La calle Laforja y la calle Muntaner comparten algo más que la ciudad de Barcelona. En ambas vive el espíritu de Salsa Street Food, un restaurante mexicano con guiños a la gastronomía española.
Fundado por tres amigos -Alejandro Ferrer, Santiago Giralt y Carlos Matas- en plena pandemia, Salsa Street Food ha abierto su segundo local en la ciudad condal hace algunas semanas (calle Muntaner, 124). Su propuesta combina la tradición mexicana con sabores españoles reconocibles, como las croquetas, el rabo de toro o los torreznos.
Probamos la carta
El espacio tiene una estética retro e industrial suavizada por detalles acogedores: flores secas, botellas de vino con cera derretida y una iluminación cálida que invita a quedarse. Al fondo, una sala reservada permite cenas más íntimas o reuniones pequeñas.
Las croquetas de cochinita pibil son el primer bocado y el mejor de todos. Crujientes por fuera, jugosas por dentro y con el toque ácido característico del plato yucateco. Un entrante delicioso que abre el apetito para el resto de la cena.
Un recetario pensado para compartir
El tartar de corvina se sirve sobre un trozo de lima. Este último no se come pero todo el conjunto aporta frescura en medio de sabores más intensos. Continuamos con una quesadilla de queso, sencilla pero saciante.
Aunque algunos entrantes y todos los tacos se sirven por unidad, las quesadillas y los totopos en sus diferentes variedades están pensados para compartir. De hecho, se convierten en dos de las recomendaciones que no pueden faltar en una mesa grande.
Los tacos marcan el cierre de la cena
Los tacos ponen el broche final a la cena. Entre los elegidos, se encuentra el de torrezno. Combina el crujiente con la melosidad de la carne y un toque generoso de picante. El de gambas con queso es una buena alternativa para quienes no quieran picante.
El taco del día, que en esta ocasión es de carrillera de ternera, es un bocado suave pero más seco que el resto. En general, la carta mantiene un equilibrio notable entre el picante característico de México y los sabores familiares de España. Una cena que demuestra que la fusión es posible y, en ocasiones, disfrutable.