La Lista Robinson, según un ciberexperto: “La realidad es que estás completamente indefenso”

Diego León, director ejecutivo de Flameera, desentraña la verdad detrás de este mecanismo de protección que, sin embargo, deja al usuario desprotegido

Una persona recibe una llamada spam pese a estar en la Lista Robinson / UNSPLASH
Una persona recibe una llamada spam pese a estar en la Lista Robinson / UNSPLASH

Las llamadas no deseadas, esas que interrumpen con ofertas de servicios que nunca se necesitan, se han convertido en una plaga moderna. La Lista Robinson, pensada para poner freno a esta invasión de spam telefónico, ha sido la herramienta que muchos han creído hallar su salvación. Pero, ¿realmente cumple su cometido? ¿O es  una mera ilusión que nos aporta una falsa sensación de control sobre nuestras vidas digitales?

Para desentrañar la verdad detrás de este mecanismo de protección, Consumidor Global habla con el experto en ciberseguridad Diego León, director ejecutivo y fundador de Flameera, quien, con un análisis directo y perspicaz, desmonta los mitos en torno a la lista.

¿Para qué sirve la Lista Robinson si no frena el spam?

La Lista Robinson promete ser la barrera definitiva contra el acoso comercial telefónico. Sin embargo, según León, su efectividad deja mucho que desear. “En la teoría sí, pero en la práctica no sirve para mucho…”, sentencia, con un tono claro y sin rodeos. En su opinión, aunque algunas empresas cumplen con la normativa para evitar contactar a personas inscritas en la lista, existen factores que limitan su eficacia. 

Web oficial de la Lista Robinson / CG
Web oficial de la Lista Robinson / CG

“Vivimos en un mundo globalizado donde nuestra información está en manos de muchísimas personas, y muchas de estas empresas están en otros países donde no están obligadas a cumplir con las mismas regulaciones”, explica el experto. En este contexto, la protección que ofrece la Lista Robinson resulta insuficiente, pues las empresas que operan fuera del ámbito legal español pueden continuar enviando comunicaciones no deseadas, burlando el sistema de protección local. 

“Yo mismo lo he comprobado”

“Incluso cuando se trata de empresas formales, si un atacante tiene tu información, te enviará spam o intentará algún tipo de revisión, sin importar si estás en una lista para recibir menos correos no deseados”, destaca León a este medio.

“Yo mismo lo he comprobado. Estoy registrado en la Lista y, aun así, sigo recibiendo mensajes no deseados. Aunque algunas empresas cumplen con la legislación, el usuario suele quedar indefenso”, insiste el experto en ciberseguridad.

Opciones limitadas para reclamar

Si una empresa decide no respetar la normativa y contactar con un usuario inscrito en la Lista Robinson, ¿cómo puede reclamar el afectado? Según el CEO de Flameera, las opciones legales son limitadas y, en muchos casos, ineficaces. “Siuna empresa de México no cumple con la normativa, aunque pongas una queja o una reclamación, lo más probable es que nadie inicie un procedimiento”, señala. 

En este sentido, León subraya la impotencia de los usuarios ante la falta de medidas eficaces, dejando claro que la respuesta de las autoridades y organismos encargados de supervisar estas prácticas es, en la mayoría de los casos, nula. “La realidad es que muchas personas simplemente se enfadan con la llamada y pasan página”, destaca sobre la frustración generalizada. 

¿Existen alternativas más eficaces que la Lista Robinson?

Si la Lista Robinson no es suficiente, ¿qué alternativas existen para protegerse del spam telefónico? “La Lista Robinson es la principal referencia en este tema; podríamos decir que es la lista oficial para evitar comunicaciones comerciales no deseadas”, admite León. 

No obstante, algunos dispositivos móviles, como los Android, intentan identificar llamadas “potencialmente maliciosas” y alertar al usuario antes de que decida atender la llamada. Además, hay aplicaciones diseñadas para filtrar llamadas comerciales no deseadas, basadas en los reportes de otros usuarios que han sido víctimas de números sospechosos.

