'Barefoot' o calzado minimalista: la moda de caminar (casi) descalzo
Los expertos recalcan los beneficios de este tipo de calzado para la salud de los pies, aunque advierten que pueden causar ciertas lesiones si no se utiliza correctamente

Caminar como si fueras descalzo. Esa es la filosofía detrás del barefoot, también conocido como calzado minimalista. Una tendencia en auge que seduce a las marcas de moda y a quienes buscan mejorar la salud de sus pies.
Sin amortiguación, sin tacón y sin control de movimiento, el barefoot destaca por su flexibilidad y por tener una suela muy fina que permite sentir el terreno con cada paso. Así lo explica a Consumidor Global Víctor Hidalgo, CEO de la Clínica del Pie La Malagueta y colaborador de Doctoralia. Pero el podólogo advierte: una transición inadecuada puede provocar lesiones. Por ello, antes de sumarse a esta moda, es fundamental consultar a un especialista.
Las marcas se suman a esta tendencia
Los modelos barefoot suelen tener diseños peculiares. Son más amplios en la parte delantera e, incluso, algunos tienen la forma de los dedos marcada, como si se tratase de un guante para el pie. "Cada vez hay más marcas que apuestan por la estética sin renunciar a la salud", subraya Hidalgo.
Firmas como Barefoot You se han especializado en este nicho, mientras que otras más conocidas como Gioseppo o Victoria han lanzado colecciones inspiradas en este concepto. Ahora bien, la tendencia se aplica sobre todo a deportivas. "Los pies agradecen más un zapato feo que uno bonito pero dañino", recalca.
Beneficios del 'barefoot'
Utilizar calzado minimalista puede devolver al pie su forma y función natural, activando músculos que suelen estar inactivos con los zapatos convencionales. "Se activa más musculatura intrínseca, mejora la propiocepción (es decir, la capacidad del pie para "sentir" el suelo), y se estimula el arco plantar de forma natural", explica el doctor Hidalgo.
Aunque esta reeducación del pie mejora el equilibrio y la forma de caminar, no está exenta de riesgos. Una introducción brusca puede provocar sobrecargas o lesiones, por lo que el especialista insiste en que la transición debe ser gradual y supervisada.

Separadores de dedo 'barefoot'
Uno de los accesorios que ha ganado popularidad dentro del barefoot es el separador de dedos. Según Hidalgo, puede ser útil en ciertos casos, especialmente cuando el pie ha pasado años comprimido en calzado estrecho.
"Ayudan a recuperar la alineación natural de los dedos, a mejorar el equilibrio y a reducir presiones anómalas", señala. No obstante, advierte que no son una solución mágica ni adecuada para todo el mundo.
No es una solución universal ni instantánea
El calzado convencional, con suelas rígidas, punteras estrechas y exceso de amortiguación, puede favorecer patologías. Entre las más comunes destacan los juanetes, fascitis plantar, dedos en garra, neuromas o problemas posturales.
El barefoot permite que el pie trabaje de forma más libre y natural, lo que puede ayudar a prevenir o aliviar muchas de estas afecciones. No obstante, Hidalgo insiste en que "no es una solución universal ni instantánea".
"No es una moda sin consecuencias"
El error más común es empezar de golpe, usar barefoot todo el día sin adaptación previa. "Es como pretender correr una maratón sin haber entrenado. El cuerpo necesita tiempo para adaptarse", recuerda. Además, en casos como pies muy planos, lesiones recientes o alteraciones neurológicas, este tipo de calzado puede no ser la mejor opción.
"El barefoot puede ser una gran herramienta para mejorar la salud de nuestros pies, pero no es una moda sin consecuencias. Es necesario informarse, escuchar al cuerpo y, sobre todo, dejarse asesorar por profesionales que entienden el pie más allá del zapato", concluye el doctor.