El baño es uno de los espacios del hogar que más atención requiere a la hora de hacer limpieza. Aunque solemos limpiarlo con frecuencia, no siempre conseguimos que huela bien, que luzca impecable o que se mantenga libre de gérmenes por mucho tiempo.
Uno de los elementos más problemáticos suele ser el inodoro: acumulaciones de cal, manchas que no se van y olores persistentes parecen resistirse a cualquier intento por dejarlo como recién instalado.
Los tres trucos definitivos para que tu inodoro quede como nuevo, según una experta en limpieza del hogar
Afortunadamente, la creadora de contenido —experta en limpieza y orden— Andrea Caaveiro, conocida en redes como @petitbyandrea, ha compartido tres métodos simples, pero muy eficaces, con los que lograrás que tu WC luzca reluciente, se mantenga fresco por más tiempo y esté libre de suciedad incrustada.
Son soluciones prácticas, económicas y fáciles de aplicar que transformarán por completo tu rutina de limpieza en el baño. A continuación, te contamos en qué consisten y cómo aplicarlas paso a paso.
1. Piedra pómez: el aliado secreto contra las manchas resistentes
Uno de los trucos estrella de Andrea para eliminar la suciedad persistente en el fondo del inodoro es utilizar una piedra pómez. Este utensilio, tradicionalmente usado para exfoliar la piel, se convierte en una herramienta de limpieza muy potente gracias a su estructura porosa y ligeramente abrasiva.
La piedra pómez es ideal para desincrustar residuos como sarro, cal o manchas difíciles, sin dañar la porcelana ni dejar marcas. Caaveiro recomienda especialmente las versiones diseñadas para el baño (y no las durezas del pie) que tienen un cómodo mango largo, como la que se puede conseguir por menos de 6 euros en plataformas como Amazon. Este tipo de diseño permite una limpieza cómoda, sin necesidad de meter la mano ni riesgo de salpicaduras.
¿Cómo se utiliza?
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Humedece la piedra pómez antes de usarla para suavizar su textura.
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Frótala suavemente sobre las manchas del fondo del inodoro o en otras zonas con residuos incrustados.
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Para potenciar la limpieza, puedes aplicar previamente una mezcla de vinagre blanco y bicarbonato, dejar que actúe unos minutos y luego pasar la piedra.
¿Dónde más se puede aplicar?
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En lavabos y bañeras con restos de cal.
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En azulejos, especialmente para limpiar las juntas.
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En otras superficies resistentes del baño que acumulen suciedad.
Consejo práctico:
Nunca uses la piedra en seco ni sobre superficies delicadas como mármol o vidrio. Mantén siempre la ventilación del baño durante y después de la limpieza.
2. Escobilla de silicona: más higiénica y eficaz que la tradicional
El segundo truco consiste en sustituir la clásica escobilla del inodoro por una de silicona. Este tipo de cepillo no solo es más duradero, sino que también es mucho más higiénico. Gracias a su material flexible y antibacteriano, esta escobilla de silicona no acumula residuos ni olores (puesto que la puedes desinfectar con lejía y agua después de su uso) y permite acceder a rincones de difícil alcance con mucha más facilidad.
Andrea confiesa que "no volvería a usar una escobilla convencional", y destaca "lo bien que limpia este tipo de cepillo junto al gel limpiador rosa de Mercadona", que además deja un aroma muy agradable en el baño (Flor de Cerezo Bosque verde).
Ventajas de la escobilla de silicona:
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Fácil de limpiar con solo agua.
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No se deforma ni acumula bacterias.
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Llega a zonas difíciles sin esfuerzo.
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No absorbe olores.
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Seca rápidamente, evitando humedad prolongada.
Este tipo de escobilla es ideal para quienes buscan soluciones más modernas, duraderas y prácticas en la limpieza del baño. Además, su diseño suele ser más estético y se integra mejor en la decoración actual de los baños.
3. Polvos efervescentes: limpieza profunda una vez al mes
Para una limpieza más intensa y puntual, Caaveiro recomienda el uso de polvos efervescentes. Este tipo de productos, disponibles en supermercados como Mercadona, ayudan a eliminar la suciedad más profunda y renovar el aspecto del inodoro en minutos.
¿Cómo se usan?
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Vierte el contenido de un sobre directamente en la taza del váter.
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Deja actuar mientras el producto fermenta y burbujea, desincrustando restos y desodorizando al mismo tiempo.
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Luego, con la ayuda de la escobilla de silicona, distribuye el producto por toda la superficie y frótalo para completar la limpieza.
Este truco no solo es útil para mantener el inodoro en perfecto estado, también puede aplicarse en lavabos, duchas y otras superficies con acumulación de cal o residuos. Además, los polvos ayudan a mantener las tuberías más limpias y prevenir atascos o malos olores.
Caaveiro también utiliza estos polvos para limpiar la propia escobilla: la deja reposar en el inodoro mientras el producto actúa, consiguiendo que quede como nueva sin apenas esfuerzo.