Generali y Reale Seguros abandonan a una víctima tras un accidente con un Uber: “Esto es muy grave”
La afectada, con lesiones nueve meses después, lucha contra ambas aseguradoras, que niegan su rehabilitación y una indemnización, pese a tener cobertura médica y un parte que reconoce la culpa del conductor del VTC
Elena esperaba parada para aparcar en Pinto (Madrid), cuando un vehículo de Uber la embistió por detrás. El conductor, según relata, admitió su culpa en el acto: “Esto me pasa por ir mirando para otro lado”.
La escena ocurrió el 3 de enero. Pero, nueve meses después, la historia dista de haberse cerrado con el parte amistoso entre la afectada y el vehículo VTC. En realidad, no ha terminado. Y en el centro de esta trama aparecen dos nombres propios: Génesis, la aseguradora del Grupo Generali, y Reale Seguros, la compañía que cubría el coche del conductor de Uber.
“Todo lo que está pasando es muy grave”
Elena no se llama así; Consumidor Global ha modificado su nombre para preservar su identidad, porque –como ella misma admite– “todo lo que está pasando es muy grave”.

La protagonista recuerda la escena con precisión. “Yo estaba detenida, esperando a que una mujer sacara su coche, cuando el Uber no frenó y me dio”. La policía local de Pinto acudió al lugar. En el parte oficial quedó reflejado que el vehículo del conductor de Uber “no guardó la distancia de seguridad”. Sin embargo, en el atestado alguien escribió una frase que, con el tiempo, se volvería crucial: ‘Lesionados: 0’.
Génesis ignora a la asegurada durante meses
En las horas siguientes, Elena acudió al hospital. Le diagnosticaron una cervicalgia. Desde aquel accidente, la afectada asegura que su cuerpo nunca volvió a ser el mismo.
Sin embargo, como tomadora de un seguro a todo riesgo con Génesis, la agraviada confiaba en la cobertura de su póliza, que incluye 6.000 euros de asistencia sanitaria. Lo cierto es que Génesis cubrió las primeras sesiones de rehabilitación. Pero pronto, la clínica le informó de que la aseguradora no pagaba más. “Desde junio les mandé correos preguntándoles por qué se negaban a seguir pagando mi rehabilitación y no contestaron”, relata la afectada, quien subraya que sus correos y llamadas fueron sistemáticamente ignorados durante meses.
La guerra de las aseguradoras con el “latigazo cervical”
Cuando finalmente consiguió hablar con un tramitador en septiembre, la primera excusa fue que, en accidentes de “bajo impacto”, la compañía no cubría más de 10 sesiones de rehabilitación. La situación llegó al extremo de que, mientras ignoraban a Elena, la compañía le envió el aviso de renovación de la póliza con una subida anual de 200 euros.
Cabe recordar que, desde la reforma del baremo de accidentes en 2016, las aseguradoras han endurecido los requisitos para indemnizar estos latigazos cervicales, la lesión más común en colisiones traseras de baja intensidad. Las compañías se apoyan en informes biomecánicos que cuestionan la “relación de causalidad” entre el golpe y la lesión si el vehículo sufre daños mínimos o la velocidad es baja.
La lucha contra Reale Seguros
Si la batalla con su propia compañía era un muro de silencio, la lucha con Reale Seguros, la aseguradora del Uber, se ha convertido en una ofensiva para desacreditarla. Reale Seguros se niega a pagar indemnización alguna. La estrategia de la compañía, según denuncia Elena, se ha basado en la presentación de informes periciales “falsos”.
Elena descubrió en septiembre que la aseguradora ya había comunicado a Génesis que rehusaba el siniestro en marzo. La negativa se basaba en dos documentos clave. El primero, un informe biomecánico que, según la afectada, fijaba la velocidad del impacto por debajo de los 16 kilómetros por hora, una cifra que ella disputa (cree que fue “por lo menos a 30 km/h”) y que es habitualmente utilizada por las aseguradoras para desvincular las lesiones cervicales de los accidentes leves.
Una denuncia ante el Colegio de Médicos
Tras contactar con Reale Seguros, la compañía le ofreció un “acuerdo amistoso”, con la condición de que la visitara su propio médico perito.

El resultado, denuncia, fue un segundo informe “completamente falso”. “Ese médico actuó con dolo y con saña”, asegura Elena. Según ella, el informe afirma que le dieron el alta por estabilización en abril, “algo que no es verdad, pues a día de hoy sigo de baja”. Elena comenta a este medio que ha denunciado al médico ante la comisión de deontología del Colegio de Médicos.
Reale Seguros y Génesis-Generali no dan respuestas
A día de hoy, Elena exige a Reale Seguros la indemnización por el accidente y a Génesis Seguros (Generali), su propia compañía, una indemnización por “incumplimiento de contrato”, por haberla “ignorado durante meses” y obligado a buscar tratamiento por su cuenta teniendo 6.000 euros de cobertura sanitaria en su póliza.
“Vamos a ver”, concluye Elena, “que una persona no está nueve meses de médico en médico porque le da la gana”. “¿Tú crees que una persona a la que no le duele nada y está fingiendo está nueve meses en su casa cobrando 500 euros con los que no pago ni la hipoteca?”, cuestiona agotada.
Este reportaje preserva la identidad y los datos médicos de la afectada. Consumidor Global ha contactado con ambas aseguradoras para conocer su versión. Generali ha rehusado a hacer cualquier declaración: “Generali, por la ley de protección de datos, no puede facilitar información sobre pólizas ni siniestros de sus asegurados”. Por otro lado, a fecha de publicación, Reale Seguros no ha ofrecido ninguna respuesta.

