Los hospitales madrileños con menor tiempo de espera para un ecocardiograma
En 2023, un total de 114.685 personas fallecieron por patologías del corazón, lo que representa el 26,5% de los decesos en el país

Los tiempos de espera para acceder a un ecocardiograma en la Comunidad de Madrid presentan grandes diferencias entre hospitales. Esta prueba resulta clave para el diagnóstico precoz y la prevención de enfermedades cardiovasculares, principales causas de mortalidad en España.
En 2023, un total de 114.685 personas fallecieron por patologías del corazón, lo que representa el 26,5% de los decesos en el país.
Diferencias en los tiempos de espera
Según el Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid (SERMAS), los tiempos de espera para un ecocardiograma varían de forma significativa. Entre los hospitales de alta complejidad, el Hospital Clínico San Carlos destaca con el menor tiempo de espera (5,5 días), seguido del Hospital Universitario Ramón y Cajal (13,9 días), La Paz (29,07 días) y la Fundación Jiménez Díaz (32,52 días). Ninguno de los hospitales de este grupo supera los dos meses de espera.

En los hospitales de media complejidad, el Hospital Universitario Infanta Leonor lidera con una espera de 5,74 días. Otros centros con tiempos reducidos son el Hospital Universitario General de Villalba (12,31 días) y el Hospital Universitario de Torrejón (16,54 días). En contraste, el Hospital Universitario Infanta Sofía registra la mayor demora, con 120,26 días de espera.
Cardiología, una especialidad con alta demanda
Madrid es una de las comunidades autónomas con mayor demanda en cardiología, con 18.171 pacientes en lista de espera.
A pesar de ello, la Comunidad presenta un tiempo medio de espera de 39 días, inferior a la media nacional de 68 días. Algunos hospitales ofrecen tiempos de atención especialmente reducidos, como la Fundación Jiménez Díaz (8,42 días), el Gregorio Marañón y el San Carlos (18 días).
Un nuevo plan para mejorar la atención cardiovascular
La Comunidad de Madrid trabaja en la implementación de la nueva Estrategia de Salud Cardiovascular, con el objetivo de mejorar la coordinación entre Atención Primaria y hospitales para tratar eficazmente eventos agudos como infartos e ictus. Se introducirá una herramienta tecnológica para gestionar el riesgo vascular y garantizar un control homogéneo de los pacientes.
El plan también contempla el cribado del riesgo vascular en todas las etapas de la vida, la incorporación de herramientas de diagnóstico temprano en historias clínicas y la ampliación de los programas de rehabilitación cardiaca. Con estas medidas, se busca un acceso equitativo y eficiente a los recursos sanitarios para reducir el impacto de las enfermedades cardiovasculares en la población.