un ordenador o en una fotografía. Los colores, las texturas, hay que verlas en vivo. Una pintura vista en un ordenador o al natural cambia muchísimo. Hoy por hoy, la fotografía no capta esas texturas.
--¿Cómo suele ser el proceso de venta de un cuadro?
--El proceso es diferente en cada ocasión. Hay gente que viene, se enamora y compra sin más. Y luego hay gente que necesita pensarlo. También depende de si hablamos de una pieza de 4.000 o 100.000 euros. Hay gente que necesita un par de horas, pasea por la galería, mira las diferentes obras... Y luego hay gente que siente un amor a primera vista. Esto, sobre todo, pasa en las ferias. Recuerdo que delante de una misma pieza había dos personas, un hombre mayor y una chica joven. El mayor estaba enamorado de la obra, y me lo hizo saber. Entonces, la joven preguntó si lo decía en serio, que le parecía una obra horrorosa. Esa percepción y subjetividad es muy habitual en el arte.
--En 2020 fue reconocida con el Premio a la Mejor Galerista en los premios GGAC…
--He trabajado siempre de una manera muy honesta. También es verdad que llevaba muchos años. Como mujer, soy la decana de las galerías de Barcelona. He tenido muy buena relación con todo el mundo, y que te reconozcan ese trabajo los colegas es muy gratificante.
--Galería Senda es una de las dieciséis participantes en la cita artística de primavera 'The Collector is Present'. ¿Cuál es el objetivo?
--Nos estrenamos el año pasado y está muy bien poner en el mismo escenario al artista y el coleccionista y ver cómo dialogan, qué opinan los unos de los otros.

--¿Qué aprenderemos con el diálogo entre la artista Anna Malagrida y el coleccionista Álvaro López de Lamadrid que tendrá lugar este sábado 10 de mayo a las 19 horas en galería Senda?
--Álvaro es una persona extraordinaria y un gran coleccionista. Además, conoce muy bien el trabajo de Anna, que es una artista con la que llevamos trabajando más de dos décadas y que ahora tiene una exposición magnífica en la Fundación Tàpies.
--Un cara a cara prometedor...
--Álvaro tiene muy claro lo que quiere, los artistas que le interesan, y se conocen muy bien. Álvaro tiene trabajos de Anna. En la charla descubriremos el interés de Álvaro por la fotografía y, en concreto, en la obra de Anna.
--Gino Rubert, Peter Halley, Jaume Plensa y Antoni Miralda han sido los últimos artistas que habeís expuesto… ¿Quién será el próximo?
--La temporada que viene empezamos con Haritz, un artista joven que se estrena en la galería y será una sorpresa agradable para todos.
--En febrero, el Courtauld Institute of Art reveló que había descubierto un retrato inédito de Picasso bajo una de sus pinturas. ¿Cómo recibió la noticia?
--Pues mira, te voy a ser muy sincera: he estado cinco meses de baja por una operación y me parece que ni siquiera pude leerlo.
--A finales de marzo sucedió algo parecido con 'Pintura', el cuadro de Miró que escondía un retrato oculto de Dolors Ferrà i Oromí, su madre.
--Siempre sorprende, porque piensas que no vas a volver a ver nada nuevo de estos grandes artistas, y que se encuentre alguna obra de ellos… ¡Es fantástico! ¡Es fantástico que aún vayan saliendo nuevos Picassos y Mirós! Ahora hay algunas piezas que se están restaurando y es entonces cuando aparecen estas maravillas.

--¿Todavía hay cuadros de Picasso por descubrir?
--Igual sí. Hay coleccionistas muy celosos que nunca han enseñado sus obras y de repente salen a la luz. Las galerías son muy discretas. En ocasiones, los compradores son anónimos. A veces, cuando la persona desaparece, sus herederos dan a conocer su colección.
--El mundo del arte, a veces, es un poco catastrofista... ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
--Vivimos un buen momento. Pero, el tiempo, al final, es juez. Cuando llega un determinado momento, el tiempo ya ha hecho su selección y sólo llegan los mejores. Ahora hay muy buenos artistas, y siempre los habrá, aunque otros desaparezcan.