Ni la cocina ni el baño: este es el lugar de tu casa más importante para que la energía fluya
Te descubrimos cómo poner orden a tu hogar para mejorar la energía positiva de cada estancia: Meritxell Sala, experta en Feng Shui e interiorista, nos da las claves para hacerlo

Tal vez lo hayas asociado alguna vez con jarrones exóticos o con una forma peculiar de colocar los muebles, pero el Feng Shui va mucho más allá de una tendencia decorativa. Esta antigua sabiduría china propone transformar tu hogar en un refugio de equilibrio y buena energía.

El Feng Shui es una filosofía ancestral que busca optimizar la energía de los espacios que habitamos para mejorar nuestra calidad de vida. Se trata de aprender a convivir con el entorno de manera armónica, equilibrada y consciente. Si alguna vez has sentido que tu casa no te transmite paz, que hay rincones en los que no te apetece estar o que el ambiente se siente tenso sin razón aparente, puede que el Feng Shui tenga algunas respuestas para ti.
Feng Shui: más que una estética oriental, una forma de subir la vibra
Esta disciplina de origen chino, con más de 3.000 años de historia, se basa en la idea de que todo espacio influye directamente en nuestro bienestar físico, emocional y mental.
Su objetivo es sencillo, pero profundo: Canalizar el flujo de energía (Chi) de forma positiva para que nuestra casa se convierta en un lugar donde todo fluya, se respire serenidad y podamos recargarnos de vitalidad.
Traducido literalmente como "viento y agua", el Feng Shui estudia cómo se mueve la energía dentro de una vivienda, y cómo distribuir correctamente los elementos, los materiales, los colores y la luz para lograr ambientes armónicos, saludables y llenos de vida. Lejos de fórmulas mágicas o reglas estrictas, lo que propone es una mirada distinta sobre nuestra relación con el espacio, basada en la intuición, la observación y el respeto por el entorno.
Cómo armonizar tu salón según el Feng Shui: claves para un espacio equilibrado
En el mundo del interiorismo, cada vez son más los que buscan algo más que estilo y funcionalidad. El hogar debe transmitir bienestar, y una de las filosofías que mejor sabe cómo lograrlo es el Feng Shui.
En esta ocasión, la interiorista Meritxell Sala, especialista en esta disciplina oriental, comparte con nosotros sus mejores consejos para conseguir que el salón —ese espacio donde la vida se vive y se comparte— se convierta en un remanso de paz y energía positiva. En este artículo (y gracias a los consejos de la experta) te explicamos cómo aplicar los principios del Feng Shui en casa de forma práctica, desde cómo distribuir los muebles hasta qué detalles potenciar o evitar. Porque cuando tu hogar está en equilibrio, también lo estás tú.
El sofá, el corazón de la estancia
“El centro del salón, desde la perspectiva del Feng Shui, siempre es el sofá”, explica Meritxell. Por eso, su colocación no debe ser casual. La recomendación es alejarlo de zonas de paso directo entre puertas y ventanas, para evitar corrientes de energía que generen inquietud. Siempre que sea posible, sitúalo contra una pared sólida: esta ubicación aporta una sensación de respaldo emocional y seguridad.

Errores que restan armonía sin que te des cuenta
A la hora de diseñar el salón, hay decisiones que pueden sabotear sin querer el equilibrio del ambiente. Uno de los fallos más comunes es olvidarse de lo personal. “Un espacio impersonal, sin recuerdos u objetos que cuenten tu historia, carece de alma”, afirma Meritxell. Incluir fotos, recuerdos o piezas con valor sentimental crea una atmósfera auténtica que conecta contigo y con quienes te visitan.

También hay que prestar atención a la variedad visual. Apostar solo por un tipo de decoración (por ejemplo, llenar las paredes únicamente con fotos familiares o con láminas florales) puede resultar monótono. El equilibrio está en la diversidad controlada.
La iluminación, clave silenciosa del ambiente
Una buena iluminación no solo embellece, también afecta directamente al estado de ánimo. Evita extremos: ni rincones en penumbra ni un exceso de luz blanca que enfríe la atmósfera. La mejor receta: luz natural durante el día y lámparas cálidas para la noche. Y no subestimes el poder decorativo (y energético) de una vela encendida o una lámpara de sal.

Tecnología con discreción
En muchos hogares, la televisión se convierte en el centro visual del salón, desplazando la interacción humana. Según Meritxell, lo ideal es evitar que sea el punto focal. “Si puedes, escóndela en un mueble cerrado o al menos minimiza su protagonismo”, sugiere.

La elección de muebles sí importa
Más allá de la estética, el Feng Shui pone énfasis en la funcionalidad y la comodidad. Prueba siempre los muebles antes de comprarlos y elige piezas con formas redondeadas y suaves. Evita los cantos afilados y opta por materiales naturales como la madera.

El tamaño también cuenta: los muebles deben adaptarse a las proporciones del espacio. Un sofá demasiado grande en un salón pequeño puede hacer que la energía “se estanque”; y en un salón amplio, piezas demasiado pequeñas generan sensación de vacío.
Colores que envuelven y reconfortan
Para la paleta de colores, Meritxell recomienda partir de tonos neutros y terrosos, como beiges, tostados, verdes suaves o arenas. Son los que mejor anclan la energía del hogar. Puedes añadir acentos vivos como el naranja (que estimula la conversación) o el verde más intenso (que refresca el ambiente).

Evita como color dominante el negro, los grises muy fríos o el azul oscuro. “Pueden ser elegantes, pero en exceso, enfrían el ambiente y lo vuelven introspectivo y distante”, señala.
Naturaleza viva para contrarrestar la tecnología
Las plantas naturales no solo decoran, aportan vitalidad y ayudan a equilibrar la carga electromagnética de los aparatos electrónicos. Colócalas estratégicamente cerca de televisores o routers para neutralizar sus efectos y devolver frescura al entorno.

El poder del aroma
El Feng Shui trabaja con los cinco sentidos, y el olfato no se queda fuera. Los aromas suaves y naturales ayudan a limpiar la energía del espacio. Prueba con difusores de aceites esenciales, como lavanda para la calma o cítricos para revitalizar.

Distribuir los muebles con inteligencia energética
Uno de los secretos mejor guardados del Feng Shui es la formación de “islas”: pequeños núcleos de mobiliario que favorezcan la circulación. “Evita que los muebles bloqueen el paso de la energía”, aconseja la experta.

En cuanto a los asientos, el mejor ángulo para favorecer una conversación íntima y fluida es el de 90 grados, mejor que enfrentados o en línea recta. Este detalle sutil mejora la comunicación emocional.
Crea un punto focal que lo conecte todo
Ningún salón está completo sin un centro visual que lo estructure. “Una mesa de centro es ese punto de anclaje que unifica la disposición”, explica Meritxell. Sin este núcleo, el salón puede transmitir desorden o frialdad, aunque esté lleno de objetos bonitos.

¿Y qué pasa con la chimenea?
Aunque es uno de los elementos más codiciados en decoración, el Feng Shui recomienda integrarla sin que domine la estancia. “Debe acompañar, no liderar el salón”, advierte Sala. Si tienes chimenea, asegúrate de que no quede en el centro absoluto, ni le reste protagonismo al sofá.

Una puerta siempre debe dar la bienvenida
Y un apunte final importante: no sitúes ningún mueble justo junto a la puerta. Este es el punto de entrada de la energía positiva, y si lo obstaculizas, todo el equilibrio se ve comprometido.