Las alternativas tampoco son infalibles

Sin embargo, León advierte que estas alternativas tampoco son infalibles. Aunque algunas aplicaciones cumplen su función, otras pueden resultar peligrosas. “Algunas de estas aplicaciones son legítimas y cumplen su función, pero como siempre, los atacantes van un paso por delante”, explica. En ocasiones, lo que parece ser una aplicación de protección contra el spam se convierte en una herramienta para recopilar datos personales, como la agenda de contactos del usuario, que luego son vendidos o utilizados para propagar más spam.

Un teléfono con una llamada comercial de spam / UNSPLASH
Un teléfono con una llamada comercial de spam / UNSPLASH

Así, aunque las aplicaciones parecen ser una solución útil, su fiabilidad depende de la calidad del software y la honestidad de los desarrolladores. No todas las aplicaciones que prometen protegerte del spam son lo que aparentan.

Así consiguen las empresas tu número de teléfono

Una de las inquietudes más comunes es cómo las empresas logran obtener nuestro número de teléfono si nunca se lo hemos proporcionado. Según el CEO de Flameera, esta información se recopila de diversas maneras, muchas veces sin que el usuario sea plenamente consciente de ello

“Nos damos de alta en un servicio, aceptamos condiciones sin leer, le damos a cualquier botón. Y muchas veces estamos permitiendo que compartan nuestros datos con terceras empresas”. A través de la aceptación tácita de términos y condiciones, muchas personas terminan otorgando permiso a las empresas para que utilicen sus datos con fines comerciales. Los bancos, por ejemplo, suelen incluir en sus formularios opciones que permiten compartir datos con otras compañías, y los usuarios, a menudo sin pensarlo, aceptan.

Con o sin consentimiento, te siguen llamando

Sin embargo, incluso sin dar este consentimiento explícito, existen otros factores que comprometen la seguridad de nuestros datos. 

“También están los ciberataques, cada semana le roban datos a alguna empresa y eso acaba en internet. Hay empresas en el lado gris que consiguen esos datos y los usan para mandarte spam o hacer phishing. Y al final, ¿quién reclama? Un 0,001%. Aunque estés en la Lista Robinson, si diste consentimiento sin saberlo o sacaron tu número por otro lado, te siguen llamando”, sentencia el CEO de Flameera.

“Estás completamente indefenso”

A pesar de que la ley establece que, si estamos inscritos en la Lista Robinson, no deberíamos recibir llamadas comerciales no deseadas, las opciones para hacer valer este derecho no son sencillas. “Si estás en la Lista Robinson, en teoría no deberías recibir comunicaciones comerciales no autorizadas. De hecho, la ley de protección de datos exige que las empresas tengan una aceptación formal del usuario para este tipo de acciones”, resalta el experto. 

Pero la realidad es diferente. Según León, aunque la ley contempla la posibilidad de presentar una queja ante la Agencia de Protección de Datos o las oficinas del consumidor, “la realidad es que estás completamente indefenso. Iniciar un procedimiento formal que realmente llegue a algún sitio es muy difícil”. La falta de mecanismos eficaces de seguimiento y la escasa voluntad de las autoridades para hacer cumplir las normativas dejan a los usuarios desprotegidos, especialmente cuando las empresas infractoras operan fuera de España.

“No hay forma real de frenarlo”

La Lista Robinson, aunque bien intencionada, ha resultado ser una herramienta insuficiente frente a la creciente invasión de spam telefónico. Las alternativas tecnológicas son limitadas y, en muchos casos, inseguras. La realidad es que los usuarios siguen siendo vulnerables, sus datos siguen siendo explotados y, aunque existan leyes para protegerlos, la aplicación de estas leyes es, en muchos casos, un espejismo.

Una persona recibe una estafa telefónica / PEXELS
Una persona recibe una estafa telefónica / PEXELS

Como dice León, “sobre el papel sí, pero en la realidad, esto sigue pasando porque no hay forma real de frenarlo. Es indiscriminado y constante”. De esta manera, la lista de soluciones disponibles es aún corta, y el problema del spam telefónico sigue siendo una batalla perdida para muchos.